Un hombre que muere y se arrepiente de no haber amado a nadie, aunque eso significaba perder a sus cercanos por ser homosexual, pero renació en un bebé en un mundo similar al nuestro pero con subgénero.
Entonces la pregunta es, el personaje principal de esta historia podrá encontrar el amor, averigua eso leyendo esta historia.
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19. Decisión tomada
Otro fin de semana que se dispuso a pasar en la casa de los Rossi donde la cena transcurría en un ambiente familiar, tranquilo y era reconfortante para Cian luego de una semana de duro estudio y prácticas, pero su mente estaba lejos de la mesa y frente a él estaban Clara con William conversando animadamente sobre las fotos más recientes que les había enviado Steven de la pequeña Pearl con ropa de animalitos como osa panda, león y conejito.
Sin embargo, Cian no podía enfocarse en los detalles, porque en su interior había tomado una decisión que cambiaría el rumbo de su vida para siempre y se debía a los acontecimientos recientes que lo habían llevado a cuestionarse su lugar en el mundo.
Desde la pelea inesperada con los alfas en la calle, hasta las constantes presiones de Aoife, la balanza de su vida se inclinaba peligrosamente a heredar la empresa en estos días, pero estaba otra cosa que estaba tomando peso sobre todo lo demás y era la oferta de Harold Pierce el director de la Filarmónica de Londres, seguía rondando en su cabeza como una promesa que no podía ignorar más tiempo.
Igualmente había recibido ofertas de otras instituciones, algunas de las cuales lo tendrían por su prestigio, pero nada se comparaba con la posibilidad de ser parte de la orquesta de Londres.
Además, Cian sabía que aceptar esa oferta significaba mucho más que un cambio profesional, ya que implicaba un alejamiento físico y emocional de las personas que lo habían apoyado durante los momentos más difíciles de su vida, era como caminar solo, luego de estar acostumbrado a ser apoyado por una mano o dos.
La voz suave de Clara lo sacó de su ensimismamiento.
-Cian, ¿Estas bien? Pareces distante. Le preguntó con una sonrisa cálida, pero preocupada.
Entonces él la miró y por un momento, sintió flaquear su determinación con la decisión que había tomado, ¿Cómo podría alejarse de ellos?, Sin embargo, era consiente que quedarse significaba renunciar a sus propios sueños, sus dedos se cerraron lentamente alrededor de los cubiertos, en un intento de contener la oleada de emociones que lo invadía, en su otra vida estaba lleno de arrepentimientos y no lo iba a repetir en esta segunda oportunidad.
-He tomado una decisión. Dijo finalmente, rompiendo el silencio en el comedor.
Por lo que Clara y William intercambiaron miradas, ya que estaban sorprendidos por el tono solemne de su voz, pero William fue el primero en hablar.
-Sea lo que sea, hijo, estamos aquí para apoyarte. Dijo con calma, como si ya supiera lo que vendría.
-Así es querido, ahora con la tecnología que hay, podremos seguir en contacto siempre que podamos llamarnos. Dijo Clara apoyando las palabras de su esposo para el joven.
Cian respiro profundamente, sintiendo cómo su corazón comenzaba a acelerarse y tomó una apostura erguida para decir.
-Voy a aceptar la oferta de la Filarmónica de Londres. Dijo el omega.
Esas palabras flotando en el aire como si aún no fueran del todo reales, pero al decirlas en voz alta, sintió el peso de la realidad en el pecho, pero de igual manera daba una extraña sensación de liberación.
Por lo que Clara lo miró por unos segundos en silencio, evaluando las emociones de su hijo, por que sabía lo que esa oferta representaba para Cian; era la culminación de años de esfuerzo y talento, pero en igual medida significaba alejarse de lo que considera su refugio ese lugar seguro al cual volver, su familia.
-¿Estás seguro?. Pregunto finalmente Clara, con su característica voz sueve, pero esta vez con un toque de firmeza.
-Si, lo he pensado mucho, sé que va a ser difícil al inicio, pero también sé que necesito hacer esto por mí. Explicó Cian.
El joven exudaba determinación en su postura y voz, pues era consciente de lo que estaba sacrificando, sin embargo, el miedo a no cumplir con sus propias expectativas lo empujaba a hacia adelante, sabía que debía emprender vuelo del nido para enfrentar el mundo por si mismo.
Por otro lado, William sonrió, aunque con cierta melancolía y le dijo al joven que tanto él como su esposa sentían que era hijo de su sangre.
-Sabemos que tomarás la decisión correcta. Dijo mientras levantaba su vaso.
-Y como ya te dijimos siempre estaremos aquí para ti, sin importar dónde vayas. Señaló William.
Clara asintió, su sonrisa reflejando los matices de orgullo y tristeza.
-Estoy orgullosa de ti Cian, siempre supe que llegarías lejos. Dijo Clara acercándose para tomar su mano y siguió hablando.
-Aunque me duele verte partir, sé que es tu camino y no podría estar más feliz por ti.
Cian apretó la mano de su madre adoptiva, sintiendo un nudo en la garganta y lágrimas no derramadas en sus ojos, pues sabía que decir adiós sería la parte más difícil, pero entendía que este adiós no era definitivo, además Londres no estaba tan lejos y aunque se apartaría físicamente de ellos, siempre llevaría su apoyo y amor consigo.
-Gracias. Susurró Cian.
El joven estaba agradecido por el apoyo incondicional que siempre había recibido de ellos, esa noche mientras se preparaba para dormir, Cian sintió una mezcla de emociones encontradas, pues había tomado la decisión, pero el viaje apenas comenzaba.
Considerando que frente a él se desplegaba un nuevo horizonte lleno de posibilidades y desafíos, pero estaban los factores de soledad y nostalgia, pues sabía que no sería fácil, no obstante, estaba listo para enfrentarlo, porque al final del día, esta era su vida y estaba decidido a vivirla en sus propios términos.
Con un último suspiro, se recostó en la cama para mirar al techo, por primera vez en mucho tiempo, sentía que había encontrado algo parecido a la paz.