SOLO MÍA

Melisa miró a Alexander desconcertada, acaso él le estaba insinuando algo, el hombre miró los ojos de su asistente y vio su confusión, entonces la soltó y dijo: "Eres solo mía Mel, mi asistente, mi amiga, mi mano derecha, no quiero perder eso"

Melisa volteó los ojos y decidió confesarle todo a su amigo, sin omitir detalles "No puedes hacer nada Xander, me iré, si hablas con Louis le darás a entender que si hay algo entre nosotros"

"Alguien le dijo ¿Quién más lo sabía Mel?" Preguntó Alexander.

"Samuel, pero..." Titubeó Melisa recordando que su novio había estado en la conferencia donde había infinitos empresarios.

"Fue ese hijo de puta desgraciado" Espetó molesto Alexander.

Melisa soltó una carcajada "Sr. Lombardi, pero como que vocabulario tan fatal, traeré detergente y desinfectante para su boquita"

Alexander miró a su adorada asistente, le encantó verla reír "Lo merece Mel, la situación lo amerita, me las va a pagar"

"Bien, organizaré tu agenda y colocaré el anuncio para la vacante de asistente, vas a ver que vendrá una buena candidata que llene tus expectativas" Afirmó Melisa.

"Mel no será así, nadie podrá encajar en tus zapatos" Dijo Alexander triste.

El hombre salió de la oficina y fue donde la única mujer después de Melisa que podía calmar su angustia y ansiedad.

"Mi príncipe ¿Qué haces aquí?" Preguntó Luisa.

"Que no te escuché mi padre, se pondrá celoso" Rió Alexander.

"¿Qué ocurre?" Preguntó Luisa sentándose en la cama matrimonial diciéndole a su hijo que se sentara con ella.

Alexander dijo todo a su madre, Luisa notó la ansiedad, sabía que su hijo no estaba bien, le pareció reconocer los síntomas, en su tercera vida padeció de eso, era realmente horrible sentirse así.

"Mi amor tienes que ir con una psicóloga, yo no soy profesional, pero como tu madre te puedo decir que deberías ser sincero con Mel, la quieres, reconocerlo" Aconsejó Luisa.

"Madre sé que la quiero y ella lo sabe, pero de ahí a darle la estabilidad que ella desea, no estoy listo, tengo temor de dañar a la única mujer que realmente me importa" Confesó Alexander.

"Ya la perdiste cariño, ella está tomando decisiones, lo está eligiendo a él" Dijo Luisa, deseando que su hijo entrara en razón. El hombre se acostó en las piernas de su madre y cerró los ojos, la pelirroja tocó los cabellos de su hijo era tan lanzado como ella, pero indeciso como su padre.

"Siento que tienes cosas por decirme, pero te contienes" Dijo Alexander aun con los ojos cerrados.

"Viví tres vidas antes de esta Alex y en todas, tu padre tuvo que verme morir después de cumplir 18 años, no esperes que eso te ocurra" Pensó Luisa, no estaba autorizada para confesarle esas cosas a sus hijos.

"No dejes ir a tu amor cariño, ve por ella" Dijo Luisa y el hombre se durmió entre caricias.

Más tarde ingresó William y vio la escena, su dos amores en una misma imagen, algo ocurría para que el orgulloso de su hijo estuviera tan vulnerable sin importar lo que él pensara.

Luisa abrió los ojos y sonrió al ver a William a su lado "Pensé que no te gustaban las cursilerías"

"Todo lo que venga de mi demonio me encanta" Dijo William.

"No hables fuerte, deja que descanse" Advirtió la pelirroja.

"Me pondré celoso, este muchacho está muy grande para esto, envíalo de vuelta a su vida" Dijo William fingiendo molestia.

"Eres un..." Dijo Luisa siendo callada por su esposo con un beso en sus labios, al alejarse dijo: "Bromeo cariño, si está aquí es porque no está bien y su amiguita es la causante, entonces ahí entramos nosotros como familia"

La mujer cómo pudo se zafó de su hijo y lo dejó en la enorme cama, y fue a decirele a las empleadas que su hijo cenaría en casa.

William se comunicó con James y le informó que el pelirrojo no iría más a la empresa que estuviera al frente de todo, también le dijo que lo invitaba a cenar. Cuando Melisa escuchó se sintió triste, sabía que su jefe no la estaba pasando bien.

Louis pasó a recoger a su novia, esta le informó sobre su renuncia, pero estaría dos semanas más mientras se hacía efectivo su retiro y Alexander conseguía otra empleada. El hombre asintió y esa noche la reconciliación fue por lo alto, una romántica cena y después una noche de pasión.

En la mansión Lombardi, Alexander se había sentido un poco mejor, estar en su casa lo hacía sentir a gusto y su madre había mandado a preparar su comida favorita, loli era la nana de reemplazo de Anita quien había muerto unos años atrás de vejez. Esta señora de aproximadamente 50 años amaba mucho a Rachel y Alexander.

"Loli te agradezco esta delicioso" Dijo Alexander a su nana.

"Me alegra mi niño que te guste, lo hice con amor" Dijo Loli

"Nany eres una resbalosa, ¿Y yo?" Preguntó consentida Rachel.

"Tú siempre estás aquí, a él no lo veo mucho" Dijo Loli.

"Rey no puedes competir conmigo, por ser el mayor, mayor es el amor que sienten todos por mí, hasta mi padre me adora mucho más, pero por lástima te miente y dice que eres tu" Dijo Alexander de burlándose.

"No puedo creer que aún pelen por lo mismo, ¡Suficiente!" Dijo William mirando a su pequeña Rachel convenciendola que era broma.

James quien estaba en la mesa reía por todos los disparates de los hermanos, siempre peleaban por todo, de vez en cuando el hombre le daba miradas coquetas a la Rachel quien respondía con sonrisas nerviosas, acto que no pasó por alto Alexander.

Al terminar la cena todos fueron a la terraza a contar anécdotas, las risas resonaban por el lugar. Cuando Alexander vio la oportunidad Preguntó a su amigo "¿Qué pasó entre mi hermana y tú?"

James sabia que su amigo no le iba a hacer nada delante de sus tíos entonces dijo: "Te diré la verdad, tuve sexo con Cheli el día de su graduación"

Alexander frunció el ceño y el enojo desfiguró su rostro, este inmediatamente miró a su hermana, Rachel sintió un escalofrío recorrer su interior.

"¿Y me lo dices así? ¿No temes perder tu vida? Te aprovechas que no puedo hacerte nada delante de mis padres" Dijo Alexander.

"Algo así" Dijo James sintiendo un codazo en su costilla proveniente de su amigo.

"Esto es solo el comienzo" Advirtió Alexander.

"No quiero mentirte, sé que estabas acostumbrado a que fuera tu cuñado, me extrañas, se te nota, amo a Cheli y aunque está confundida sé que aún siente cosas por mí, lo noté" Dijo James sobando su costado.

"Eres débil James y mi hermana se aprovecha de eso, es..." Dijo Alexander.

"Es igual a ti, así eres tú, ella es tu versión femenina, ahora dime la verdad ¿Se acostó con el profesor después de la graduación?" Preguntó James.

"Según mi investigación no, el tipo viajó a su ciudad natal de vacaciones, sigue evitándola" Informó Alexander.

"Entonces sigo siendo el único" Rió James.

"¿Cómo sabes que no tuvo sexo con el profesor antes de la fiesta?" Preguntó Alexander.

"Porque cuando me introduje..." Dijo James siendo interrumpido por Alexander.

"¡Basta! Entiendo, no quiero detalles es asqueroso, es mi hermanita" Dijo Alexander.

"Quería que lo supieras, tendré una relación descomplicada con Cheli mientras reconoce que soy su único amor" Dijo James riendo.

"Te dejaré acercarte únicamente porque conozco a las mujeres y mucho más a mi hermana y si te mira como te mira, aun siente cosas por ti" Dijo James.

"¿Mel? ¿A qué horas se fue?" Preguntó Alexander a su amigo.

"Su novio fue por ella, como siempre" Dijo James.

"Ayúdame a encontrar una secretaria, no quiero asistente y... ¿Quieres un consejo?" Preguntó Alexander.

James asintió a ambas cosas "¿Qué consejo?"

"Provoca a mi hermana hoy, pero no tengas sexo con ella, me lo agradecerás" Aconsejó Alexander y su amigo asintió con una espléndida sonrisa.

Pasaron dos semanas Melisa había ayudado con el contrato de la secretaria, era una mujer mayor de unos 40 años, inteligente y eficiente.

"Me gustaría cenar contigo, pero sé que no se puede por tu novio, entonces te deseo que seas muy feliz y recuerda que siempre estaré para ti" Dijo Alexander abrazando a Melisa dándole un beso en la frente.

"Te extrañaré idiota y trataré de hablarte de vez en cuando, también cuentas conmigo, te quiero Xander" Dijo Melisa abrazándolo más fuerte mojando con sus lágrimas la costosa camisa del hombre.

El hermoso pelirrojo tomó el rostro de la rubia, la miró con ojos cristalinos, pero sin derramar una lágrima y dijo "¿Puedo?"

Melisa asintió, tal vez era la última vez que lo veía, su corazón anhelaba un beso, el hombre juntó sus labios con los de ella dando un casto beso, no fue un beso mojado, no hubo intercambio de fluidos solo fue uno inocente, después de eso Melisa se marchó.