Te Regalo Tu Libertad -

Suena una alarma, pero aún puedo notar que apenas y va amaneciendo, siento el pesado brazo en mi cintura el cual se aferra más a mi cuerpo, trato de alejarme, pero Axel me atrae más a él, su erección es notoria la pega a mis glúteos y puedo sentir los latidos de mi corazón.

-Quiero ir al baño - digo para que me libere de su agarre.

- Espérate- dice mientras da un beso a mi cuello, la piel se me eriza y doy un movimiento en forma de rechazo con mi hombro - Apúrate- dice en tono molesto.

Camino hacia el baño teniendo solo mis manos para cubrir mis senos, la habitación aún está obscura así que no hay problema, de regreso me acuesto en la orilla de la cama y siento la pesada mirada de Axel.

- Ven, quiero abrazarte-

 -Toda la noche me abrazaste, deja que descanse-

- Que vengas carajo- dice con voz ronca empieza a besar mi hombro mientras acaricia mi cuerpo.-

-Axel déjame dormir- le digo incómoda.

- Déjate- responde - ya no te va a doler sentirás puro placer.-

- No Axel-

- Si no te dejas por las buenas te voy a tomar de igual manera por las malas- dicho esto levanta una de mis piernas y siento su erección en mi entrada, esta caliente, húmeda y dura, doy un gran suspiro y siento como entra en mí, empieza dándome suaves estocadas, besa y mordisquea mi oreja, sus jadeos se hacen presente.

-Entrégate a mi Lily, ya no pongas resistencia, si lo haces vas a disfrutar tanto como yo lo hago.-

Yo solo me aferró a las sábanas, él sube encima de mí y nuevamente empieza a dar suaves estocadas, la sensación es algo diferente y siento ¿placer? Me aferró a sus brazos.

Pero no hago nada más, solo espero a que Axel termine con todo esto y me deje en paz...

Luego de un rato más, Axel por fin termina, aprieta mis mejillas y me da un casto beso a la fuerza.

- Por la tarde el chófer te llevará a ver a mis padres, mi madre quiere ayudarte a elegir vestidos de novia, de una vez te aclaro, no intentes nada, nadie te dejará salir de la mansión y mucho menos te ayudarán, si lo hacen ya saben que es lo que les espera.-

-¿Y qué les espera?- pregunto con incredulidad.

-¿Tú qué crees?- se levanta desnudo y camina hacia el baño, escucho el caer del agua de la regadera, yo me acomodo en la cama y trato de cerrar mis ojos, al cabo de un rato, el sol entra tras las persianas, Axel está vestido en un traje negro, sin corbata, luce bien, pero no me hace sentir nada más que resentimiento.

- Báñate, te espero para desayunar-

-Hazlo tú solo yo no tengo hambre- respondo mientras lo veo de mala manera.

- No te estoy preguntando si tienes o no hambre, apúrate antes de que yo mismo te saque arrastras de esa cama... Y ponte algo cubierto, no quiero que te vea nadie más -

Aún me siento con sueño, pero como en esta habitación no tengo ropa, y no pienso obedecer a ese idiota, me tomo una larga ducha en la bañera, al cabo de 30 minutos, salgo únicamente cubierta por una toalla, camino tranquila, casi contando mis pasos, y pensando en como es que se dio cuenta de que lo engañaba con mi disfraz.

- ¡¿Que haces caminando solo en toalla?!-

-¡Liliana!- Escucho el grito que me saca de este trance, Axel me fulmina con esa mirada pesada llena de ira.

-Voy a cambiarme- respondo con sobresalto, Axel me toma del brazo y me lleva arrastras hasta su habitación.

-¡¿Eres idiota o qué?! ¡¿No te das cuenta de que puede verte alguien más?!

- ¡imbécil me estás lastimando! Aquí no hay nadie más... ¿No te das cuenta de que solo están tus empleadas? Y ni siquiera están cerca, ¿Que pasa contigo? ¿Quién te crees que eres? -Respondo con tanto coraje que no permito a Axel termine de hablar.

-¡Me importa una mierda quien está o no está! ¡Eres mi mujer y te tienes que comportar como tal!

-¡Y ya viste como me dejaste el cuerpo, parezco ganado marcado! ...

Axel, no quiero casarme contigo, quiero estar sola, quiero regresar a mi departamento!-

Digo suplicante al borde del llanto.

-Estás loca, eres mía, y no te vas a separar de mí, nunca, escúchame bien, si tú me dejas prefiero matarte, por qué si no eres para mí, no eres para nadie, me escuchaste, te mato con mis propias manos...

Ahora cámbiate, tus cosas ya fueron traídas desde temprano.

Entre con la sangre helada y mi respiración agitada, mire por un minuto mi cuerpo con las marcas aún visibles en mi piel, trague seco, algo era seguro, yo no podía quedarme en este lugar, tenía que escapar de aquí a como diera lugar

El desayuno pasó en completo silencio, Axel salió del departamento y pasadas las 2:00 pm vino el chófer de la familia a recogerme.

Llegamos a la mansión de la familia, la señora Catalina me recibió con un cálido abrazo, el señor Francesco no se encontraba, se había reunido con Axel en algún lugar a las afueras de la ciudad.

La señora Catalina no me dejó descansar ni por un minuto, vimos no sé cuántos vestidos de novia que perdí la cuenta, lo único que quería era que me dejara sola, pero su emoción era tan grande, vimos los arreglos para la decoración de la iglesia y salón, después decidió que se celebraría en el jardín de su casa,

Quería que las invitaciones fueran clásicas, no digitales, no dejaba de hablar que si los platillos de entrada, que el plato fuerte y postres, que el pastel el fotógrafo, si contrataría una orquesta para la ceremonia y para el banquete, estaba estresada, quería salir corriendo del lugar, hasta que llegó el momento de la comida, solo así pude estar un momento en tranquilidad, llegó la tarde y con ella mi partida también.

Subí al coche y ya estando a una cierta distancia del lugar, se me ocurrió pedirle al chófer que me dejara pasar a la farmacia por anticonceptivos.

-Lo siento señorita, pero tengo órdenes específicas de no separarme de usted- fueron sus palabras, así que trate de persuadirlo.

- No tardaré nada, solo iré súper rápido, es que Axel me pidió que comprara, aprovechando que vendría a casa de mis suegros por qué el no tendría tiempo de hacerlo- dije tratando de sonar convincente

- si no me cree, marque y pregúntele, aunque si lo hace tal vez se moleste mucho por qué lo estará molestando con estas cosas de mujer ... Ya sabe cómo es su temperamento... - añadí viendo sus ojos.

- Mm... Bien, pero yo iré-

Dijo con desconfianza.

- No, no, no es que usted no sabe cuál marca es la que uso, hay un ingrediente del que soy alérgica, que si lo tomo podría morir, y yo solo con ver el empaque sé reconocerlo.-

- Bien, muéstrame una foto y yo se lo traeré.- Responde el hombre con cierta desconfianza.

-Lo haría, pero no tengo mi teléfono ahora mismo, ándale, deje ir, no tardo nada-

Luego de un rato el hombre me dejó bajar de la camioneta, camine en dirección a la farmacia, voltea discretamente y al ver que esté no me miraba, empecé a correr, el gusto me duró poco tiempo, pues el chófer venía de tras mío, corrí con más fuerza, luego de un rato encontré a dos hombres fornidos, pero con aspecto inquietante.

- ¡Por favor, ayúdenme!- grité frente a ellos -Me viene siguiendo un hombre- volteé y por fin el chófer llegó dónde yo me encontraba.

Los hombres se pusieron delante de mí - Por favor señorita- Dijo el chófer - venga conmigo, me metería en problemas -

-Hey amigo, ¿Que quiere con la chica?-

Respondió uno de los sujetos.

-¡Ustedes no lo entienden, no es lo que parece!-

Responde el chófer ya alterado

- Por favor ayúdame, me quiere llevar-

Respondo desde atrás de ellos.

Los sujetos caminan de manera amenazante hacia él, de repente aparece Pedro frente a ellos.

-¡Hey! ¿qué pasa aquí?-

- La señorita me mintió, dijo que compraría anticonceptivos, que era alérgica...- respondía temeroso el chófer

-Tranquilo, yo me ocupo, sé lo ingeniosa que es la prometida del señor Colombo-

- ¿Dijo Colombo?- respondió uno de los dos hombres-

-Así es, la mujer que está oculta de tras de ustedes es la prometida del señor Colombo, así que si saben lo que es mejor para ustedes, nos la entregarán y aquí nada paso, Pero si no lo hacen, ya saben como terminará este asunto-

Los hombres se miran entre sí, deciden entregarme de vuelta, trago grueso y trato de correr, Pero uno de ellos me detiene y me entrega a Pedro.

- Buena elección, aquí nada paso, Lily, por favor no hagamos esto más grande, vayamos a casa, y no comentemos este incidente con Axel o se pondrá de muy mal humor-

Responde con mucha tranquilidad.

-Por mí qué se muera- respondo llena de ira.

Llegamos a la camioneta, de camino al departamento, Pedro habló conmigo, en un principio me negaba a escucharlo, pero pronto

Puse atención cuando me reveló que Axel era hijo del Capo de la familia Colombo haciéndolo a él sottocapo.

-Eso es imposible, ellos son empresarios, tienen empresas automotrices- respondo tratando de justificar la situación.

- Eso es solo la fachada, con esas empresas solo se lava el dinero, ellos son traficantes de armas, y son los mejores, es por eso que Axel casi siempre sale por días de casa y también su padre, Axel es temido... Lily tú no tienes idea de con quién te vas a casar.-

- Al parecer no... - siento un hueco en mi estómago.

-Lily, lo que hiciste hoy, casi le cuesta la vida Flavio, tubo suerte que te encontrara y que yo a ustedes, Flavio no tiene permitido hablar para quien trabaja, de hecho nadie lo tiene permitido-

-Y por qué tú lo hiciste-

-Yo soy una excepción- responde con una sonrisa -Lily te voy a pedir un enorme favor, no intentes escapar de nuevo, cuando Axel dice algo, no son solo advertencias vacías, si tanto quieres a Ivanov, es mejor que te alejes de él, por qué Axel por celos es capaz de acabar con su vida, para él esto de mandar almas a descansar no es nada, por favor, no pongas en peligro tu vida y la de él de más personal-

-Es que yo no lo quiero, yo no siento nada por él - mis lágrimas empezaron a caer una tras otra

- Ibas bien con tu disfraz, pero cometiste un error, ahora Axel está obsesionado contigo desde que te vio cerca de la universidad, y no te va a dejar, te voy a dar un consejo,

Decía mi madre "al más tiempo, buena cara" ¿Entiendes? Además Axel no es feo, hay demasiadas damas de tras de él, otras se considerarían afortunadas.-

-Yo no soy otras - respondí, mientras pensaba en lo que había dicho.

Me quedé en silencio el resto del viaje hasta que por fin llegamos a ese odioso edificio, que aunque era hermoso el lugar, para mí solo era dónde estaba mi jaula de oro.