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Carmesí

Carmesí

Status: Terminada
Genre:Completas / Malentendidos / Elección equivocada / Traiciones y engaños / Matrimonio entre clanes / Familias enemistadas / Secretos de la alta sociedad / Mundo de fantasía / Enfermizo
Popularitas:1.1M
Nilai: 4.9
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Primer libro de la saga colores

Eleana Roster es hija de un fallecido conde, su hermano queda a cargo de su tutela y la de su hermana. La única preocupación es conseguirle esposos adecuados, pero la vida de Eleana no a sido del todo plena, debido un accidente que sufrió de pequeña a tenido que sobrellevar sus veinte años con una discapacidad, soportando muchos desprecios y cuando su hermano decide presentarla en sociedad recibe un desplante que le cambiará la vida por completo.

NovelToon tiene autorización de thailyng nazaret bernal rangel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

UN TRATO POR LA PAZ

...DORIAN:...

Me marché del palacio sin dar ninguna explicación, bajé por el empinado camino del acantilado y terminé a orillas de la playa, esperando calmar la tormenta que se agitaba en mi interior.

Me deshice de la ropa y caminé descalzo hacia las olas heladas. La arena gris me ahuecó los pies y fue como si apagara lo que sucedía en mi interior. El agua me rozó las piernas y seguidamente la cintura. Me sumergí y nadé, mi piel se enfrió mientras daba abrazadas y agitaba mis piernas, más y más hacia el oscuro fondo del Mar Carmesí. Los huesos se me congelaron mientras pasaban los minutos, me pesaba el pecho y nadé nuevamente hacia la superficie para tomar aire.

Me quedé flotando, notando que la orilla estaba cada vez lejos, pero no me alarmé en lo más mínimo. Éstas aguas eran mi ruta de escape cuando todo se volvía más pesado y conocía cada corriente, cada cambio en las olas, ese pedazo de orilla me pertenecía.

 La mayoría del tiempo el agua era intranquila, por eso nadie se atrevía a nadar allí y tampoco podían soportar la baja temperatura, pero yo estaba tan acostumbrado que incluso en invierno nadaba allí, lo hacía como un tipo de entrenamiento para mis músculos.

Me coloqué boca arriba y cerré mis ojos, dejando que el agua debajo de mi me meciera y todo lo sucedido anteriormente llenó mi mente.

¿Quién se creía esa señorita para exigir una explicación a mi forma de ser? Esa mirada de miedo y furia apareció en mi mente repetidas veces. Ella jamás iba dejar de aborrecerme y tampoco dejaría que me acercara. Había sido un error obligarla a casarse conmigo, las cosas serían más fácil si me hubiese casado con Emiliana, por lo menos ella si estaba de acuerdo y no me odiaba, pero Eleana insistía en mostrar como le molestaba todo de mí. Era demasiado moral, demasiado recta y buena, se atrevía a verme como un mounstro sin ocultarlo, juzgandome siempre y cuestionando todo sobre mí.

Eso era lo que no quería en una esposa y sinceramente estaba empezando a considerar enviarla a casa, como tanto ella deseaba.

Aprovecharía mis días fuera para sopesar la idea.

"Escuché que mató a su padre"

Si supiera la clase de joya que era ese sujeto, me vería como un cordero y no como el peor ser humano de la tierra. Me había costado mucho guardar todo lo que viví para que en una sola frase suelta de sus labios bastara, todos esos recuerdos y tormentos se aglomeraron en mi mente, gritando a mil voces sin callarse. Aún seguían susurrando dentro de mí.

No me importaba que todos me viesen como un mounstro, pero no sabía porque era diferente con la señorita. Odiaba su rencor, su forma de observarme, clavándome flechas con cada palabra que salía de ella.

Abrí mis ojos, encontrando el atardecer abriéndose paso y me incorporé para nadar de vuelta a la orilla. Incluso mi piel tenía un color rojo cuando las aguas cambiaron de color, parecía estar envuelto en sangre como en aquella batalla. Con cada alma que tomaba una parte de mí interior se oscurecia, estaba manchado y jamás podría deshacer la sensación de peso con cada muerte, pero recordaba que los humanos no eran más que parásitos y todo eso se me pasaba. Más al recordar a mi padre y lo que hizo pasar.

Me coloqué la ropa y subí por la colina.

Llegué al palacio, cruzando las puertas como la misma brisa de la playa.

Caminé hacia el estudio para encerrarme allí y organizar el papeleo que me quedaba. Dormir no era una opción, no podría y con la habitación de la Señorita Eleana tan cerca, con la imagen real de su cuerpo todavía en mi mente, sería mucho más difícil no abrir la puerta para reclamarla.

Odiaba no poder tocarla, siendo mía, pero tal vez recibiría una bofetada o una flecha en la cabeza por atrevido.

— Su Gracia...

— Maldición, Lira, acabo de llegar y necesito organizar esto, ya perdí demasiado tiempo con esas doncellas— La interrumpí, pero al escuchar más detenidamente su voz, no correspondía a Lira.

Elevé mi mirada, la Señorita Eleana estaba en la puerta, observándome detenidamente.

Salí de detrás del escritorio.

— ¿Qué desea?

— ¿Puedo pasar? — Insistió.

— Entró sin tocar la puerta, ya no se tome las molestias de ser educada.

Se sonrojó, pero entró con lentitud. Evaluó mi cabello mojado y mi ropa adherida a mi piel húmeda. No me molesté en quitarme la sensación pegajosa de la sal.

— Necesito hablar con usted.

— ¿Hablar de qué? — Dije, un poco brusco.

Frotó sus labios entre si antes de hablar.

— De lo que dije en la habitación — Susurró y elevó sus ojos hacia mí.

— ¿Qué con eso? Solo dijo lo que piensa — Caminé hacia la ventana, observando a través de ella, no quería volver a tocar el tema.

— Usted tiene razón, yo no soy quien para juzgar todo lo que hace o deja de hacer — Dijo y la observé por encima del hombro — No debí inmiscuirme en sus asuntos, Señor Dorian... Yo no volveré a presionarlo con algo tan privado... Lo siento si le incomodé.

No comprendí ese extraño ataque de condescendencia tan repentino. Era como si hubiese sufrido un cambio de personalidad o era sensatez.

— No me incomodó, me dijo lo que todos me han escupido durante toda mi vida — Entrelacé mis manos por detrás de mí — Descuide, no tiene que pedir disculpas por eso. No soy un pan de Dios.

Se acercó un poco.

— Aún así yo...

— No le agrado y eso es entendible, después de todo lo que hice, lo que hago y lo que seguiré haciendo — Me senté al borde del escritorio — Soy un bicho raro, demasiado complicado y tal vez nunca deje de serlo, porque así crecí.

No revelé más.

— Es mi esposo — Dijo, sosteniendo mi mirada y la sola pronunciación me dejó endurecido, encajé mis dedos al borde de la madera — Si viviremos juntos lo que queda de nuestras vidas — Sus manos en aferraron al bastón y mi corazón se aceleró — Debemos estar en paz uno del otro, como usted lo mencionó... Así que lo trataré con respeto desde hoy... Solo si usted me trata de la misma forma — Extendió su mano hacia mí — ¿Es un trato?

Se había resignado a la realidad, a su nueva vida junto a mí, en esta casa llena de recuerdos malos y fantasma del pasado susurrando en cada esquina.

Tomé su mano — Es un trato, Señorita Eleana.

Sonrió débilmente y me dió un pequeño apretón, mis manos cubrían las suyas por completo. El apretón se extendió más, cuando detallé su rostro tierno y delicado.

— Es hermosa — Suspiré y abrió sus ojos, sus mejillas se tiñeron, soltó mi mano.

— Tampoco tiene que mentir, se lo que soy y obviamente no soy hermosa, no con un tobillo deforme y unos kilos de más — Dijo, pero no a la defensiva, sino resignada y me reí.

Ni siquiera estaba obesa, solo tenía muchos atributos físicos. Su cuerpo desnudo volvió a aparecer.

— No estoy mintiendo, no es capaz de ver su belleza, una mujer como usted, tan completa, tan hábil... ¿Cómo es posible que no vea nada de eso? — Incliné mi cabeza a un lado, mientras notaba como se tornaba nerviosa, su pequeña garganta se agitó — Su lesión y sus supuestos kilos de más no son nada comparado con eso.

— Este bastón me impide hacer tantas cosas...

— No debería observar lo que no puede hacer, sino lo que ha logrado a pesar de llevar esa carga tan pesada — Me aparté del escritorio y me atreví a acercarme, mantuvo su mirada abajo y tomé su barbilla, elevé su rostro.

Sus pupilas se agitaban, brillantes. Se quedó inquieta, conteniendo la respiración.

— ¿No es así?

— Si lo es — Susurró.

— Entonces, no sea tan dura consigo misma.

La solté y parpadeó, me dió la impresión de que esperaba algo más.

— No lo soy... Solo intento ser realista.

Chasqueé la lengua.

— Pesimista.

Frunció el ceño y me reí nuevamente.

— ¿Nadie a parte de mí le ha hecho estos cumplidos?

— Mi familia — Dijo después de un momento, su familia le hacía cumplidos, eso para mí era extraño, yo jamás había recibido un elogio de nadie — Ah y... El Señor Alber dijo que era hermosa.

Una extraña sensación de irritación me recorrió.

— ¿Quién rayos es ese?

— El hombre con el que estaba sentada en la celebración.

Recordé al don nadie y me sentí satisfecho de haberlo alejado de Eleana.

— ¿Por qué pregunta?

— Quiero que entienda que a pesar de que nadie se lo diga, debe tener en cuenta lo mucho que vale — Dije, se quedó desconcertada, eran las primeras palabras reflexivas que había dicho ante ella, no recordaba haberlas pronunciado a otra persona.

¿Qué rayos me sucedía?

...****************...

Después de aquella conversación me sentí un poco diferente y la idea de que volviera a casa fue descartada completamente. Cenamos en el comedor y aunque no hablamos mucho, el ambiente se sintió más cómodo. La Señorita Eleana había hecho un trato para que nuestra convivencia fuera más sana y llevadera, lo estaba cumpliendo.

Al día siguiente me centré en mis papeles y no tuve tiempo para desayunar, mucho menos almorzar. Comí después de terminar mis obligaciones y salí al jardín.

Me encontré con la Señorita Eleana, sentada bajo la sombra de un árbol y me atreví a acercarme. Al escuchar mis pasos apartó su espalda del tronco musgoso.

— Iré al refugio ¿Quiere acompañarme?

Muy animada asintió con la cabeza y le tendí una mano para ayudarla a ponerse de pie. Sacudió su falda y caminó detrás de mí.

Abrí la puerta y al entrar todos los animales empezaron a hacer ruidos.

La Señorita Eleana entró, sorprendida por la alegría de mis criaturas. Un loro voló directo a mi hombro y empezó a soltar palabras sin sentidos. Le acaricié el pico mientras caminaba entre los corrales.

Ella me siguió, con su mirada pérdida en las liebres que saltaban de emoción.

Tomó un gato que se había acercado a frotarse en su pierna.

— ¿No tiene nombre? — Preguntó mientras tocaba sus orejas.

— No... ¿Quiere darle uno?

— Si lo doy uno tendré que adoptarlo — Sopesó, volviendo a colocarlo en el suelo.

— ¿Qué hay de malo en eso? Si lo quiere puede llevarlo al palacio y cuidar de él, no me molesta en lo absoluto — Dije, el loro voló a las casas de madera en el techo y me Incliné contra las puertas de los corrales para saludar a cada animal, comprobando que tuvieran comida y agua, que todo estuviera limpio.

El jardinero cumplía al pie de la letra todo lo que le pedía, si no, tenía que atenerse a las consecuencias.

— Jamás he tenido una mascota, no sé cómo funciona — Confesó, manteniendo un ojo en el mono que se acercaba por las cuerdas.

— No es complicado, pero si debe estar atenta a todo, es de mucha responsabilidad. Me extraña que no tuviera una, parece que le gustan mucho los animales — Me giré hacia ella, para comprobar el siguiente corral.

— Siempre quise una, pero mis padres nunca lo consintieron... Así que llené el vacío cuidando de los caballos, estaba muy pequeña, pero me gustaba hacerlo — Dijo, observando los animales y tocando algunos — Imagino que usted tuvo muchos de niño.

— No me dejaban — Corté, evitando recordar lo que me hizo querer a los animales y protegerlos.

Me enfrasqué en comprobar que el zorro estuviera mejor, abrí la jaula y entré para revisar su herida en la costilla. El animal se acercó mientras me agachaba.

La Señorita Eleana observaba desde afuera como el zorro se rendía ante mi atención y dejaba que revisara sus heridas sin atacar.

— ¿Qué le sucedió? — Preguntó ella.

— Un alambre, tal vez cruzando algún terreno cercado — El zorro chilló un poco cuando registre la herida — Pero está mejorando, pronto será libre.

— ¿Dónde lo encontró?

— Por casualidad, de hecho, fue el día que regresaba de la casa de tu familia cuando lo encontré a orillas del camino, mojado y convaleciente por la herida, así que lo recogí y lo traje aquí — Dije, observándola, sus ojos brillaron y sonrió.

Salí de la jaula.

Después de comprobar que todo estuviera bien fuimos a ver a los cachorros.

Fuego salió saltando del corral, tan alegre, pero no me prestó mucha atención sino que saludó a Eleana con tanta efusividad. Ella lo acarició, respondiendo a su saludo con tanto cariño que me perdí por un instante en sus sonrisas de emoción.

Entramos al corral, Agua estaba lamiendo a sus cachorros, pero dejó de hacerlo y ladró ante mi llegaba, me agaché para abrazarla y palmear su lomo.

Los cachorros saltaron a mi alrededor, chillando también por atención.

La señorita se agachó a mi lado, Agua la olfateó.

— ¿No me hará nada si toco los cachorros? — Preguntó y negué con la cabeza.

— No, Agua no es celosa, solo está dándole la bienvenida — Dije y la perra se acercó cautelosa a Eleana.

Ella tocó su cabeza cuando bajó sus orejas.

— Los cachorros han engordado en tan poco tiempo — Dijo sorprendida, tocando a todos y por tercera vez quedé desplazado de la atención de mis animales.

— Crecen rápido y su madre los alimenta muy bien.

Ella soltó una carcajada cuando le saltaron encima, terminó sentada sobre el suelo cuando no pudo seguir arrodillada. Fuego aprovechó para lamerle la mejilla y no pude evitar la carcajada que salió de mí cuando hizo un gesto de asco.

La señorita me observó, desconcertada ante mi ataque de risa, pero luego terminó riendo.

Se enfrascó en jugar con los cachorros y me mantuve admirando la vista.

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Maryuly Parada
celos de tus ojos cuando miras a otro chico siento celos turutu celos🤣🤣
Lidia Rios
EXCELENTE 👌 NOVELA 👍FELICIDADES 👏 AUTORA ESTUVO GENIAL GRACIAS
Leslie Valencia
👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻
Milagros Valderrama
excelente novela me tiene atrapada felicidades autora
Violette Hernandez
Bueno al menos dió a entender que Lean quedaría con una mujer 😁😁 excelente historia me super encantó 😍☺️
Violette Hernandez
He leído tantas novelas en ésta aplicación,y te felicito por salir de lo mismo y hacerme dar opiniones sobre cada que se hiba desarrollando la trama, me encantó la novela, y buscaré tus otras obras para ver, felicidades nuevamente y gracias por ése talento que tienes y compartes con nosotras ☺️
Violette Hernandez
No quiero sonar mal con mi comentario, pero espero y el inútil de lean si consiga una esposa y no se quede a gobernar con el Rey que al parecer eso dieron a entender 🙄🙄🙄
Violette Hernandez
además no sé porque Eleana abogó por O'brien el echo de que le ayudase un poco,no borraría todo el mal que hizo y el rapto de ella y de su hermano 🙄🙄
Violette Hernandez
estoy de acuerdo con Barbara, mínimo más años de esclavitud y sin lengua 😛,y le falló a Eleana,tan disque hábil con las dagas,de perdido le hubiera dejado una muy buena rajada en la cara a la bruja para quitarle ésa cara de Reyna que tenía, para que le quedarán unas grandes cicatrices y lastimar sus piernas para que también quedará imposibilitada 🙄🙄😉
Violette Hernandez
Éso precisamente es lo que me molesta de Eleana que por estar mal del tobillo en lugar de ayudarle sólo sea una gran carga para todos 🙄🙄🙄 y ahora "resulta"que O'brien le tiene odio a la hermanita 😑 después de todo lo malo que ha echo y que no es justificable, todavía hubiese sufrido algo peor como Dorian estaría de acuerdo 🙄🙄
Violette Hernandez
Exacto! totalmente de acuerdo con todas,no tenía a qué salir, ahora otra carga más para Dorian,mujer inútil 😤en lugar de ayudarle le provoca más problemas
Violette Hernandez
será que ya la Reyna está sospechando de él y por eso no está el hermano??? ojalá y no haya ido a espiar a Eleana y o hacerle algo
Claudia Zapata
Excelente
Violette Hernandez
Y aparte el hermano no ayuda en nada 😤😤 sólo en puro criticar
Violette Hernandez
Humm tendría que haberse cuidado más Dorian,se le fue de las manos,y realmente no es nada bueno que esté embarazada,me hubiese gustado que no pusieran un embarazo 😕 porque en lugar de que aprendiera a defenderse y ser más útil, ahora es otro problema más para él 😑😑
Yesica López
Cuando leí la novela celeste que es la de Lean medí cuenta que avían otra aparte de esa y me encontré con la historia más hermosa que e leído una supera ala otra hay estoy emocionada de leer la otra gracias me gustó mucho /Smile//Smile//Smile//Smile/
Leidy Bacca
está muy buena la novela
Violette Hernandez
cómo me hubiera gustado que el hermano de Eleana en lugar de criticar hubiese ayudado en todo, valiente tipo remilgoso 😤
Violette Hernandez
totalmente de acuerdo contigo Tinmey, ya me harto el hermano, ojalá y también tenga su secretito para que los deje en paz,y me hubiese gustado que ella se le pudiera componer el pie 🤔😔
Violette Hernandez
Muy cuestionable su proceder,no tenía derecho a leer su escrito, aún siendo la esposa, que confianza cree que le tendrá él si llega a enterarse, debió de aguantarse hasta que él le contara
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