Niebla y Rayo, regresan a casa después de michos años tras una mentira de su hermana menor. pero pronto descubrirán que su destino si estaba escrito y que la mentira de su hermana tan solo fue el principio de todo.
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CAPÍTULO 24
Bastian, Rayo y Niebla aparecen en un lugar misterioso, rodeado de árboles y mucha naturaleza. Los dos hombres están muy sorprendidos porque no saben cómo llegaron allí. Buscan respuestas en Niebla, pero esta aún no recupera el control de su cuerpo; sus ojos brillan y no es la misma Niebla que ellos conocen.
—Déjanos regresar —pide Bastian, preocupado por Niebla.
—Aún no, no están a salvo —Niebla, siendo controlada por el espíritu del bosque, se elevó muy alto y liberó su poder. Los árboles crecieron a su alrededor sin dejar la más mínima grieta para que nadie pueda entrar. Había árboles frutales, agua dulce de un oasis cercano y animales que podían cazar; todo quedó dentro de una barrera mágica para protegerlos a los tres.
—Ahora sí están a salvo. Ya casi termina todo y este bosque volverá a ser lo que fue hace miles de años —el espíritu dejó el control del cuerpo de Niebla, y ella cae desmayada en los brazos de Bastian. Él la revisa para asegurarse de que está bien.
—Sabes que debe descansar. Recorreré el lugar, a lo mejor hay alguna salida, o una forma de avisarle a todos que estamos bien —mientras Rayo va a recorrer el lugar, Bastian acomoda a Niebla en el suelo junto a una manta que traía en su bolso y le coloca el bolso como almohada.
—Voy a encender algo de fuego para que estés cómoda —Bastian busca ramas y hojas secas y, tras hacer fricción, comienza a encender fuego. Poco a poco arma una fogata para mantener caliente a Niebla, mientras esta se recupera.
—No veo una salida, creo que nos encerró aquí —comenta Rayo después de haber recorrido una parte del lugar.
—Dijo que no podíamos confiar en nadie. ¿Crees que alguien nos haya traicionado? —indaga Bastian mientras saca las hierbas de su bolso para preparar un té a Niebla.
—Es posible. El brujo tenía a Cielo y a ese chico en su poder, ¿cómo consiguió secuestrarlos? Si se suponía que las hadas los cuidarían —Rayo y Bastian no saben qué pensar, pero si de algo están seguros es que el espíritu del bosque siempre los ha protegido y si los llevó a esconderse en ese misterioso lugar, es porque su vida fuera de este corre un grave peligro.
—Solo falta un árbol, él debe aparecer para llegar a ese último árbol, solo entonces sabremos lo que pasa. Cuida de tu hermana mientras voy por agua limpia para el té —Rayo se quedó junto a su hermana mientras Bastian va por el agua. El lugar estaba lleno de cosas indispensables para la supervivencia de los tres.
Mientras Bastian regresa y prepara el té, Rayo atrapa un par de conejos; esos serán su cena. Los va a preparar antes de que su hermana despierte, porque a ella le gustan esos animales, pero no como comida, sino como mascota. Pero ahora no puede ponerse quisquillosa; están atrapados y no saben cuánto tiempo estarán allí.
Mientras Bastian y Rayo cuidan de Niebla, en el castillo, Cielo y Ciro despiertan con un fuerte dolor de cabeza. La familia de ambos estaba allí esperando.
—¿Mamá, qué pasó? —Cielo, con la ayuda de su madre, se sienta sobre la cama, tratando de entender todo lo que le pasó.
—Hija, el brujo los tenía a ambos en su poder. ¿Cómo pasó? ¿Salieron solos del hogar de las hadas? —indaga Lluvia, porque necesita entender cómo logró ese hombre llevarse a su hija sin nada que se lo impidiera.
—No lo sé, mamá —Cielo aún no organiza sus ideas.
—Fueron hadas oscuras —Ciro ya está sentado en la orilla de la cama con la ayuda de su madre.
—¿Hadas oscuras? —Lluvia leyó hace un tiempo sobre el tema, pero jamás creyó que eso existiera.
—Sí, se infiltran entre las hadas buenas, incluso pueden tomar la forma de estas. Así consiguieron que nosotros las siguiéramos fuera del Hogar de las Hadas, nos engañaron y por poco consiguen su propósito —responde Ciro, poniendo todos sus recuerdos en orden.
—Por eso el espíritu del bosque se los llevó. No puede dejarlos con las hadas, era cuestión de tiempo para que las hadas oscuras llegaran al escondite donde ellos estaban, él los mantiene a salvo —comenta Lluvia y todos asienten.
—No puedes dejar a las hadas encargadas de la seguridad, Lluvia, no sabes si es seguro. Haz que se alejen del castillo y de tu familia —aconseja Zafiro y Lluvia asiente.
—Si no son hadas oscuras se irán sin poner resistencia, pero si lo son querrán quedarse aquí como dé lugar. Me voy a encargar de eso. No dejen que ninguna hada se quede sola con alguien de la familia —Lluvia se puso de pie y se fue a hablar con la líder de las hadas. Desde que comenzó todo, esta ha estado cerca, cuidando de todos, pero si ella no es un hada oscura, entenderá por qué Lluvia le pide marcharse con las demás del castillo.