Baile Con El Diablo

La Caída de un Tirano

El hombre me arrastró hacia la salida, alejándome de la cabaña. Volkov y Lukas se enfrascaron en un feroz tiroteo, mientras Lena y Natalia intentaban ayudar a Lukas sin éxito.

Forcejeé con todas mis fuerzas, intentando librarme del agarre de aquel hombre, pero su fuerza era abrumadora.

"¡Suéltame!" grité, desesperada. "¡No puedes llevarte!"

El hombre se limitó a ignorar mis súplicas y continuó arrastrándome hacia un vehículo que estaba esperando fuera.

De pronto, escuché un grito desgarrador que me heló la sangre.

"¡Sarah!" Era la voz de Lukas, que parecía estar herido.

Sin pensarlo, me retorcí con todas mis fuerzas, logrando librarme del agarre de mi captor. Corrí de vuelta hacia la cabaña, con el corazón latiéndome a toda velocidad.

Al llegar, la escena que me encontré me dejó horrorizada. Lukas yacía en el suelo, sangrando profusamente, mientras Lena y Natalia intentaban socorrerlo. Volkov, por su parte, apuntaba su arma hacia ellos, con una sonrisa macabra en el rostro.

"¡Detente, Volkov!" grité, interponiéndome entre él y mis amigos.

Volkov me miró con sorpresa, pero luego su rostro se contorsionó en una mueca de ira.

"¡Sarah! ¿Cómo te atreves a desobedecerme?" rugió, apuntando su arma hacia mí.

Sentí que el miedo me paralizaba, pero me mantuve firme, encarando a mi torturador.

"Ya no eres mi dueño, Volkov", dije, con una valentía que ni yo misma sabía que poseía. "Esto se acabó."

Él soltó una carcajada amarga.

"¿Acabado? ¡Esto apenas comienza, maldita!" gritó, presionando el gatillo.

Cerré los ojos, esperando el impacto del disparo, pero este nunca llegó. En su lugar, escuché un sonido sordo y un grito de dolor proveniente de Volkov.

Abrí los ojos y me encontré con una escena inesperada. Volkov se retorcía en el suelo, sujetándose el hombro herido, mientras Lena lo apuntaba con su arma, con una mirada de determinación en su rostro.

Cuando Volkov vio que Lena lo había herido, su mirada se llenó de furia asesina. En un movimiento rápido, sacó su arma y apuntó directamente hacia Lena.

"¡Maldita perra!" gritó, presionando el gatillo.

Lena apenas tuvo tiempo de reaccionar, pero un disparo certero le dio en el pecho, haciéndola caer al suelo. Aurora gritó aterrada y trató de detener a Volkov, pero él la golpeó con la culata de su arma, dejándola inconsciente.

Lukas, herido y débil, intentó levantarse para protegerme, pero Volkov lo pateó con fuerza, dejándolo inmóvil en el suelo.

"¡No!" grité, desesperada, al ver a mis amigos caer. "¡Déjalos en paz, Volkov!"

Él me miró con una sonrisa malévola.

"Tú eres mía, Sarah", dijo con crueldad. "Y no voy a permitir que nadie te aleje de mí."

Sin más, me tomó del brazo y me arrastró hacia la salida. Yo forcejé, gritando y llorando, pero su fuerza era demasiado superior a la mía.

Una vez afuera, Volkov me empujó hacia uno de sus hombres, quien me sujetó con firmeza.

"¡Llévala al auto!" ordenó Volkov. "¡No la dejes escapar!"

El hombre me arrastró hacia un vehículo que los esperaba. Yo pataleaba y gritaba, pero era inútil. Volkov había logrado salirse con la suya.

Una vez dentro del auto, Volkov se subió y arrancó a toda velocidad, alejándonos del lugar. Yo no podía dejar de llorar, abrumada por la pérdida de Lena y Lukas. ¿Acaso todo había sido en vano?

Volkov me miraba con una sonrisa triunfante.

"Ya ves, Sarah, ¿quién tiene el control ahora?" dijo con arrogancia. "Nadie puede detenerme. Eres mía para siempre."

Sentí que el miedo y la desesperanza me inundaban. ¿Cómo iba a escapar de Volkov esta vez? Parecía que mi libertad se había esfumado por completo.

El auto se alejaba rápidamente, dejando atrás los cuerpos de mis amigos. Miré hacia atrás, sollozando, sintiendo que todo se había desmoronado a mi alrededor. Volkov había ganado, y yo estaba condenada a vivir bajo su yugo para siempre.