los invito a leer la continuación de la primera parte de esta gran historia, le aseguro que la pasión, el amor y la lujuria están conectados en cada capítulo
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Capítulo 20 No la vuelvas a tocar
Narra Alex
La suelto de inmediato y la dejo ir, segundos después decido ir a aclarar un punto del cual he estado procrastinando, bajo a mi camioneta y voy directo a la oficina de Max, subo y su secretaria no me deja pasar, evado su seguridad y entro sin que él se lo espere, lo veo con una mujer en una situación incomoda
- ¡Alexander Jones! – exclama sin mostrar una pizca de vergüenza
- ¡largo! – le ordeno a la mujer que esta con el
- Tu aquí no ordenas nada – habla con ira mientras que con una mirada despide a su amiga
- ¡hablemos! – hablo con autoridad
- ¿Qué quieres? – me pregunta con indiferencia
- Quiero que sepas que he tomado el control de la compañía de mi padre, así que Robert ya no estará al mando de ningún negocio – le explico
- ¿Y eso a mí porque debería interesarme? – pregunta fríamente
- Te exijo que dejes de girar dinero a la empresa – le ordeno
- ¿Y si no que? – me reta
- Crees que no sé cuál es tu intención, quieres cobrar ese dinero convirtiéndote en nuestro mayor acreedor – le explico ante su mirada sorprendida
- Robert es mi familia y no puedo dejarlo solo cuando más lo necesita, Samanta no me lo perdonaría – explica
- Que poco la conoces – me burlo de su estupidez
- A eso viniste, para marcar tu dominio sobre ella, pues déjame decirte que Samanta es mi esposa y jamás permitiré que me separes de ella y de mi hijo – grita
- Samanta no me interesa como mujer, pero escúchame pedazo de basura, si vuelves tocar un solo poro de su cuerpo, si tan solo me doy cuenta que la has insultado, me encargare de mostrarte lo que es un verdadero hombre, te matare a golpes maldito infeliz – le grito tomando el cuello de su camisa y llenándome de ira al imaginar su mano golpeándola
- Estas celoso de saber que yo soy su hombre y que soy yo el padre de su hijo, soy yo el que la complace en la cama, mientras tú te quedas con las ganas - me habla con soberbia y yo solo sonrió por su arrogancia
- A leguas se nota que no eres ni la mitad del hombre que dices ser, los verdaderos hombres nunca se dan las ínfulas delante de su rival – le digo con superioridad
- Acabare contigo Alexander – me amenaza
- Eso lo veremos – le devuelvo la amenaza
Salgo de ahí con el polvo a mis pies, subo a mi camioneta y golpeo el sillón de solo imaginar que por mi culpa ese malnacido la ha golpeado, voy directo a la oficina de John, pero no está, en cambio soy atendido por Joseph
- ¿Alex, dime en que puedo ayudarte? – me saluda estrechando mi mano
- Quiero que investiguemos a Max, el yerno de Robert – hablo con un sentencia en mi tono
- Su padre es un hombre muy influyente, además no creo que tenga necesidad de ponerse hacer esos desvíos, tiene suficiente dinero, incluso más que tú y yo – me aclara, pero algo en mí me da una intuición que Robert no está solo en este asunto de la empresa
- Solo investiguemos, hagámoslo con un bajo perfil – le pido
- Está bien ¿algo más? – me pregunta
- Sí, me gustaría que te pusieras en contacto con Samanta y le ofrezcas tus servicios para que comience su proceso de divorcio– le pido casi suplicante
- No tengo inconveniente, Samanta Jones es una mujer divina, siempre es agradable dejar soltera a una belleza como ella, quien quita y terminemos siendo familia – me dice con burla y palmeando mi hombro, yo lo observo de manera asesina
- Ese no es el punto – aclaro con amargura
- Si, si, tienes razón, ese no es el punto, por ahora – me dice al tiempo que guiña el ojo
Sé que Joseph es un buen hombre y que no sabe nada de lo de Samanta y yo, no debo dejar en evidencia mis celos, igual ella es una mujer despampanante, cualquier hombre estaría dichoso de tenerla.
Llego a casa, pero no bajo a cenar, en cambio me encierro en el estudio para trabajar
- ¿No vas a cenar? – me pregunta Elena
- No tengo hambre – le explico sin prestarle importancia
- Te espero en la cama – me dice con ternura
- No me esperes despierta, tengo mucho trabajo y no creo que me acueste temprano – le explico
- Alex has cambiado mucho desde que volvimos – me habla con tristeza
- Elena tu sabes que tengo muchas cosas por hacer – me excuso
- Era mejor cuando estábamos lejos de toda esta mierd@ – me dice con molestia
- Lo sé, pero no podía dejar todo tirado – le explico
- Por ella estuviste dispuesto hasta olvidar hasta tu apellido y la línea de sangre que los unía – me reclama
- Era diferente – aclaro con culpa
- ¿sabías que samanta vino para quedarse de manera indefinida? – me pregunta
- No comencemos con lo mismo, esta casa también es de ella y yo no soy quien para sacarla de aquí, si es por mí no te preocupes, estoy contigo y no con ella – le aclaro calmadamente
- Estás conmigo en medio cuerpo, porque no me tocas; mientras que con ella fantaseas todas las noches o crees que no me doy cuenta – me dice saliendo del estudio
Acaricio el espacio entre mis cejas en señal de cansancio, me quedo concentrado alrededor de dos horas hasta que el hambre y el cansancio me ganan, voy directo a la cocina y veo a María lista para ir a dormir, le pregunto por Robert y me dice que no ha venido en todo el día, asiento para que se retire. Luego de comer algo ligero voy directo al gimnasio para hacer un poco de box y luego voy a la piscina para hacer un poco de ejercicio, siempre me gustó el agua fría en una noche calurosa como esta, me cambio de ropa y me zambullo rápidamente, doy varias brazadas, luego de sentir mi cuerpo relajado me quedo flotando en el agua, cierro mis ojos para pensar. En mi cabeza están las palabras de Elena a eso le sumo el ver a samanta lastimada, como quisiera que nuestra historia hubiese sido diferente, abro los ojos con sorpresa al sentir un toque en mi abdomen desnudo, trago un poco de agua por la forma tan abrupta como reacciono para ponerme de pie.
- ¿Samanta? ¿Qué haces aquí? – le pregunto sorprendido por la hora
- También me gusta nadar, ¿acaso no puedo, tío? – dice con sarcasmo
- Está bien, te dejo nadar entonces – le digo alejándome
- Espera – dice ella me jalándome del brazo y rápidamente se pone en frente de mi – recordé que me gusta nadar desnuda
- ¿Qué? – pregunto al ver que se está quitando la parte de arriba de su bikini
- ¿no te gusta? Nadar obviamente – me dice de una manera muy incitadora
- No, no me gusta nadar contigo – hago la connotación
- Esto no dice lo mismo – me dice tocando mi entrepierna dura
- ¡maldita sea! ¡deja ya los malditos juegos niñita! – exclamo con furia por la reacción de mi cuerpo
No termino de maldecir cuando ella ya rompió la distancia entre los dos, enreda sus brazos en mi cuello, eso hace que sus calientes montes rocen mi pecho, no sé cómo me voy a controlar, trato de apartarla pero ella no se deja y se aprovecha de la poca voluntad que tengo, pierdo la razón y me dejo envolver por este necesitado beso, abre su boca con urgencia y muerde mis labios, luego rodea mis labios con su lengua, para luego invadir mi cavidad bucal, aprovecha que no hay gravedad en el agua y se monta encima de mí.
pero está historia, estuvo muy buena y me gusto mucho.
felicitaciones 👏🏻👏🏻