UN ALFA CON DOS LUNAS

...***...

Javier viajá de regreso a Estados Unidos. Evelin se queda echa un mar de emociones, un recuerdo viene a su mente.

...Flashback....

Evelin pierde el combate en contra de Yulexi. Los brujos ganan privilegios y celebran. Todos están muy contentos.

— Nunca dejaré que me vuelvas a derrotar maldita bruja.— Dice Evelyn observado a Yulexi con desdén. Salé del salón y llega a su casa. Su padre la recibe con un golpe en la cara. Parece que ya le han informado de la derrota de su hija.

— ¿Cómo es posible que una maldita bruja te haya ganado.? — Dice el furioso.

— Voy a entrenar, te juro que ni ella ni nadie logrará vencerme nunca.

— Eso esperó, en mi familia no aceptó perdedores, lo sabes bien. Tendremos que irnos por un tiempo. Hasta que a la gente se le olvide lo que pasó. O hasta que tú seas lo suficientemente buena para ganarle a Yulexi..

Su padre incluso sabía el nombre de esa bruja. Eso la ponía aún más furiosa.

Sus padres y ella se mudaron de ciudad. Evelin se puso a entrenar noche y día, día y noche. Ya no salía de su casa. Su madre estaba preocupada por ella. Había sido demasiado tiempo de encierro y entrenamiento. Sentía que su hija e estaba desgastando demasiado. Intentaba hablar con su esposo para que la frenará pero esté a pesar del gran amor que le tenía a su esposa, no le prestaba atención. Lo que las demás criaturas dijeran de su familia era más importante para el.

— Regresaremos a nuestra ciudad natal. — Anunció su padre. Tal vez así Evelin iba a dejar de entrenar tanto. Pero el no se lo iba a pedir. No quería que humillaran de nuevo a su hija y su apellido.

— ¿Es por el torneo.? — Preguntó Evelyn.

— Si. Y más vale que está vez si ganes. — Amenazó su padre. No le gustaba tener una mala actitud con su hija pero era necesaria para hacerla una loba fuerte cómo el.

Evelyn preparó maletas y volvieron a dónde ella nunca hubiera querido regresar. Al ver su ciudad natal recordó la humillación y siguió entregando muy duró. Incluso más que antes.

Uno de esos días su madre se acercó a ella para hablar.

— Hija no todo en la vida es entrenar. — Dijo su madre. — Acompañarme a la ciudad. — Quería alejarla de todo, distraerla, hacerla parar un buen momento.

— ¿Para que todos me vean y se burlen de mi.? No gracias. Yo pasó. — Siguió trabajando en su fuerza.

— Eso pasó hace dos años. Ya nadie se debe acordar. — Su madre quería hacerla cambiar de opinión costara lo que costara.

— Estoy Segura de que todavía lo recuerdan.— Evelin sufría y odiaba aún más a Yulexi al recordar.

— Hija por favor. No todos en la ciudad son cómo tú padre. Hay personas que tienen problemas reales.

— Lo que pasó es un problema real. Esa bruja infeliz me humilló. — Apretó tanto las pesas que las rompió. Su fuerza era muy notoria.

— Hija ella no te humilló. Ella simplemente ganó una pelea.

— Y esa pelea provocó que los brujos puedan venir a la ciudad también.

— ¿Eso que importa.? — Su madre y su padre eran almas gemelas pero criaturas totalmente opuestas. A el sólo le importaba ganar y a ella eso le daba igual. Era una loba justa. Una virtud que no le pudo heredar a su hija.

— Importa mucho mamá. — Evelin se negó a salir. Días después su madre volvió a pedirle que la acompañará. Ya estaba cansada de decirle que no así que fue. Mientras caminaba por la ciudad escuchó una historia. Una mujer hablaba del futuro rey, el cuál tendría dos lunas, una loba y una vampira, las dos muy poderosas, pero una dominaría el corazón de el, por lo tanto ella sería la ganadora absoluta.

Evelin por curiosidad se acercó a aquella vieja y le preguntó más sobré su historia.

— Evelin, la lobita. — Dijo aquella viejecita. Evelin no tenía idea de quién era aquella señora, antes no le hubiera parecido extraño que la reconocieran en la callé pero llevaba más de dos años encerrada, su físico había cambiado

Lo sabía. Nadie se ha olvidado de la humillación que pasé en aquella pelea.

— ¿Me conoció en alguna competencia.? — Quería asegurarse de que sus pensamientos eran reales.

— No querida. Te conozco porque eres la futura maté del rey.

Evelin abrió los ojos por la impresión que se había llevado, ella sabía que era poderosa y bella pero jamás imaginó que sería la futura reina. Una sonrisa de felicidad llenó su rostro.

— Claro que eres la segunda, la brujita será la más importante para el. — Evelin borró su sonrisa al escucharla.

— ¿De que bruja hablas?

— Yulexi Ferrer. Una mitad vampira mitad bruja, una chica de buen corazón, justa y hermosa, capaz dar amor sin poner condiciones, capaz de sacrificar su bienestar por el bienestar de otros, la futura reina de todas las especies.

Evelin apretó las manos, escuchar todo lo bueno que le pasaría a su peor enemiga la molestaba mucho. No toleraba la idea de ser la segunda, de ser opacada por una bruja. Una vez más ella le ganaría.

— Jamás aceptaré estar en segundo lugar. Entiende eso.

— ¿Qué piensas hacer.? — Preguntó con curiosidad la anciana.

— Romperé la unión con el futuro rey. Si tanto la va querer que se quedé con ella.

La vieja comenzó a reír.

— No tienes inteligencia lobita. Romper la unión no sirve de nada, sólo vas hacerle las cosas más fáciles a la vampira.

— ¿Qué se supone que haga entonces?

— En unos meses habrá un torneo, debes presentarte, pon esté veneno en el cuerpo de Yulexi, toma un poco de su sangre y mezcla con la tuya, toma esa poción y volverás loco al príncipe Victoriano, el sólo tendrá ojos para ti.

— ¿Porqué debería confiar en usted.?

— No es gratis lobita, debes pagar un precio muy alto.

— ¿Cuál es ese precio.?

La vieja desaparecido sin decir algo más, Evelin se quedó sin saber que hacer. En un principio siguió con la idea de romper su unión con Victoriano pero al conocerlo en el torneo su instinto posesivo se hizo presente. Lo quería para ella si o sí y al ver qué el besaba a Yulexi sólo pudo sentir ganas de matarla.

Hizo lo que la vieja le había dicho y se quedó con la intriga del precio a pagar, en el momento que actuó sólo pensó en su felicidad no es las consecuencias que está traería para su vida en el futuro.

^^^Fin del Flashback.^^^