Esta pareja se separó por culpa de él. Todo lo malo que él le hizo vivir fue demasiado para ella y con el corazón roto salió de su vida para siempre...
Anya se casó por amor, Alex no. Él ya amaba a alguien más y fue obligado a separarse de ella; pensando que Anya era la culpable, le hizo la vida miserable.
Su esposa pensó que con el tiempo él podría enamorarse de ella; sin embargo, eso no pasó en todo el tiempo que estuvieron juntos.
Una noche, fue el comienzo del fin para que ella lograra salir del fondo del pozo donde estaba viviendo.
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19
Capítulo 19
Cuando Alex salió del departamento, se apresuró a llegar al carro. Al bajar del auto se encaminó a la puerta de la casa, sin siquiera saludar a los empleados, que lo estaban esperando en la entrada.
Sin mirar a nadie se encerró en el despacho, donde tomo las botellas alcohol habidas y por haber allí y se las empezó a tomar sin considerar nada.
Los empleados afuera del despacho escucharon ocasionales ruidos en donde después de terminar una botella, Alex tiraba la misma sobre una estantería, ocasionando el ruido de vidrio rompiéndose.
Había tanta conmoción en la casa que Tamara le contó a Anya, quien hasta el momento no se había enterado de nada, ya que estaba en su cuarto durmiendo una pequeña siesta.
Al saber de esto, se preocupa por Alex, aun después de todo ella lo seguía queriendo y no deseaba el mal para él, por lo que se pone unos zapatos y baja a ver que es lo que le sucede.
Al llegar a la puerta de su oficina, ve a los empleados reunidos afuera, sin saber bien qué hacer, ya que era algo nuevo el ver de esa forma a su jefe.
Tomando un pequeño suspiro les dice que ella va a entrar a ver que sucedía. Justo cuando toma el picaporte para abrir se escucha un gran golpe.
Asustada, abre la puerta y lo ve al lado del escritorio patas para arriba. Era tanto lo que estaba sintiendo que lo dio vuelta en un ataque de furia.
-¿Alex?
Al escuchar su voz se da la vuelta y la mira. Primero se sorprende de verla allí adentro, pues ella tendría que estar descansando. Luego se da cuenta de que tal vez ella, escuchó los ruidos que él estaba haciendo y se preocupó por él.
Dando un gran suspiro, Alex logra calmarse y se acerca a ella y le dice.
-Es peligroso que te quedes aquí, hay vidrios por todos lados. Mejor vamos.
Aun a pesar de la borrachera que tenía, pudo pensar con claridad y decirle estas palabras a Anya. No quería que su hijo saliera lastimado de ninguna forma.
Ella vuelve a abrir la puerta y ambos salen de allí, dejando sorprendidos a todos los empleados por lo rápido que ella logró calmar a Alex.
Con mucho cuidado suben las escaleras y Anya lo lleva a la habitación de él. Una vez allí le dice.
-Acuéstate Alex. En unas horas se te pasará la borrachera y podrás pensar con mucha más claridad.
Él se sienta en la cama y sin decir nada empieza a derramar lágrimas. Ella se sorprende mucho y se acerca hasta estar a pocos centímetros de él. Iba a tocar su rostro, pero al último segundo se detiene de inmediato.
Alex logra ver las intenciones de ella, por lo que con mucho cuidado de no lastimarla la toma por la cintura, abrazándola de allí y enterrando su cara en el pequeño vientre de ella.
Esta acción, por parte de él, la deja sumamente sorprendida, incluso se quedó con las manos al aire sin saber qué hacía con ellas.
Un minuto después, al escuchar el llanto desgarrador de él, es que ella decide darle algo que él jamás le dio cuando ella lloraba o se sentía mal. Situó sus manos en el cabello de él y lo abrazó de vuelta, dándole consuelo.
Unos minutos después, él la soltó y se acostó en la cama sin decir nada. Se corrió dejando el suficiente espacio para ambos y movió la mano en la cama como instándola a que se acostara con él.
Sin embargo, ella movió la cabeza en negación, dejando a Alex sumamente sorprendido por esta respuesta por parte de Anya.
-No, yo debo ir a mi habitación, espero que te sientas bien después de que duermas un rato.
Se dio la vuelta para irse a su habitación, pero cuando llego a la puerta se detuvo y le dijo.
-No vuelvas a tomar de esa manera, te hará daño.
Luego de esas palabras, Anya salió de la habitación, dejándolo completamente solo. Al sentirse así, solo, empezó a llorar otra vez.
Así estuvo por un rato, hasta que se durmió profundamente, sin siquiera darse cuenta.