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La Problemática Llegada Del Amor

La Problemática Llegada Del Amor

Status: En proceso
Genre:Romance / Amor tras matrimonio / Embarazo no planeado / Malentendidos / Triángulo amoroso / Melodrama
Popularitas:4.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Beikaoficial

Al descubrir a su pareja en plena infidelidad, Ein Morlyng se sumerge en un torbellino de desesperación y alcohol, esperando que el dolor se disuelva con cada copa. Pero mientras la embriaguez la aleja de la realidad, una serie de eventos imprevistos la arrastra hacia una nueva vida. Entre una boda inesperada, un embarazo sorpresivo y una convivencia forzosa, Ein se encuentra atrapada en un destino que no había imaginado. Ahora, mientras enfrenta un cambio radical en su vida, una pregunta persiste en su mente: ¿Cómo llega el amor?

NovelToon tiene autorización de Beikaoficial para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 18

El hombre, una vez a solas, dio un suspiro profundo, como si hubiera estado conteniendo la respiración todo el tiempo. Luego se dirigió hacia mí.

— Cuando guste, señorita.— Dijo amablemente.— La acompañaré a traer sus cosas.

Me invitó a seguirlo, y eso hice. Al salir, un carro ya nos estaba esperando. La oscuridad de la noche se veía suavizada por las luces de las inmensas mansiones de los alrededores y las farolas que iluminaban las calles. Era un entorno hermoso y tranquilo. A un lado de la calle, unos adolescentes, rondando los diecisiete años, conversaban animadamente, como si lo que decían fuera el néctar más preciado.

— Señorita, ¿me escucha? — La voz de César interrumpió mi atención.

— Perdón, ¿qué decías?

— Acompáñeme, por favor.

Caminamos hacia el carro estacionado. Abrió la puerta del copiloto con amabilidad y me invitó a entrar. No le hice esperar. Una vez dentro, el conductor puso en marcha el vehículo.

Por el momento, debía hacerle caso a Dewin para demostrarle que mis intenciones eran claras como el agua. No tenía nada que ocultar. No me importaba el tamaño de su riqueza, solo quería que viera que cumpliría con lo que esperaba de mí hasta que naciera el bebé. Yo quería a ese bebé, y no dificultaría su llegada ni su crecimiento, por eso debía quedarme bajo su supervisión.

La vida es inestable. Nunca sabes cuándo puede pasar de ser una llama a una bomba que explota con el más leve soplo de viento. Lo cierto es que no podemos confiarnos. Cada día cuenta, y cada día cambia nuestras rutinas y nos transforma por completo. Mi día había comenzado como una simple llama, y en cuestión de horas se había convertido en una bomba atómica, dejándome con una sensación de intranquilidad. Sabía que nada volvería a ser igual.

Tras un largo rato, divisamos el edificio donde vivía. La diferencia era evidente; habíamos dejado atrás el lado bonito de la ciudad y ahora estábamos en "mi" parte, la fea. César estacionó y se apresuró a abrir mi puerta, pero no lo dejé. Tenía manos, ¿no? Salí del auto y suspiré, con evidente pereza.

— Espérame aquí.

— ¿Está segura? Al señor Dewin no le parecería bien.

— Oh, por Dios.— Me quejé.— No eres un esclavo ni mi niñero. Si te consuela, soy inútil, así que no podré escapar.

Rodé los ojos y me dirigí hacia mi apartamento. Claro, debería habérselo dicho en francés, porque César no captó el mensaje y siguió mis pasos hasta entrar conmigo al departamento.

Fui directamente a la cocina y me preparé un tazón de cereal con leche. César, siempre observándome, no me quitaba la vista de encima mientras comía. Su vigilancia era tan intensa que resultaba incómoda.

Después de dos tazones de cereal, me sentí lo suficientemente aliviada y con energía para empacar. Subí a mi habitación y me di una ducha rápida. Mientras me secaba, revisé el interior de mi armario. Tenía más ropa de la que recordaba, y aunque algunas prendas ya no me servían, me dolía dejarlas atrás.

Me vestí con unos jeans verdes, un suéter blanco y unos tenis deportivos. Luego, saqué toda la ropa del armario y la lancé sobre la cama.

— ¿Señorita, ya terminó?— Preguntó un impaciente César desde el otro lado de la puerta.

— No seas pesado, César. Si me apuras, tardaré más.

Saqué dos maletas y, sin doblar la ropa, comencé a meterla a montones. Después, encontré una tercera maleta bajo la cama y también la llené. Aún quedaban algunas prendas y mis zapatos por empacar, pero ya no tenía espacio.

— Qué molesto— Murmuré.

Busqué con que más podía llevar lo que me faltaba y encontré una mochila. Metí las prendas que faltaban y algunas carteras, pero aún me sobraban zapatos y accesorios.

— ¿Señorita?

— ¡Ya voy, César! — Grité con frustración.

Finalmente, abrí la puerta y encontré a César, cansado.

— ¿Terminó?

— Necesito tu ayuda. Lleva estos zapatos al auto, por favor, y luego regresa para las maletas.

Después de cuarenta minutos, por fin estábamos listos para volver. Con la ayuda de César, cargamos todo en el auto. Antes de irme, revisé las bolsas y cajas que Dewin me había enviado. Entre todos los productos costosos que había, no tomé nada. Solo escribí una nota y la dejé en una de las cajas como regalo para la señora Mónica, la dueña del edificio.

Subimos al coche para regresar a lo que sería mi nuevo hogar durante los próximos meses. O, tal vez, mi nuevo calabozo.

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Stlouis Mardi
Que grosero/Shame/
cøøkie
¡Continúa, me encanta!
Beikaoficial: Hola! Claro, a su orden mi señoría. 💓
total 1 replies
DreamHaunter
Me encantó lo que escribiste
Beikaoficial: Muchas gracias por leer mi historia, espero que te siga gustando personita hermosa. 💕
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Himura Kenshin
Me has dejado en suspenso, necesito saber lo que va a pasar, ¡actualiza pronto por favor!
Beikaoficial: Holaa! Gracias por leer mi historia. A su orden, mi señoría. 💕
total 1 replies
NovelToon
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