- ¿Victoria, que piensas hacer?
Una pregunta que le hacen últimamente, y la respuesta no la sabe, ya que tiene un deber como asistente del fiscal y llevar al hombre que ama ante la justicia o decide salvar el amor de su vida y padre de su hermoso hijo.
Su deber será más fuerte que su amor, o dejará todo por amor y se volverá al lado oscuro.
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Capítulo 8
Una sola llamada, iba a destruir toda la confianza que ella le tenía.
- Patrick donde estás ahora.
- En mi apartamento.
- ¿Estás con ella?.
- Sí.
- Envíame la dirección vamos para allá.
- La retendré lo más que pueda, no te aseguro nada.
- Ese es mi chico.
Con lo que Patrick no contaba era que Victoria se había despertado y había escuchado la conversación, ella no podía imaginar que el hombre al que le había dado una oportunidad después de tantos años de estar sola, la estuviera entregando.
Se sintió tan mal, pero no al punto de llorar, no en ese lugar y sabía que no era el momento, tenía que irse antes de que llegaran.
Se colocó una bata y tomo su ropa, el apartamento se conectaba entre habitación, con mucho cuidado salió por el baño, Patrick no iba a entrar todavía a la habitación, ya que se estaba tomando un whisky.
Victoria corrió hasta la entrada y salió, no utilizo el ascensor bajo las escaleras de emergencia hasta el sótano, no quería que nadie diera aviso de que ella había salido. Tomo su ropa y se cambió, agradecía que no lo hubiera dicho en donde se estaba quedando.
- Victoria vamos a tomarnos algo.
Patrick había entrado a la habitación pensando que su novia estuviera durmiendo, pero no era así, la habitación se encontraba vacía, sin rastro de ella o de su ropa.
Como un loco, llamo a la portería, pero no se supieron dar razón, se cambió de ropa y salió como alma que lleva el diablo en busca de Victoria, pero sus esfuerzos fueron en vano ella ya no se encontraba por ningún lado.
Ahora como respondería ante su jefe, frustrado lo llamo e informo sobre la situación, la operación se había cancelado y él tenía que buscar la manera de que Victoria lo escuchará.
Y mientras que Patrick tenía cargo de conciencia Victoria llegaba al hotel, lista para salir corriendo y para donde no sabía. Porque no sabía el alcance de los hombres que la seguían.
A quien iba a pedirle ayuda, tantos casos y ahora estaba metida en medio de uno y al parecer del peor. Pero no iba a renunciar a él, si esto la llevaba a los culpables de la muerte de sus padres.
- Silvia alista la ropa, nos tenemos que ir.
- ¿Otra vez?.
- Sé que...
Victoria no pudo terminar de hablar, sus ojos se inundaron de lágrimas y comenzaron a caer por su rostro, nuevamente estaba llorando. Su poca familia estaba en peligro.
- Hace mucho que no te veía así, podría decirse que desde que murieron tus padres. Ni siquiera pudiste ir a su entierro. - ¿qué es lo que está pasando pequeña?.
Poco a poco sus emociones comenzaron a mermar y a dar paso a la tranquilidad, para poder hablar.
- Un caso, en el cual las víctimas son niñas, esto está relacionado con rusos, copié información en mi computadora y ellos se dieron cuenta.
- Y te están buscando por eso.
- Puede que sean los responsables de la muerte de mis padres. Me dijeron que lo dejara de lado, pero sabes que no puedo dejar las cosas así como así.
- Y como eres un poco testaruda, sigues investigando a tu modo.
- Si, y puede que me haya enterado de algo más, no te lo voy a decir, esto es más peligroso de lo que pensé.
- A dónde nos vamos ahora.
- En la casa de la abuela, sé que está desocupada y hace días estuve cerca, no es el mejor barrio, pero no tengo más opciones.
Decidida a salir de aquel hotel para poner a salvo a su hijo y a su tía, tomaron lo poco que tenían y salieron de la habitación, pero las cosas no iban a salir como ella pensaba, a penas llegaron al vestíbulo un grupo de hombres con traje y se encontraban armados.
Su corazón estaba a punto de salirse de su pecho, el miedo se estaba apoderando de ella, la ansiedad de que un mal movimiento podría desatar una locura.
- Señorita Montgomery acompáñenos por las buenas.
- Y si no quiero.
- A las malas será.
- Guarden sus armas, iré con ustedes.
- Sabía decisión.
- Deja que se vayan, ellos no tienen nada que ver.
- No me dijeron nada de ellos, solo me mandaron a recogerla a usted.
Ya que más daba, no podía huir, ellos tenían la ventaja, harían todo lo posible por llevarme si eso implicaba comenzar a matar a inocentes.
Dos de los hombres se acercaron a Victoria y la tomaron de los brazos, no iban a cometer el mismo error. Mientras la escoltaban hacia la salida, se escucharon unos disparos y los hombres que la retenían cayeron a su lado.
Asustada se giró y vio que su tía y su hijo ya no estaban a la vista, estaba segura de que ellos estaban seguros, que habían logrado escapar.
- Vámonos antes de que lleguen más.
- ¿A dónde me lleva?
- Un lugar seguro.
El hombre la tomo de la mano y la llevo hasta un auto, el cual ella ya había visto, era el mismo auto al que se había subido la noche en qué la habían seguido por primera vez.
Al entrar, vio al mismo joven de esa noche, está vez tenía un traje de color azul, llevaba puesta unas gafas y se encontraba leyendo unos papeles, en los cuales aparecía su foto, fue lo único que vio.
- Sigue llamando mucho la atención.
- No es que me queje, pero que hago acá.
- Le salvo el culo, por segunda vez.
- No pedí su ayuda.
- Lo sé, solo que necesito de usted.
Victoria intentó bajarse del auto, pero Antón se lo impidió, esa noche había sido larga y todos querían cogerla.
- Deje que me vaya, no sé quién es usted y tampoco voy a trabajar para usted.
- Sabe señora Montgomery, nunca acepto un no como respuesta, así que tengo un pequeño seguro.
Y ella ya sabía cuál era el seguro, él tenía a su tía y a su hijo, la tenía en su poder.
- Que quiere que haga.
- Por ahora vamos a llevarlos a una casa, para que puedan descansar.
Victoria se recostó en el asiento y no dijo una sola palabra, en todo el viaje a dónde, si sabía hacia una muerte segura.