Después de vivir en un orfanato, tras la muerte de su madre, tiene que vivir el día a día. En búsqueda de un modo de pagar todo lo que necesita, pasa la noche con un hombre el cual desde hace mucho la deseaba; sin embargo, por artimañas de su hermana, se verá obligada a sustituirla en un acuerdo matrimonial.
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Capítulo 19
Al día siguiente Soledad estaba dormida acurrucada en el pecho de Ariel, él fue el primero que despertó, no sé movió para evitar despertarla.
Solo la miraba, un poco incrédulo por lo que había descubierto anoche pero con una sonrisa de satisfacción.
- Como pude ser tan ciego para no darme cuenta de que Soledad era la misma chica que la del bar.
Ahora entiendo por qué esos ojos eran iguales siendo una tortura para mí.
David debe de saber esto, no sé por qué tengo la sensación de que él ya lo sabía, porque insistía tanto en que le diera una oportunidad a Soledad, o quizás no, como podría él saberlo si yo mismo fui tan ciego para no darme cuenta.
Lo que había buscado por tanto tiempo lo tenía a mi lado y nunca lo pude ver, solamente espero que al enterarse Soledad de que yo soy el hombre de aquella noche no me rechace, porque no podría soportarlo no aguantaría perderla una vez más.
- Te amo sol, te amo me has hecho el hombre más feliz del mundo.
Le decía Ariel en vos baja mientras acariciaba su cabeza jugando con su cabello.
En ese momento Soledad despertó, y le dio un tierno beso en el pecho a Ariel.
Ariel acomodándose le pregunto.
- ¿Estás bien pequeña, has dormido bien?.
Soledad asintió moviendo la cabeza.
Ariel comenzó a besarla, cosa que no le disgustaba para nada a Soledad solo que en ese momento necesitaba ir al baño.
- Detente Ariel necesito ir al baño.
Ariel se apartó dándole espacio para que se pudiera levantar al moverse Soledad hizo un pequeño gesto acompañado de un leve quejido.
- ¿Estás bien cariño?.
Le pregunto Ariel preocupado.
- Si, solo un poco dolorida.
Soledad tenía marcas rojas de las caricias de Ariel por todo su cuerpo aunado a eso, el intenso trabajo de casi toda la noche había provocado que su cuerpo le doliera como si hubiera recibido fuertes golpes por todo el cuerpo. Y no pudo evitar quejarse al moverse.
Mientras Soledad volvía del baño Ariel se quedó tumbado en la cama y agarrando su cabeza despeino el cabello, como tratando de esa manera organizar sus pensamientos que estaban tan o más alborotados que su cabello, incrédulo aun por todo esto, que acaba de pasar.
Esbozo una gran sonrisa de satisfacción al revivir en su mente las escenas de la noche anterior y armando en su cabeza un rompecabezas con la noche aquella que por primera vez había tenido a Soledad entre sus brazos.
Ariel sentía una gran emoción y calidez en su corazón al recordar que Soledad era virgen, y que él era el único hombre con el que ha estado.
Aunque Soledad no le dijo nada, no era difícil de adivinar pues realmente no tenía experiencia en la cama eso hacía que ella aun, sintiera un poco de dolor al unir sus cuerpos.
Solo de imaginar Ariel ya estaba más que ansiosos por que Soledad volviera, pues ansiaba perderse entre su cuerpo y volverse uno con ella.
Soledad terminó de vaciar su vejiga que parecía que iba a estallar y después de asearse, volvió ala recámara, Ariel no podía evitar mirarla con lujuria y deseo, Soledad lo noto y eso hizo que sus mejillas se tornaran de un color rojo intenso que en contraste con su pálida piel lucia más atractiva a los ojos de Ariel.
Ariel se acercó a Soledad y la tomó de la cintura, le dio un suave beso que poco a poco fue más intenso, Soledad jadeando le dijo.
- Detente, creo que no podría continuar.
Ariel se sorprendió al escuchar a Soledad.
- ¿Estás bien te pasa algo?
- Si solo que, aunque no era virgen, yo no he estádo con ningún hombre después de esa vez, dijo Soledad dejando notar un poco de tristeza.
Soledad bajo la mirada, apenada por decirle que ya no era virgen, y Aunque él ya lo sabía para ella no era fácil, el solo recordar que había vendido su virginidad le producía retortijones en el estómago, no era algo de lo que se sintiera orgullosa.
Ariel sintió deseo de poder decirle que él era el hombre con el que había estado; sin embargo, solo guardo silencio, pues no savia que reacción tendría Soledad, después le diría todo; sin embargo, por ahora no era el momento.
Ariel la tomo de la barbilla y mirándola a los ojos le dijo.
- Tranquila, no pasa nada, ven solo déjame estar cerca de ti. Aún es temprano volvamos ala cama.
Ambos se acomodaron, Soledad se acurrucó en el pecho de Ariel mientras él la abrazaba y besaba su cabeza.
- Soledad anoche mientras teníamos relaciones, pude ver el lunar que tienes en el glúteo, es muy sexy.
Al escucharlo, a Soledad se le erizó la piel pues recordó la manera en que lo había toca que a su vez fue la misma forma en la que lo había toca el tipo al que le vendió su virginidad.
- Te pasa algo, pude sentir como tu piel se erizó.
- no es nada solo tenía un poco de frío.
Ariel acurrucó aún más a Soledad y la cubrió con la manta.
- Estás mejor?.
- Si, gracias...
Soledad suspiró profundo antes de empezar a hablar.
- Ariel, yo... No sé cómo decirlo, como sabes yo no era virgen y aunque cuando nos casamos me dijiste que no te importaba, creo que es momento de que sepas esa parte de mí que no conoces.
- Shhh, calla Sol no tienes por qué darme explicaciones, y Aunque en su momento dije muchas cosas, déjame decirte que me arrepiento de todo lo que te dije, me porte tan mal contigo.
Y sobre tu virginidad, te amo y no me importa, y eso es parte de tu pasado lo único que deseo es un futuro contigo, y poder reparar todo lo que te he hecho haciéndote muy feliz de ahora en adelante, si tú me lo permites.
Soledad le dio un dulce beso, y le dijo.
- Ya soy la persona más feliz del mundo Ariel, te amo mucho, nunca he sido más feliz como ahora mi vida no ha sido fácil y desde niña he tenido que salir adelante por mi misma, si mi padre no hubiera muerto en ese accidente creo que mi vida hubiera sido distinta. Tú me haces muy feliz y por lo que paso en el pasado ya me has recompensado bastante.
- Lo que hice por ti es solo lo justo, ya no pienses en cosas tristes, ahora solo piensa en que yo te amó y cada día trataré de hacerte muy feliz.
Ariel pidió que les llevarán el desayuno a la habitación, y aprovecho para pedir unos analgésicos para Soledad ambos desayunaron, él se duchó y le dijo a Soledad que tendría que ir a la empresa.
- Puedes descansar un poco más, hoy no es necesario que te presentes a trabajar, yo solo iré un rato y volveré pronto, toma un analgésico te sentirás mejor.
Ariel se despidió con un dulce beso.
David tocó la puerta, al momento se escuchó la voz desde dentro permitiéndole entrar.
- Buenos días, Ariel que es eso tan urgente que querías decirme.
- ¡David, no lo vas a creer, Soledad es la chica del bar!.
Ariel observó detenidamente a David para descifrar en su rostro si es que él ya lo sabía; David se mostró sereno, no le sorprendió lo que Ariel le había dicho.
David sintió celos al escuchar a Ariel pues esos solo significaba que él y Soledad ya habían estado juntos matando así cualquier posibilidad de él poder estar con ella y poder confesarle su amor.
- David, tú ya sabías?.
David suspiró pesadamente, y levantándose dio unos pasos. Ariel lo siguió para volver a preguntarle, David se acomodó el cabello y le dijo.
- Ariel tú estabas tan obsesionado con esa chica, que nunca te diste cuenta de quien era Soledad realmente la tenías frente a ti, y siempre te negaste a aceptarlo.
- Es verdad David, hace mucho que me enamore de Soledad; sin embargo, no quería aceptarlo. Pero como podría yo saber que eran la misma persona.
- Ya lo sé, sin embargo, tú me dijiste que sus ojos, te resultaban muy familiar, si le hubieras dado una oportunidad antes te hubieras evitado muchas noches de desvelo.
- Hay algo que me intriga, como es que Soledad trabajaba en un bar, ella no es para nada como las chicas del bar.
- Al investigarla, supe que ella lo hizo porque necesitaba mucho dinero, para atender la enfermedad de la madre Ángela que a su vez fue como una madre para ella.
Y dado tu insistencia por estar con ella termino aceptando tu oferta, y fue por eso y por salvar el orfanato que terminó vendiendo su virginidad y casándose contigo, bueno aunque lo demás ya sabes como termino Andrés y Camila únicamente la usaron.
Ariel apretó los puños y dio un fuerte golpe en el escritorio haciendo que algunos papeles cayeran al piso.
- Andres y Camila son unos malditos, pero eso no se va a quedar así haré que paguen por cada cosa que le han hecho a Soledad.
- Si lo entiendo Soledad no se merece todo lo que le ha pasado.
- David, saves estoy feliz, tengo todo lo que quiero en Soledad fue una muy grata sorpresa, aunque si te soy sincero por un momento creí que estaba alucinando no podía creerlo.
David solo, apretó los puños en señal de disgusto, pues se había enamorado de Soledad aun sabiendo que ella amaba a Ariel, y que sus sentimientos asía ella eran imposibles.
- Soledad ya sabe que tú eres la persona a la que vendió su virginidad.
- No, aún no y por el momento creo que es mejor así.
- No deberías ocultarlo.
- Si, ya lo sé, pero no sé cómo lo balla a tomar, y si me rechaza no podría soportarlo no quiero perderla una vez más.
- Ocultarle la verdad no es lo más correcto, es mejor que seas sincero con ella.
— Lo haré, pero no ahora, en su momento le contaré todo.
- Debo retirarme tengo algunos pendientes.
- David espera, ya sabes algo sobre lo que te pedí que investigaras.
- No aún, en cuanto tenga algo te lo haré saber.
Que horror y las enfermedades!!!!!