Rome Fantasy

Aproximadamente 5 minutos después de que Mario diera sus órdenes a los legionarios.

-Mierda... esto se ve mal.

Hasta donde Mario podía ver, innumerables monstruos aparecieron fuera del bosque, moviéndose en masa mientras apuntaban hacia el fuerte.

-¿Cuántos de ellos hay? Durante las misiones de reconocimiento no se vio ni uno solo... ¿De dónde vinieron todos?

-No estoy seguro, pero nuestra situación no está mejorando.

Mientras Mario y Corvus iban y venían, la cantidad de monstruos que aparecían a la vista aumentó.

-Debieron escuchar la explosión provocada por el héroe.

-Hay goblins, orcos, ogros, incluso un troll.

Los monstruos que se acercan al fuerte portaban cosas como palos, garrote, espadas oxidadas y algunos llevaban armaduras rotas.

-Estamos rodeados, no hay forma de que podamos escapar...

-Cierto. La única manera en que podamos sobrevivir es aniquilar a nuestros enemigos.

-Dicho eso, solo contamos con 480 hombres, incluyendo arqueros y escorpiones, ¿será suficiente para aniquilar a todos estos monstruos?

Mientras Mario pensaba en sus opciones, los monstruos rugieron en voz alta mientras comenzaban a cargar contra el fuerte.

-¡¡Mierda, están empezando!!

Mientras el suelo retumbaba con la feroz carga de los monstruos, Mario ordenó el contraataque.

Las lanzas de los escorpiones sonaron al caer sobre sus objetivos. Muchos monstruos terminaban empalados por los proyectiles.

Los arqueros dentro del fuerte disparan matando a la horda de monstruos que se acerca.

-No importa cuantos matemos, no paran de venir.

-¡¡Mierda, hay demasiados!!

-¡¡Deja de quejarte!! Mira, el emperador está luchando junto a nosotros, ¡Todos saldremos bien! ¡Saldremos de esta!

Un legionario cercano regaña a su compañero y lo anima a seguir luchando, a pesar de la abrumadora cantidad de monstruos.

-¡¡Gigante entrante!!

Al girarse para mirar en dirección al soldado que gritaba, Mario vio un gran troll arrastrando un gran garrote, el suelo retumbaba a medida que se acercaba.

Bloqueando las fechas con su gran garrote, el troll comenzó a ganar velocidad y se dirigió hacia la pared del fuerte. Mario, desesperado, ordenó que todos los escorpiones concentraran su ataque en el troll.

Tan pronto como fueron disparados, las lanzas volaron directamente hacia el troll mientras levantaba su garrote para derribar las puertas del fuerte. De repente, una de las lanzas entró por uno de sus ojos, perforando su cráneo, hasta llegar al otro lado.

Con una lanza atravesada en su cabeza, el cuerpo del troll cae, aplastando a los orcos y goblins cercanos a su lado.

-¡¡Bien!!

Aliviados por la crisis inmediata, por lo que se podía ver, ese era el único troll a la vista, pero los hombres de Mario no podían descansar todavía.

Los monstruos se acumulaban en la puerta principal del fuerte, por lo que era cuestión de tiempo que la derribasen.

-... pronto la puerta va a caer.

-¡¡Todos, en formación de combate!!

Al observar como la puerta comienza a caer, Mario ordena a sus hombres que se consoliden frente a la puerta principal.

Colocándose en formación de combate, los legionarios esperaron a que los monstruos entraran corriendo.

Dañadas en varios lugares, se podían ver las siluetas y apariencias feas de goblins y orcos destrozando aún más la puerta.

-Muy bien, no quedan muchos monstruos.

Justo cuando la esperanza llenaba el ánimo de Mario, el sonido de la puerta rompiéndose comenzó a crecer, hasta que finalmente colapso.

-¡¡Lancen pilums!!

Las jabalinas impactan en los monstruos que salen de la puerta, matándolos al no tener ninguna protección.

En el momento que los legionarios arrojaron todas sus armas arrojadizas, Mario dio la orden.

-¡¡Desenvainen!!

Justo cuando Mario dio la orden, los legionarios desenvainaron sus espadas mientras veían la horda de monstruos hacia ellos.

El ataque a la fortaleza se inició con 2000 monstruos, pero ahora se había reducido a la mitad. Los monstruos chocaban contra los escudos romanos mientras eran apuñalados por las gladius.

La eficiente maquinaria de guerra romana ayuda a compensar la desventaja contra la superioridad numérica del enemigo, por lo que en menos de media hora la gran mayoría de la horda fue aniquilada. Mientras que los pocos sobrevivientes comenzaban a huir despavoridos.

La batalla había acabado.

-Ah... mierda, ya no puedo más...

Después de ver la figura de Julia a lo lejos, todo el estrés acumulado por la batalla hace que Mario caiga sentado.

Corriendo inmediatamente hacia Mario, Julia acaricia el cuerpo sudoroso de Mario en busca de alguna herida.

-¡¡Marius!! ¡¿Estás bien?! ¡¿Estás herido?!

-Ah no... estoy bien. Me siento mejor ahora que estás conmigo.

-Por supuesto. Acompañarte es mi única razón de existir.

Extendiendo su mano, Julia agarra la mano de Mario con una expresión de alivio, con una suave sonrisa decidió encargarse del tratamiento post-batalla.

-Ah, esto es...

Tanto dentro como fuera del fuerte sé apilaban grandes montañas de cadáveres de monstruos, mientras el olor a muerte flotaba en el aire.

-Marius, dejemos la limpieza posterior a la batalla a los soldados y vayamos a atender a los heridos para tratarlos.

-... está bien.

Escuchando la sugerencia de Julia, Mario fue a tratar a los heridos, mientras que los soldados sé encargan de la limpieza de los cuerpos de los monstruos que yacían alrededor del fuerte.

* * *

Después de escuchar el informe de bajas, el ánimo de Mario cayó aún más.

-Había 100 soldados con heridas leves, 30 con heridas graves... pero como curé a todos, el número de heridos se redujo a 0. Y aun así, 15 soldados murieron. Después de haber experimentado esa batalla, es un milagro que solo 15 personas murieran... aun así, después de todo eso, perder a mis hombres no se sintió para nada bien.

-... Marius.

De pie junto a Julia, Mario murmuró para sí mismo al ver sus soldados muertos cubiertos con una tela siendo sacados de la tienda médica.

-... debería haber hecho algo más...

-Marius. Hiciste lo mejor que pudiste. Ahora estás exhausto. Por favor, descansa un poco.

Incapaz de calmar sus emociones inestables, Mario se culpó a sí mismo de no poder evitar esas muertes.

-No, no puedo, después de pasar por todo eso, no creo que pueda dormir, necesito calmar mis nervios.

-Pero aun así, debes descansar. Deja que los demás se encarguen del fuerte, y ve a la cama.

-Si, sí, voy.

Asintiendo ante la petición de Julia, Mario se dirige a su tienda.

-...

Mirando ansiosamente la espalda de Mario desaparecer de la vista, de repente el rostro de Julia cambió a una sonrisa pícara, pensando que ahora es la oportunidad perfecta.

* * *

-... ¿Hm? ¿Alguien entró?

Acostado en su cama, Mario noto la presencia de alguien entrando en su tienda.

Al levantarse de la cama, vio a Julia que acababa de sentarse en la cama junto a él, en ropa interior, pero solo de la parte inferior.

-Um... ¿Julia? ¿Por qué estás aquí y vestida así?

-Bueno, Marius, es que hay una cosa...

-¿Qué cosa?

-Me di cuenta de que no te sientas muy bien, así que pensé en venir a mejorar tu estado de ánimo.

-... ¿Qué?

-No podía evitar verte sufrir, por lo que te ayudaré a aliviar tu sufrimiento con mi cuerpo.

Julia abraza a Maria, haciendo que Mario sintiera los pechos descubiertos de Julia en su espalda.

-Hey. No tienes que forzarte a hacer esto.

-No. Eres una persona muy apreciada para mí, y he decidido estar a tu lado como tu emperatriz... ¿O acaso no te gusto?

Ya al límite, Mario se voltea y mira a Julia con una mirada seria.

-Por su puesto que no.

Y así Mario tuvo a su primera integrante en su harén.