Yaneli se casa enamorada a sus 16 años.
en el año de 1978 casarse a esa edad no era raro y más cuando las familias estaban de acuerdo.
Yaneli pensó que sería feliz, fue educada para hacer la esposa perfecta, pero nunca pensó que su infierno empezaría con ese matrimonio.
Antonio no era el hombre que esperaba y en el momento que lo encontró con otra mujer, no lo soporto, su orgullo, su dignidad, la hace abandonar a su esposo, su pueblo y renunciar a su familia.
ahora tiene que sobrevivir y darse a respetar ante una sociedad machista, de doble moral y sobre todo que juzga sin piedad.
te invito a conocer la vida de Yaneli, una joven que no está dispuesta a hacer el mueble de su esposo en una casa donde no tiene otra obligación que obedecer a su esposo.
¿ustedes creen que ella podrá ser feliz después de tener el estigma de una mujer separada?
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CAPÍTULO 19
Lo que sí le dio trabajo fue llevar el colchón a la habitación, era algo pesado, pero se dio sus mañanas para dejarlo sobre la base, tendió la colchoneta sobre el colcho, la almohada, tendió su frazada, la dejó lista para dormir.
Acomodo la cocina, las sillas en el comedor, todo lo arreglo muy bien y empezó a pensar en lo que aria para la mesa y las sillas; para las 4 am había dejado limpio y acomodado todo en su casa, se metió a bañar.
Por primera vez se quedó sin ropa en su cuerpo, se tapó solo con la frazada, para esperar al día siguiente que su ropa se secara, ya no quería seguir poniéndose la ropa sucia; apenas pudo dormir unas horas, el estar desnuda era incómodo para ella, su pudor no la dejaba estar quieta, la hacía sentir tan incómoda, pero el cansancio la hizo que por lo menos durmiera unas horas.
Eran las 8:30 am cuando despertó, unos rayos de sol entraron por la ventana, le pegaron en el rostro; abre sus ojos, se levanta con una alegría, se sentía positiva y no pensaba dejar que nada opacara esa felicidad.
Se cubre bien con la frazada, empieza a ver por la ventana y recuerda que entre sus cosas tenía su aguja, algunos hilos, todo lo necesario para empezar a bordar sus propias cortinas; tenía que estar en su habitación unas horas más, hasta que su ropa estuviera seca, tomo la bolsa donde tenía todo lo de la costura, tomo un hilo blanco fino y empezó a tejer, pensó en hacer algunas flores un poco más grandes que su mano.
Ella era muy hábil para tejar y para las 10: 30 am, había conseguido hacer 40 flores tejidas a crochet, de color blanco, azul, amarillo, rojo, rosa morada, también hizo algunas hojas verdes, que pego a las flores; hizo bastantes, pero aún no eran suficientes para terminar la cortina, que estaría compuesta en dos partes, sus primeras, cortina para su habitación, pero ya no iba a poder seguir por ese día, el hilo se le había terminado tenía que esperar tres días para ir al mercado para comprar más.
Se levantó de la cama, se puso sus zapatos y fue afuera a recoger su ropa limpia que ya estaba seca; la llevó a su habitación, tomó ropa interior, se la puso y después tomó uno de sus vestidos de color café claro, de manga larga y la parte de abajo era larga, tapaba sus pantorrillas.
Una vez cambiada, se sintió más cómoda, empezó a doblar su ropa, pero ahí se dio cuenta de que les hacía falta un tocador para guardar su ropa y sus cosas personales; metió una de las sillas y ahí acomodo su ropa, por el momento.
Recogió lo que había tejido y se puso a pensar en lo que iba a cocinarles, una vez que tuvo la idea, se mete debajo de la cama, saca $280.00. Con ese dinero tenía que pasar dos semanas. Era lo único que pensaba tomar para comprar su despensa de esos 15 días.
Sale de la casa, cierra la puerta con llave y primero va a la tienda, compra algunas cosas que le faltaban para la comida, después le pregunta ¿Dónde comprar carne?
La carnicería también le quedaba cerca, como lo había visto desde el principio, era una colonia popular, pero que tenía mucho movimiento, porque esa colonia era la que todos cruzaban para poder llegar a las fábricas.
Sofía, que aún estaba con María, decide acompañarla a la carnicería, con el pretexto de que el médico le dijo que caminara; caminaron casi 4 cuadras largas, pero llegaron a la carnicería, Yaneli provecho para comprar carne para otros días.
Compro la carne de res molida para la comida que haría, compro carne para hacer diferentes comidas, de res y de puerco; también compro jamón y chorizo, aprovecho que aun lado estaba una cremería, donde compro crema, mayonesa, queso para derretir, queso normal, panela, cosas que a ella le encantaba comer.
En todo lo que compró se gastó 50 pesos, pero con eso no iba a necesitar nada más en algún tiempo; las dos regresaron y llegaron a la tienda. Yaneli que no tenía cubierto ni una sola cazuela, le pidió a María que le prestara algunos, solo para cocinar ese día.
María encantada le dijo que sí.
Yaneli pasó a la cocina con María, tomo una cazuela honda, una grande, pero no alta, tomo algunos sartenes que utilizaría para poner los ingredientes; tomo todo lo que ocupaba y se fue a su casa.
Era una suerte que el cilindro de gas se lo hayan vendido con gas, por eso fue el precio elevado, solo esperaba que le alcanzara para terminar su comida.
Sofía se fue con ella, pero Yaneli no la dejó hacer nada. Empezó preparando la carne molida, le agregó diferentes sazonadores, perejil, entre otras cosas, la amasó bien y, por último, las hizo bolita, las dejó en el sartén hondo.
Después puso la verdura en otro sartén, la lavo bien y empezó a picarla en pedazos chicos y perfectos para comerlos, tenían el tamaño perfecto; tomo los chiles que iba a ocupar los puso a cocer en agua en una cazuela chica, una vez que estuvieron cocidos, le quito el agua y empezó a remolerlos con un vaso que había tomado prestado de la casa de María.
Le estaba costando trabajo hacer la comida, no tenía todo lo que ocupaba, pero era lista y sabía ingeniárselas; mientras cocinaba, platicaba con Sofía, que estaba sorprendida viéndola cómo estaba haciendo la comida.
Yaneli hizo un arroz rojo, remolió el jitomate con el mismo vaso, con agua y al final logró hacerlo como le gustaba. Para la 1:30 ya todo tenía listo, solo tenían que esperar 30 minutos para que todos llegaran.
Sofía no pudo resistirse y terminó probando la comida antes que todos, olía tan rico, que no pudo resistirse; quedó encantada con su comida y empezó a preguntarle qué más sabía hacer.
Yaneli se sentía orgullosa de su cocina que sin dudarlo le empezó a decir todo lo que sabía hacer, que iba desde comidas sencillas hasta platillos para fiestas; hablado de tantos platillos que Sofía la animó a seguir hablando.
Ella hizo un agua fresca de limón y una de fresa porque era la que le gustaba a Sofía, quiso darle gusto por su embarazo; algo que le encantó a Sofía. El sazón que ella tenía era algo delicioso y para terminar también había preparado un pan de naranja, había usado el horno, en un molde que también había traído de con María.
A las 2 pm llegaron María, su esposo y David. Ella llevó los platos hondos como le indicó Yaneli para la comida, junto con cucharas, vasos y unos platos planos para el postre.
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