Ofelia no ha tenido suerte en esta vida desde su llegada. A su corta vida no ha sabido más que de sin sabores.
Luego de años de abuso y violencia, encuentra una segunda oportunidad en el amor, de la persona que menos hubiera imaginado.
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Capitulo 19
Ofelia
El señor Verro dejo la habitación y salí del baño, me quedé sentada en la cama, esperando que Carmina llegue para decirme cuales serían mis tareas. La habitación era enorme, y parecía más grande al no tener yo nada con que llenarla. Estaba en eso, cuando Carmina apareció.
- Permiso Ofelia, vengo para darte un paseo por la casa y mientras repasamos el trabajo.
Asiento, y la sigo detrás. Ella va hablando y mostrando todo de forma amable. La casa es gigante, no se cómo haré para no perderme, hay muchos pasillos con muchas puertas, muchas habitaciones, muchos baños, mucho de todo, y lo que llama la atención es que hay muy pocas personas viviendo en esta casa. Nunca entendí porque vivían en casas tan grandes, que jamás iban a poder ser llenadas en su total capacidad, era un despilfarro, y lo más importante, mucho trabajo para limpiar.
Terminamos el recorrido, Carmina me explicó todo el trabajo, me llevo a la lavandería, donde había un clóset lleno de uniformes y calzado. El uniforme consistía en una vestido largo hasta las rodillas, mangas cortas, de color azul, delantal blanco y calzado blanco. Me dirigí a mi habitación para poder tomar un baño y cambiarme de atuendo, aún traía el uniforme de la casa del señor Vicenzo. Termino y salgo hacía la cocina, para saber que tarea debía realizar, ya era entrada la noche, antes de la hora de la cena.
Al entrar a la cocina, estaban Carmina y Gianni. Gianni me saludo y me pareció muy amable, también muy simpática y parlanchina. Me dijeron que por ser mi primer día podía descansar, pero preferí ayudarlas a cocinar, lavamos verduras y las cortamos, mientras Gianni hablaba de muchas cosas con Carmina y conmigo. Era raro estar en un ambiente que no fuera hostil y donde no fuera ignorada. Ellas realmente eran muy amables y todo era muy normal en la casa, no estaba acostumbrada a esto. Hasta me sentía incómoda, como si lo que en realidad es normal, no lo fuera. Cómo si tuviera prohibido estar allí socializando, siendo parte de una charla.
- Ofelia, puedo llamarte por tu nombre?.- Me pregunta Gianni y asiento.
- Puedo preguntarte qué te pasó en la cara? No quiero incomodarte pero te ves muy mal.
- Gianni! Cómo te atreves? No eres quien para importunar a Ofelia de esa forma! Que muestra de falta de educación!.- Le dijo Carmina entre asombrada por qué ella se atrevió a preguntarme eso y enojada por la situación.
- Lo siento Carmina.
- No es a mi a quien debes pedir disculpas niña!
- Lo siento Ofelia, no quise hacerte sentir mal, te pido disculpas.
- Está bien.- Fue lo único que pude responder y seguí en mi tarea.
Me sentí un poco incómoda, sé que no lo hizo con intención de importunarme, no se veía una mala persona, pero no sé si estaba bien que hable de eso, creo que lo mas seguro era ni siquiera nombrar esa casa. Aunque los golpes eran visibles y frescos, por lo cual no era raro que alguien quiera saber que me había pasado, me veía como si me hubieran zapateado en la cara.
La cena paso sin más problemas, todo fue bastante cálido. Terminamos de almorzar y ayude a levantar la mesa, quise lavar los platos pero Carmina me dijo que por hoy ya era suficiente, que vaya a descansar. Me dirigí a mi habitación, y estaba allí por acostarme cuando golpearon a mi puerta. Al abrir estaba Gianni ahí parada.
- Lo siento mucho Ofelia, no quise incomodarte o hacerte sentir mal, estuvo fuera de lugar mi pregunta, no fue con mala intención. Aveces soy impulsiva y no pienso antes de hablar.- Su voz se notaba realmente muy apenada
- Esta bien, no hay problema.
- Ten, te traje este chocolate como disculpa. Es de lo más rico que hay en la ciudad. Los amo! Es la última barra que me queda, la mereces.
- No hace falta Gianni.
- Si, lo hace! Si no la aceptas me sentiré como la mierda.- La mire sorprendida y en su cara se dibujo una sonrisa. Sonreí con ella y tome la barra de chocolate. Ella se despidió y se marchó.
Era la primer vez, en creo que toda mi existencia, que alguien se disculpaba conmigo y que me regalaba algo, se sentía tan raro. Me sentí contenta por su acción, sentí que ella me reconocía como persona, quizás era un nuevo comienzo, quizás estás personas no eran malas. Con ese sentimiento me acosté y me dormí enseguida, ese colchón era tan cómodo, era como estar en una nube de algodón, y las sábanas, eran tan suaves, todo era tan justo y cómodo, y en esa comodidad me dormí.
El que me preocupa es el profesor Tiziano, creo que no me quedan dudas de que el es el cómplice y espía de Graviano dentro de la casa