NovelToon NovelToon
Fernando López: La Elección de un Hombre

Fernando López: La Elección de un Hombre

Status: Terminada
Genre:Mafia / Matrimonio arreglado / Amor eterno / Amante arrepentido / Completas
Popularitas:72
Nilai: 5
nombre de autor: Tânia Vacario

FERNANDO LÓPEZ fue obligado a asumir a una esposa que no quería, por imposición de la “organización” y de su abuela, la matriarca de la familia López. Su corazón ya tenía dueña, y esa imposición lo transformó en un Don despiadado y sin sentimientos.
ELENA GUTIÉRREZ, antes de cumplir diez años, ya sabía que sería la esposa del hombre más hermoso que había visto, su príncipe encantado… Fue entrenada, educada y preparada durante años para asumir el papel de esposa. Pero descubrió que la vida real no era un cuento de hadas, que el príncipe podía convertirse en un monstruo…
Dos personas completamente diferentes, unidas por una imposición.

NovelToon tiene autorización de Tânia Vacario para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 24

Quedó por algunos instantes mirando fascinado aquel bello par de senos y el rostro de su joven esposa transparecer todas sus emociones.

Mordisqueó levemente su cuello, luego buscó nuevamente aquellos labios suaves y los besó primero con delicadeza, después dejó que su lengua jugueteara con la de ella mientras su pulgar acariciaba los pezones endurecidos.

Deslizó la lengua por el cuerpo de la joven esposa, hasta que su boca encontró aquel seno firme, sintió los dedos de ella hundirse en sus cabellos mientras gemía e inclinaba la cabeza hacia atrás para que él tuviera el paso libre hasta sus senos.

Él la tomó en los brazos nuevamente y la acostó con delicadeza sobre la cama. Elena, acostada entre las sábanas claras, parecía una visión. Había inocencia y entrega en su mirada.

Fernando se inclinó, besándola otra vez, hasta percibir el gesto tímido de ella, la respiración acelerada. Entonces, comprendió.

Ella era virgen.

El descubrimiento lo golpeó con fuerza. Una mezcla de asombro, respeto y admiración se apoderó de él en ese instante, toda la frialdad que había cultivado desde el matrimonio se deshizo.

Pasó la mano suavemente por su rostro, apartando un mechón suelto de cabello.

—Elena...— susurró, con la voz ronca.— Eres increíble.

Ella apenas sonrió, tímida, como si pidiera que él no interrumpiera aquel momento.

A partir de ahí, cada gesto de él fue más lento, más delicado. Fernando no quería apenas satisfacer un deseo, sino guiar a Elena en su primera experiencia. Le besaba la frente, el cuello, susurraba palabras en un tono bajo para tranquilizarla.

Fernando desabrochó lentamente su camisa, tirándola sobre el sillón al lado. Se libró del pantalón, pero mantuvo su bóxer para no asustarla.

Con movimientos experimentados, la libró del vestido que tanto lo sedujo, restando apenas la minúscula braguita de encaje negra.

Su miembro pulsó ante aquella visión. Pero él necesitaba contenerse. Necesitaba ser paciente y contener su osadía.

Se acostó sobre ella, sin dejar que su peso fuera una molestia. Dejó que su mano paseara por el cuerpo delicado mientras la besaba sin euforia.

Cada gesto de él fue más lento, más delicado. Fernando no quería apenas satisfacer su propio deseo, sino guiar a su esposa en una experiencia única. Por primera vez, él sería el profesor…

Él podía sentirla estremecerse a cada toque, cada caricia. Cuando sintió que ella correspondía a sus besos con más desenvoltura, decidió que ella estaba lista.

Dejó que su mano encontrara la intimidad cálida y suave de su esposa. Llevó su dedo y pudo percibir lo cuán húmeda estaba ella para él, tuvo la certeza de que era el momento.

Retiró su miembro pulsante de dentro de la protección de su bóxer y con cuidado, se frotó en su entrada, sintiéndola endurecerse levemente ante aquello.

Pero no había vuelta atrás, él no podría parar...

—Calma… sentirás dolor, pero pronto pasará.

Arrodillándose entre las piernas de ella, él puede ver el vello oscuro y eso lo excitó demasiado. Se colocó en posición y lentamente fue invadido aquel espacio húmedo, caliente y apretado. Él la miraba a los ojos y pudo notar cuando sus ojos se aguaron.

—Confía en mí. Quiero disfrutar cada instante.

En cambio él recibió una leve sonrisa.

—Eres todo lo que necesito ahora.

Sin esperar más, él, en un solo arremetido, entró totalmente en el cuerpo de la esposa, que clavó sus uñas en los hombros fuertes del marido.

—Shh...calma, pronto pasa...

Fernando se mantuvo inerte manteniendo su control para no lastimar a su pequeña esposa.

Cuando la sintió relajar, la besó con cariño, aquella boca inocente. Al sentir que las manos delicadas acariciaban su nuca, él inició un movimiento de vaivén. Ya estaba en su límite. Sentir la barrera de la inocencia siendo quebrada, fue algo indescriptible.

Ahora, lo que Fernando deseaba era sentir todo su placer explotar...

Con movimientos rítmicos y con una cadencia firme, intensificó los movimientos hasta sentir que explotaba.

Con un gemido ronco, él sintió su placer derramarse con intensidad. Rodó para el lado, pero la trajo para su abrazo. Besó su frente cariñosamente.

—Disculpa si te lastimé. Será mejor la próxima vez...

Elena no dijo nada, apenas se acurrucó al cuerpo del marido. Ella había sido educada, entrenada... entonces el dolor no fue sorpresa para ella. El malestar en sus partes era sentido, pero ella prefirió callar.

—Ven pequeña...— Fernando se levantó, elevándola en los brazos y yendo directo para la ducha.

—No te preocupes, cuidaré de ti...

Él la frotó delicadamente con el jabón líquido, masajeando su cuerpo y arrancando suspiros de Elena.

Fernando intentaba al máximo el control, ella era delicada. Pero mientras sus manos se deslizaban por la espalda... cintura... senos... su deseo solo crecía.

Fernando estaba tan rígido como una roca. Él estaba, tan envuelto con sus sensaciones mientras lavaba el cuerpo de su esposa, que se asustó con la habla de ella.

—¡Cómo eso cupo en mí!— la voz de ella era llena de pánico.

—Elena, mi pequeña, durante la entrega, todo puede suceder...

Diciendo eso, él se inclinó y succionó los senos virginales, mientras direccionaba la mano delicada hasta su miembro endurecido. Incluso la mano quedando inerte, eso lo desestabilizó.

—Pronto sabrás cómo agradarme...

—¿No te agradé antes?

Fernando sonrió ante tanta Inocencia. Hasta que aquel matrimonio tenía sus ventajas...

—Sí, pequeña. Agradó mucho, pero tiene muchas lecciones para aprender.

Viendo las miradas curiosas que ella le dirigía, él colocó su mano sobre la de ella y la enseñó algunas caricias.

Tras algunos instantes Fernando perdió la cabeza para atrás y con un fuerte gemido, se derramó en las manos de la esposa.

¡Cielos! Él enloquecería...

Salieron juntos de la ducha, Fernando la secó rápidamente y los dos se acostaron juntos en la cama. Pero esa vez, los cuerpos desnudos, se entrelazaron y así adormecieron...

1
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play