En un mundo donde el desprecio y la hostilidad reinan, Evans y Nicole se encuentran atrapados en un juego de odio y desafío constante. Evans, un hombre frío y mujeriego, nunca ha creído en el amor, hasta que Nicole, una sexy y decidida doctora, entra en su vida desbaratando todas sus certezas. A pesar de sus diferencias y de su mutuo desagrado, ambos se ven irresistiblemente atraídos el uno hacia el otro.
Nicole, centrada en su carrera y determinada a no dejarse pisotear por ningún hombre, se ve obligada a enfrentar sus propios prejuicios cuando la presencia de Evans la desafía de formas inesperadas. Por otro lado, Evans se ve forzado a confrontar sus propias barreras emocionales y su reputación de hombre frío cuando se da cuenta de que Nicole es mucho más que una simple colega.
A medida que la tensión entre ellos aumenta y las chispas vuelan, ambos se ven obligados a cuestionar sus creencias y a enfrentar sus propios miedos. A pesar de sus reticencias iniciales, comienzan a descubrir que tal vez, detrás de su enemistad, se oculta una pasión y un deseo que ninguno de los dos puede negar.
Entre enfrentamientos ardientes y momentos de ternura inesperados, Evans y Nicole se embarcan en un viaje emocional tumultuoso, donde el amor y el odio se entrelazan de formas complejas y sorprendentes. ¿Podrán superar sus diferencias y encontrar la redención en los brazos del otro, o su amor está condenado a arder en el fuego de su propio desdén? "Entre el Odio y el Amor" es una historia apasionante que desafía las expectativas y nos sumerge en un torbellino de emociones y deseos contradictorios.
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Capítulo 19 Gata rabiosa
—La casa es increíble, mi habitación es divina. Ya desempaqué; estoy viendo qué traje de baño usar, ya que debido a lo que sucedió anoche, tengo chupetones en mi pecho. Evans, eres un desgraciado, me alegra que no sea la única con chupetones. Bueno, no me queda de otra, me los voy a tapar con maquillaje. Lo bueno es que es a prueba de agua, ya que ninguno de mis bikinis me los tapa. Voy al baño a probar si en verdad funciona. Me meto a la tina y gracias al cielo no se quita nada, pero por las moscas, no me voy a meter al agua. Ya estoy lista y bajo; Bella me escribió diciendo que me esperan abajo.
Carla: —¡Qué guapa estás! Bueno, ya estamos todos. Vámonos.
Bella: —El agua está increíble, ven, Niky.
Nicole: —No, gracias, así estoy bien.
Steven: —Ven, no seas aburrida; el agua está súper.
Evans: —Ya déjenla tranquila. ¿No ven que dijo que no?
Cristian: —Ay, qué amargados. Bueno, ustedes se lo pierden.
Nicole: —Creo que hubiera sido mejor que me fuera con ellos. Ahora me quedé sola con el hielo y él no sabe disimular. Desde que me vio, no ha dejado de mirarme. Bueno, lo voy a ignorar. Me dormiré un poco; antes de eso, me pondré bloqueador. Estaba por hacerlo cuando Evans me lo quita de la mano. —Oye, ¿qué haces?
Evans: —No ves, me voy a poner bloqueador.
Nicole: —Eso lo sé, pero es mío. ¿Por qué no usas el tuyo? No ves que lo estaba usando.
Evans: —Sí, como digas, pero quiero usar este.
Nicole: —Oye, ¿qué haces? Déjame.
Evans: —Ay, eres irritante. No ves que te estoy poniendo bloqueador. En vez de estar chillando, agradece.
Nicole: —No tengo que agradarte nada. Y ven, pasa, que esto es mío. —Me voy lo más rápido que puedo. No quiero estar cerca de él. La tensión sexual entre nosotros es muy grande. Sentí escalofríos cuando sus manos me tocaron.
Evans: —Me va a volver loco. No sé por qué hice eso, pero por más que lo niegue, será difícil olvidar lo que pasó. Y me duele que ella no me diga nada sobre eso. Bueno, dejaré de pensar en ella por un momento y me dormiré.
Carla: —Chicos, tengo una idea. Busquen una cubeta y echémosle agua y tirársela a los chicos por aburridos.
Cristhian: —Eres mala, pero te apoyo. Vamos.
Evans: —¿Qué les pasa? Están locos. ¿Cómo se les ocurre hacer eso?
Nicole: —Se han vuelto locos.
Bella: —Ay, ya fue, una simple broma. Qué amargados. Niky, amiga, ¿desayunaste pimientos junto a tu vecino o qué? ¿Por qué tan amargada?
Evans: —Váyanse todos al demonio. Por su culpa estoy todo mojado.
Steven: —Hermano, no te quejes. Estamos en la playa. Mejor quítate esa camisa y vamos todos al agua, al igual que tú, dulce. Quítate ese vestido.
Nicole: —Bueno, ustedes ganan. Vamos al agua.
Steven: —Hermano, se ve que te divertiste anoche.
Evans: —No sé de qué me hablas. Trato de no hacerles caso, ya que sé de lo que hablan, pero miro discretamente a la causante y se pone roja, cosa que me provoca mucha risa.
Carla: —Al parecer, te topaste con una gata rabiosa.
Nicole: —Vamos al agua o qué. Quiero matar a Carla. Cómo se le ocurre decir eso. Quiero que me trague la tierra y me escupa lejos de Evans. Gracias a Dios que yo sí me tapé mis chupetones. No aguantaría ningún comentario. Los mandaría a todos a China, por no decir otra cosa. Claro, estoy controlando no decir tantas groserías.
Evans: —Se ve tan linda sonrojada. Pero, ¿qué carajos estoy diciendo? Aunque no hemos hablado, la tensión entre nosotros sigue igual. Mi mente no me ayuda para nada. Y ese bikini que tiene puesto deja mucha imaginación. Lo que debo preguntarle es qué fue lo que hizo con los chupetones. No se le ven ninguno, y estoy bien consciente de que los hice. Pero de algo sí tiene razón Carla, si fue una gata rabiosa.
