Para Estela no importaba lo que tuviera que hacer para cumplir sus sueños, era capaz de todo, pero no todo saldría como ella pensaba. Tu que serias capaz de sacrificar para cumplir tus metas?
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Mi independencia
Desde ese día las cosas en casa eran poco menos que imposibles, aunque yo no jugaba a mi mamá, ella se la pasaba más preocupada por Delia qué por cualquier cosa, yo ya no soportaba a mi hermana y me daba coraje la actitud de mi madre y Ana, se dejaban pisotear y como yo no lo hacía, era la mala. Quería salir de ahí, pero sola no podía, así que me puse a, buscar una oportunidad en las otras televisoras, con suerte lograba un mejor empleo que me permitiera mudarme sola.
Y la oportunidad llego, me entreviste para conducir un noticiero y pasando casi todos los filtros, estaba a un paso de obtener el empleo, y al entrevistarme por último con el dueño de la televisora, me dijo descaradamente qué su vacante tenía un precio, y que tenía que pasar por su cama para tenerlo, ok, le dije, donde y cuando, y me sonrió entregandome un sobre con las instrucciones. Nos vemos preciosa, si es que no te acobardas, se despidió, pero no era la primera vez que haría algo así, sonriendo salí de oficina y me dirigí a un café para ver de que sé trataba el contenido del sobre, era un pase VIP para un club nocturno, propiedad también del Licenciado Román, dueño de la televisora, la cita era para la noche siguiente a las 11:00 PM así que tenía tiempo de sobra para ir a trabajar y luego arreglarme y presentarme. Así lo hice, y cuando llegué, un asistente me estaba esperando, el área VIP estaba en el segundo piso, eran como palcos, pero tenían habitaciones con baños privados, era fácil imaginar lo que pasaba en esos lugares, pero no me incomodaba, yo sabía usar mi cuerpo para ganarme favores. Me senté en la mesa en la que había diferentes bocadillos y bebidas, todo era lujoso y no era para menos, el dueño del lugar era un hombre muy rico, acostumbrado a tener lo mejor y cumplir con todos sus caprichos. En este caso yo era uno de ellos, pero sacaría una buena ganancia, así que estaba más que lista para lo que quisiera.
No tuve que esperar mucho, se presentó solo, me imagino que sus guardaespaldas se quedaron en el privado contiguo, impecable mente vestido, aunque de manera informal, con una sonrisa pícara y un aroma a perfume carisimo qué inunda a él ambiente, cabe mencionar que era alto, delgado pero marcado, blanco y de cabello castaño ondulado, con unos ojos verdes hermosos, lo que no tenía muy agraciada era la nariz, era demasiado grande y ancha para su rostro, pero su boca era perfecta, labios carnosos y dientes perfectos. Me saludo con un beso en los labios, algo rápido, y después me dijo, que gusto que no me hayas plantado, nunca, contesté, si no hubiera podido venir, le hubiera avisado. No me hables de usted, me dijo, dime solo Román, ya que esta noche nos tendremos confianza, y como todo un caballero, me ayudó a sentarme, hizo lo propio y sirvió dos copas de champagne, tenemos que brindar por nuestra nueva amistad, y pasándome una copa mientras me giñaba un ojo, brindamos.
Me sorprendió mucho que realmente parecía una cita normal, hablamos, bebimos, comimos los bocadillos, que por cierto eran deliciosos, y hasta, bailamos, claramente durante el baile se tomaba más confianza y rozaba partes de mi cuerpo que no debería, pero el tenía el derecho esa noche. Así, después de una linda velada, de pronto me tomó de la cintura y caminamos hasta, la habitación, cerró la puerta y comenzó a tocarme con lujuria, yo me empecé a desvestir, pero me tomó las, manos y me dijo que lo dejara hacerlo él, así que iba recorriendo mi piel mientras me quitaba cada prenda, yo traía un vestido ajustado muy sencillo, y una lencería muy sexy qué compré expresamente para la ocasión, parecía complacido con todo lo que veía, incluso me dijo que era, maravilloso que no tuviera ningún tatuaje, debe ser que no le gustan, a mi tampoco, siguió acariciando con sus manos y su boca, yo ya estaba a punto de gritar de lo exitada, y se separó de mi para desnudarse, era realmente hermoso lo que mis ojos vieron, estaba totalmente exitado y se acercó abrazándome y de un movimiento me penetro haciéndome gritar, se movía con destreza mientras sus manos me daban placer en los senos, y nos gozamos hasta terminar extasiados, no logró hacerme sentir lo que mi ex hacía, pero estuvo muy bien, terminado el acto me abrazo y beso mis labios con ternura. Repetimos varias veces y al final antes de vestirnos, me dijo que quería repetir el encuentro, yo asentí, y ahí supe que esto sería importante para mi, antes de salir me dijo que me llevaría a mi casa, lo cual era muy lindo de su parte, ya que no tenía que hacerlo, y de camino, me pidió que pensara si quería ser su amante, el no era casado hasta donde yo sabía, pero eso me ponía al margen de su vida, solo amantes, me pareció buena idea y no tarde en responder afirmativamente, cuando me dejó frente al edificio, me dio un beso rápido como despedida y me observó entrar. A los pocos minutos, yo estaba lista para dormir, cuando sonó el teléfono, era un mensaje deseándome dulces sueños y decía también que hablaríamos al otro día, que esperara su llamada. La cual llegó temprano con un saludo de buenos días y una invitación a comer, pasa a mi oficina a las 2:00 para firmar tu contrato y de ahí nos vamos, me dijo, y le confirme que ahí estaría, cuando llegue, no sabía cómo comportarme, pero decidí ser profesional en la oficina, contrariamente, él me recibió con un abrazo y un beso, como si fuéramos novios, y después de firmar, salimos de la, mano rumbo a un restaurante, donde comimos y charlamos un rato, después regresamos a la televisora, pues él tenía que trabajar y yo que presentarme en personal para que se me dieran las indicaciones de mi nuevo puesto, saliendo de ahí me marcó para que lo esperara y me llevaría a casa, por el camino se desvío un poco y al preguntarle a donde íbamos, me dijo que era sorpresa, paramos en un edificio de departamentos muy lujoso, y subimos al último piso, era un departamento hermoso, y yo pensé que el vivía ahí, pero cual sería mi sorpresa, me dijo que me mudara ahí cuanto antes, tómalo como una prestación laboral, pero si quiero visitarte, necesitas vivir sola.
Tenía un nuevo lugar donde vivir, un trabajo nuevo que cumplía con mis sueños y mi independencia. Que más podía pedir.