La vida está llena de sorpresas, alegrías, gozo, pero también hay momentos donde todo se vuelve un torbellino sin salida que nos sume en una oscuridad inmensa. Está es la historia de Alexander y Samanta, cuyas vidas se unen en un camino de pasión, deseo, pleitos, rencores, amistad, entrega, dedicación y sobretodo amor, un amor tan sublime que se vuelve una utopía entre ambos, los amores prohibidos desencadenan los más bajos instintos del ser humano, tanto para los que lo viven, como para los que lo desprecian por la sola idea de saber el motivo por el cual se vuelve imposible.
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Capítulo 19 Conociendo su historia
Narra Sam
Después de estar en completo silencio, se me viene a la mente la idea de interrogar al abuelo, quien mejor que el para conocer un poco su historia, terminamos de comer y le pido que tomemos una copa en la sala para compartir más tiempo junto, el me mira con agrado y nos dirigimos al salón, me tumbo en un sofá y él sirve dos copas para luego hacerse a mi lado al tiempo que me da un tierno beso en mi frente
- Abuelo ¿porque decidiste adoptar Alexander? – le pregunto
- Verás mi niña un día estaba siendo asaltado por unos bandidos que me estaban despojando de todas mis pertenencias y no conformes con eso me golpearon demasiado, en ese momento llego un niño de unos 9 años y les lanzó una rocas que dieron justo en el blanco, los sujetos dejaron de centrarse en mi para salir corriendo a tras él, yo en ese momento estaba tan mal que no me podía ni levantar y sin esperarlo ese mismo niño apareció por la parte de atrás del callejón y me llevó con su pequeño cuerpo hasta su casa, no estaba del todo consiente, pero cuando desperté estaba con el niño y su madre quien evidentemente está muy enferma y a quien ya conocía puesto que trabajo conmigo años atras, ambos me cuidaron, limpiaron mis heridas, me alimentaron de lo poco que tenían, dos días después el mismo me acompaño a tomar un taxi y hasta dinero me dio para pagarlo, aquel generoso niño trabajaba en las calles para conseguir dinero para su madre y el.
Después de eso pasaron varias semanas cuando decidí buscarlos y ofrecerles mi ayuda, pero cuando fui a buscarlo personas cercanas a su casa me contaron que los mismos vándalos que me atacaron lo encontraron y lo golpearon hasta casi matarlo, su madre salió a defender a su hijo pero su corazón no resistió y falleció, cuando el niño despertó en la clínica mal herido estaba solo, huérfano e indefenso, dure más de un año en localizar el lugar donde él se encontraba, pero al llegar a él, no me reclamo, ni me recriminó, tampoco me exigió ninguna compensación por su mal, después de todo también era mi culpa lo que le había pasado, el solo quería crecer y cumplir una promesa que le hizo a su madre, que era ser un gran hombre y creo de corazón que es en lo que se ha convertido – termina su relato con la copa en su boca y con un gran suspiro de tristeza
- No sabía esa parte de la historia – confieso con el corazón dolido por conocer su un poco de su infancia
- Sabes…, a él le costó mucho llamarme padre, pero poco a poco nos fuimos conectando como si de verdad por nuestras venas corrieran las misma sangre – me dice con amor en sus ojos
- Abuelo ¿si es verdad que él quiere quedarse con todo tu dinero y dejar a papa sin nada? – le pregunto lo que papa me ha dicho toda la vida
- Samanta yo amo a tu padre, después de todo es mi hijo, pero él no es precisamente el mejor administrador, sé que en parte es mi culpa porque lo consentí demasiado y nunca le enseñe el verdadero valor de las cosas, pero él nunca quiso aceptar que gracias a Alexander yo estaba con vida, tú padre solo quería tener el poder absoluto de la compañía – me dice con unas lágrimas en sus ojos
- ¿No crees que de verdad pueda hacerlo? lo digo porque él es tu verdadero hijo – le pregunto
- No creas mi princesa que dejare a tu padre sin nada el día que muera, ambos recibirán su parte – me dice con una caricia en mi mejilla para tranquilizarme
- ¿No crees que Alexander se aproveche el día que tú faltes? – le pregunto lo que tanto inquieta a papa
- No lo creo, sé que ustedes no se llevan bien, pero si le dieras la oportunidad a tu tío de conocerlo entenderías mis razones – me dice con entusiasmo
- ¿Y porque no me las dices tú? – le indago
- Ese chico tiene un gran corazón, un niño que deja todo por ayudar a su madre y a un hombre que no conoce no puede ser alguien malo, un corazón así no se daña con el tiempo – me explica su razón
- No lo sé abuelo, las personas cambian cuando de dinero se trata – opino
- Te diré un secreto, Alexander me ha pedido que lo saque de mi testamento en repetidas ocasiones pero soy yo el que no accedo y quizás algún todos ustedes entenderán mis verdaderas razones, por ahora solo te puedo decir que él están merecedor de todo lo mío, así como lo es tu padre – me confiesa
- Wow ¿enserió te ha pedido que no lo incluyas? – le pregunto incrédula
- Así es mi niña, sé que él puede parecer un hombre frío, rudo y quizás egoísta, pero la verdad eso es solo una coraza, a mi hijo le cuesta expresar sus sentimiento, apenas si lo hace conmigo, pero lo demuestra con su atención y cuidado permanente por mí, él nunca me deja solo ni una noche y estoy seguro que si no está aquí es porque sabe que contigo estoy muy bien cuidado – me dice
Después de toda esa conversación acompaño al abuelo con un trago más para luego ir a dormir.
Semanas después estoy lista para descansar de la universidad y concentrarme en mi nuevo trabajo, esta vez he adquirido un espacio propio para organizar todo lo de mi trabajo, no sé, quizás me establezca aquí, cerca de mi abuelo, Elena está encantada con la idea, hasta apartamento consiguió esperando permanecer en esta ciudad por mucho tiempo, dice que está enamorada de Alexander y yo no sé ni que decirle, no le puedo confesar lo que paso entre nosotros.
Llevo algunos días saliendo con Max, es un gran chico, no puedo decir que estamos en una relación formal, pero al menos estoy intentando sacar de mi mente a Alexander, hemos salido, el abuelo lo ha conocido, por lo que me ha contado es un gran ingeniero aeronáutico y su familia es la dueña de una de las aerolíneas más importantes del país, dentro de toda esta paz casi perfecta hay un bache y es que Aria no deja de perseguirme para saber dónde está su amado, se ha tomado el descaro de llegar a nuestra casa y presentarse como la novia de él.
Sé que el abuelo se alegra porque ella se muestra como una mujer diferente y lo que un padre siempre quiere es ver a su hijo establecido.
También he hablado un poco con mama quien siempre se muestra molesta por no saber dónde estoy, doy gracias al cielo que papa y el abuelo no se hablen, porque de ser así ya hubiera venido hacerme la vida infeliz por estar estudiando modas y no economía, amo a mi padre, pero es demasiado narcisista y siempre quiere decidir por mi vida dejando de lado mis opiniones; en cuanto a mama, sé que me mama, pero debe aprender a dejar de depender de papa y buscar su propia felicidad.
Es sábado en la noche y estoy lista para una noche de fiesta con Elena y Max, vamos a una nueva disco, no soy de mucho salir y menos bailar, pero sé que debo despejar mi mente y aprovechar mi juventud, llegamos y pedimos una mesa, Max me invita a bailar un género de música que no es muy de mi agrado pues es muy pagada, pero no me niego para no parecer una amargada, comenzamos con nuestra danza y puedo sentir como poco a poco su erecci0n se hace notar en mi cuerpo, me siento incomoda pero intento de omitir este detalle.
Terminamos la noche de fiesta y Max me invita a su departamento, lo dudo por unos minutos, pero al final accedo igual no tengo a quien rendirle cuentas y quien quita sea mejor que el idiota de Alexander, quizás esto es lo que necesito para sacar de mi cuerpo esta necesidad de Alex.
Subimos a su apartamento y no me deja ni entrar cuando ya me está agarrando como pulpo, puedo sentir su desespero, comienza besándome, luego baja por mi cuello mientras sus manos tocan sin contemplación mis pechos, me quita la ropa sin cautela, nos tiramos al sillón y se posiciona en medio de mi entre pierna para invadirme, no puedo negar que no fue tan malo, pero en nada se compara con el verdadero maestro del sex*, con decir que me costó alcanzar un 0rgasm* y que para hacerlo me toco recordar aquella deliciosa noche, porque de no ser así no lo hubiera conseguido, después del primer asalto Max quería continuar, pero mi cuerpo no deseaba más acción, el me mira con suplica pero odio esas expresiones, así que me levanto me visto y me voy.
De camino a casa, paro para aclarar un poco mi cabeza, creo de haber sido con Alexander mi cuerpo lo hubiera reclamado toda la noche, he pasado tantos desvelos sola en mi habitación evocando aquel recuerdo mientras me acaricio, que imagine que sentir a otra persona me ayudaría a cambiar de idea, pero es como si todo de él me hiciera falta, las discusiones, nuestras peleas, las pocas conversaciones que entablamos, ver su rostro, sus gestos, sentirlo todo, maldita sea no sé qué voy hacer.
no concibo tal verdad....
por favor, que Sam no sea hija de Robert 🙏🏻
llegará la tormenta?