Una historia sobre un adolescente Riko que se enamora de una ramera
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**Capítulo 19: Reconciliación o Ruptura**
**Capítulo 19: Reconciliación o Ruptura**
El aire en el estudio de Fabiola estaba impregnado de una mezcla de emoción y ansiedad. Había pasado un tiempo desde que compartió su historia con el mundo, y aunque había recibido un aluvión de apoyo, también había comenzado a sentir la presión de las expectativas. Sin embargo, había algo más en su mente: la relación con Samuel. Había tomado la decisión de enfrentar su pasado, pero el futuro con él seguía siendo incierto.
Esa mañana, mientras trabajaba en nuevos bocetos, Fabiola sintió que la tensión aumentaba. "¿Qué sucederá si Samuel intenta volver a entrar en mi vida? ¿Y si todo lo que he logrado se ve afectado por su influencia?", se preguntaba, sintiendo que la ansiedad la invadía. Aunque había tomado la decisión de no colaborar con él, la posibilidad de que él quisiera reconciliarse la mantenía en un estado constante de alerta.
Mientras revisaba sus diseños, su mente divagaba hacia el pasado. Recordaba los momentos difíciles que había enfrentado bajo la supervisión de Samuel y cómo había luchado por encontrar su voz. "No puedo dejar que eso me defina. He crecido demasiado como para volver atrás", se dijo a sí misma, sintiendo que la determinación comenzaba a florecer.
Al llegar la tarde, Fabiola decidió que era el momento de hablar con Fernando sobre sus preocupaciones. Se sentaron en el sofá, y ella comenzó a compartir sus pensamientos. "Fernando, he estado pensando en lo que sucederá si Samuel intenta volver a entrar en mi vida. No sé cómo manejarlo", confesó, sintiendo que la vulnerabilidad se hacía evidente.
Fernando la miró con atención, comprendiendo la gravedad de sus palabras. "Es natural sentir esa preocupación. Has pasado por mucho, y es normal tener dudas. Pero recuerda que tienes el control sobre tu vida y tus decisiones. No dejes que el miedo te detenga", dijo, su voz llena de apoyo.
"Lo sé, pero no puedo evitar pensar en todas las cosas que pasé con él. No quiero que eso vuelva a suceder", respondió Fabiola, sintiendo que la angustia la invadía.
Fernando tomó su mano, su toque reconfortante. "No estás sola en esto. Estoy aquí para ayudarte a enfrentar cualquier desafío que se presente. Si Samuel vuelve a aparecer, juntos podremos manejarlo", dijo con confianza, sintiendo que el amor que compartían los fortalecía.
Esa noche, mientras Fabiola se preparaba para dormir, la ansiedad seguía acechando. "¿Y si Samuel se presenta de nuevo? ¿Y si intenta manipularme otra vez?", se preguntaba, sintiendo que la incertidumbre la mantenía en vilo. Sin embargo, también había una parte de ella que sabía que había crecido y aprendido a ser fuerte. "No puedo dejar que el pasado me defina", se dijo a sí misma, sintiendo que la determinación comenzaba a renacer.
Al día siguiente, Fabiola decidió que debía ocupar su mente con el trabajo. Se sumergió en sus diseños, buscando inspiración en cada rincón de su creatividad. A medida que pasaban las horas, la tensión comenzó a disiparse. "Debo recordar por qué amo esto. No puedo dejar que las sombras del pasado me afecten", pensó, sintiendo que la pasión por el diseño comenzaba a florecer.
Sin embargo, mientras trabajaba, recibió un mensaje inesperado de Samuel. "Hola, Fabiola. Me gustaría hablar contigo. He estado reflexionando sobre nuestras conversaciones y creo que deberíamos sentarnos y hablar sobre lo que sucedió entre nosotros", decía el mensaje.
Fabiola sintió que su corazón se aceleraba. "¿Por qué ahora? ¿Qué quiere realmente?", pensó, sintiendo que la ansiedad comenzaba a acumularse. "No puedo ignorar esto. Debo enfrentar la situación", se dijo a sí misma, sintiendo que la determinación crecía en su interior.
Decidió responder al mensaje. "Hola, Samuel. Estoy dispuesta a hablar, pero necesito que seas honesto conmigo. No quiero volver a caer en el mismo patrón", escribió, sintiendo que la tensión aumentaba. No sabía qué esperar de la conversación, pero estaba lista para enfrentar lo que fuera necesario.
Cuando llegó el día de la reunión, Fabiola se sintió nerviosa pero decidida. Al entrar al café donde habían acordado reunirse, su corazón latía con fuerza. Samuel ya estaba allí, esperándola. Al verla, sonrió, pero Fabiola notó una sombra de tensión en su rostro.
"Hola, Fabiola. Gracias por venir", dijo Samuel, su tono algo más serio de lo que había esperado.
"Hola, Samuel. Quiero ser clara desde el principio. Estoy aquí para hablar sobre lo que sucedió entre nosotros, pero necesito saber que esta vez serás honesto", respondió Fabiola, sintiendo que la determinación la envolvía.
Samuel asintió, su expresión seria. "Lo entiendo. He estado reflexionando sobre mis acciones y cómo te afectaron. Quiero disculparme sinceramente por la forma en que manejé nuestra colaboración. No era mi intención hacerte sentir menos", dijo, su voz llena de sinceridad.
Fabiola sintió una mezcla de sorpresa y desconfianza. "Aprecio tu disculpa, pero tengo que ser honesta. Aún me afecta lo que pasó. No quiero volver a un entorno tóxico", dijo, sintiendo que la vulnerabilidad se hacía evidente.
"Entiendo tus sentimientos. He estado trabajando en mí mismo y en cómo trato a los demás. Quiero que sepas que valoro tu talento y me gustaría encontrar una forma de reconciliarnos. Creo que podríamos hacer cosas increíbles juntos", sugirió Samuel, su tono lleno de esperanza.
Fabiola sintió que la confusión la invadía. "No estoy segura de que eso sea lo que quiero. Mi experiencia contigo fue difícil, y no quiero arriesgarme a volver a caer en el mismo patrón", respondió, sintiendo que la angustia la envolvía.
La conversación continuó, y a medida que Samuel hablaba sobre su deseo de mejorar, Fabiola comenzó a cuestionar su sinceridad. "¿Realmente ha cambiado, o está simplemente tratando de manipularme una vez más?", se preguntaba, sintiendo que la desconfianza seguía acechando.
Finalmente, cuando la reunión llegó a su fin, Fabiola salió del café sintiéndose confundida. Había expresado sus sentimientos, pero las palabras de Samuel seguían resonando en su mente. "¿Realmente ha cambiado? ¿Puedo confiar en él?", se preguntaba, sintiendo que la angustia la invadía.
Esa noche, mientras se sentaba con Fernando, le compartió lo que había experimentado. "Hablé con Samuel nuevamente, y aunque parece que ha cambiado, no estoy segura de si debo confiar en él", confesó, sintiendo que la angustia la invadía.
Fernando la miró con atención. "Si sientes que no puedes confiar en él, entonces no deberías. Tu instinto es importante, y no debes ignorarlo. Tómate el tiempo que necesites para decidir qué es lo mejor para ti", dijo, su voz llena de apoyo.
Fabiola asintió, sintiendo que la sabiduría de Fernando la empoderaba. "Debo recordar que tengo el control sobre mi vida y mi carrera. No permitiré que las dudas me dominen", se dijo a sí misma, sintiendo que la determinación comenzaba a renacer.
A medida que pasaban los días, Fabiola continuó trabajando en su colección y comenzó a notar que la confianza regresaba lentamente. Aunque la traición de Samuel había sido dolorosa, había aprendido a enfrentar sus miedos y a encontrar su voz. Con Fernando a su lado, se sentía capaz de enfrentar cualquier desafío que la vida le presentara.
Sin embargo, a medida que avanzaba en su trabajo, la sombra de Samuel seguía presente en su mente. "¿Qué pasará si decide hacer algo más? ¿Y si intenta socavar mi trabajo?", se preguntaba, sintiendo que la preocupación la invadía.
Una tarde, mientras estaba en su estudio, recibió una llamada de un colega. "Fabiola, he escuchado rumores sobre Samuel. Parece que está hablando mal de ti nuevamente", dijo su amigo, su tono lleno de preocupación.
Fabiola sintió que el aire se le escapaba de los pulmones. "¿Por qué no puede dejarme en paz? He tomado una decisión y estoy lista para seguir adelante", pensó, sintiendo que la frustración la consumía.
Con el tiempo, Fabiola se dio cuenta de que había llegado a un punto crítico en su vida. "No puedo permitir que el pasado me afecte. Debo enfrentar esta situación de una vez por todas", se dijo a sí misma, sintiendo que la determinación crecía en su interior.
Decidió que era hora de confrontar a Samuel nuevamente. "No puedo dejar que siga hablando de mí. Necesito cerrar este capítulo de una vez por todas", pensó, sintiendo que la resolución comenzaba a florecer.
Cuando llegó el día de la confrontación, Fabiola se sintió nerviosa, pero también empoderada. Había decidido que esta vez no permitiría que Samuel la intimidara. Al entrar al estudio, encontró a Samuel esperando. Al notar su presencia, levantó la vista y sonrió. "Fabiola, qué sorpresa verte. ¿Cómo has estado?", preguntó, su tono amistoso pero con un matiz de tensión.
"Hola, Samuel. Gracias por reunirte conmigo nuevamente. Quiero ser clara desde el principio. Estoy aquí para hablar sobre lo que he escuchado. Me han dicho que sigues hablando mal de mí, y no puedo permitir que eso continúe", comenzó Fabiola, sintiendo que la tensión se acumulaba en el aire.
Samuel frunció el ceño. "No estoy seguro de a qué te refieres. Siempre he querido lo mejor para ti", respondió, su tono defensivo.
Fabiola sintió que su corazón se aceleraba. "No puedo permitir que hables de mí de esa manera. He tomado una decisión y estoy lista para seguir adelante. No quiero que sigas arrastrándome a tu drama", afirmó, sintiendo que la determinación comenzaba a fluir.
Samuel la miró, y por un momento, Fabiola creyó ver una chispa de comprensión en sus ojos. "Lo siento si te hice sentir así. No era mi intención. Quiero que sepas que respeto tu decisión", dijo, su tono más serio.
Pero Fabiola no estaba dispuesta a aceptar una disculpa vacía. "Respetar mi decisión significa dejarme en paz. He trabajado duro para llegar aquí, y no permitiré que tus palabras me afecten", dijo, sintiendo que la confianza comenzaba a fluir.
Cuando salió del estudio, sintió una mezcla de alivio y confusión. Había enfrentado a Samuel y le había expresado sus sentimientos. Aunque la conversación había sido difícil, también había sido un paso importante en su viaje hacia la sanación.
Esa noche, mientras se sentaba con Fernando, le compartió lo que había decidido. "Hablé con Samuel nuevamente, y esta vez le dejé claro que no permitiré que su comportamiento me afecte. Estoy lista para seguir adelante", dijo, sintiendo que la determinación crecía en su interior.
Fernando sonrió, su expresión llena de amor y orgullo. "Eso es increíble, Fabiola. Has tomado una decisión valiente y empoderadora. Estoy tan orgulloso de ti", dijo, su voz llena de apoyo.
A medida que pasaban los días, Fabiola continuó trabajando en su colección y comenzó a notar que la confianza regresaba lentamente. Aunque la traición de Samuel había sido dolorosa, había aprendido a enfrentar sus miedos y a encontrar su voz. Con Fernando a su lado, se sentía capaz de enfrentar cualquier desafío que la vida le presentara.
Sin embargo, la sombra de Samuel seguía acechando. A medida que avanzaba en su trabajo, Fabiola comenzó a preguntarse si alguna vez podría reconciliarse con él o si la ruptura era definitiva. "¿Hay alguna posibilidad de que podamos ser amigos? ¿O es mejor dejarlo todo atrás?", se preguntaba, sintiendo que la incertidumbre la invadía.
Finalmente, decidió que era el momento de tomar una decisión. "No puedo seguir viviendo en la incertidumbre. Debo establecer límites claros y decidir qué es lo mejor para mí", pensó, sintiendo que la determinación comenzaba a florecer.
Al final de la semana, Fabiola decidió que era hora de poner fin a la confusión. Llamó a Samuel y le dijo: "Hola, Samuel. He estado pensando en nuestra situación. Creo que lo mejor para ambos es que sigamos nuestros caminos por separado. Necesito enfocarme en mi propia carrera y en lo que realmente quiero".
La voz de Samuel sonó seria. "Entiendo, Fabiola. Siempre querré lo mejor para ti. Espero que encuentres el camino que te haga feliz", dijo, su tono lleno de sinceridad.
Fabiola sintió que una carga se levantaba de sus hombros. "Gracias, Samuel. Aprecio tu comprensión. Espero que podamos dejar esto atrás", respondió, sintiendo que la determinación comenzaba a florecer.
Al colgar, sintió una mezcla de alivio y tristeza. Había tomado una decisión difícil, pero sabía que era lo mejor para su bienestar. "Es hora de seguir adelante y enfocarme en lo que realmente importa", pensó, sintiendo que la determinación crecía en su interior.
A medida que los días pasaban, Fabiola se sumergió en su trabajo y comenzó a notar que la confianza regresaba lentamente. Había enfrentado su pasado y había encontrado la fuerza para seguir adelante. "No puedo permitir que las sombras de mi historia me definan. Soy más fuerte de lo que nunca imaginé", pensó, sintiendo que la esperanza comenzaba a florecer.
Con Fernando a su lado, Fabiola sabía que estaba lista para enfrentar lo que viniera. Había aprendido que el amor y el apoyo mutuo podían superar cualquier obstáculo, y estaba emocionada por el futuro que les esperaba. "Este es solo el comienzo de mi viaje", pensó, sintiendo que la determinación crecía en su interior