OBSESIÓN

- Hace dos semanas que no la veo, estoy desesperado yo diría hasta de mal humor, como siempre pasó todos los días por la oficina de Mondragón con el pretexto de tomar su café de civeta, no es que el café sea malo particularmente creo que el buen café no está en el costo de este es más bien cuestión de gustos y una buena compañía, admito que mi razón del buen gusto a ese café era ver a mi dulce obsesión.

- Cuando la encontré puse un investigador para que localizara su domicilio, debido a que la extraño voy camino a su departamento, estoy dispuesto a confesarle mis sentimientos, se que también ella siente algo por mí su mirada lo reflejaba.

- Me estoy estacionando, y la veo salir del edificio donde vive el corazón se me rompe al verla salir con Salvatori, pero que hace este viejo verde aquí con ella por dios no, con ella nooo, ella se sube a un carro blanco es un mercedes ben’s no es del año sin embargo esta bien cuidado, ¿cómo es qué ella pudo comprar ese auto? Su salario no alcanza para eso.

- El viejo Salvatori se sube a su telsa gris sale detrás de ella, yo voy a una distancia considerable de ellos sin perderlos de vista.

- Llegan a su destino, hay una casa beige de dos pisos con un un local a un lado, le sigue una puerta negra puede ser del departamento que hay arriba del local, en segunda de la puerta hay una cochera, ella mete el auto el viejo se estaciona afuera, le da una llave a Salvatori el abre la puerta del local, los dos entran muy sonrientes esto no me gusta, ¿Cuánto tiempo llevan ahí dentro? No lo sé pero parece una eternidad, por fin salieron se suben al auto del hombre yo voy tras ellos, estamos llegando a Polanco, entraron a zamba un restaurante brasileño.

- Salieron a las doce de la noche del restaurante ¡a las doce! En este instante me retiro a mi casa prefiero no saber donde sera su próxima parada, difícilmente consigo creer que la estuve espiándo, la idea de que ese hombre es su sugar dady ronda mi cabeza, porque lo elegiste a el soy yo quien muere por tus besos por dios me voy a volver loco no lo acepto nooooo, arrojo contra la pared la copa de vino tinto que traigo en la mano, mi pecho duele lágrimas me invaden los ojos finalmente dejo salir el llanto que me ahoga.

- Salvatori le está dando un recorrido por la empresa como si ella no la conociera, pasan al lado o de Patricia y yo.

- ¡Buenos días! Exclaman muy sonrientes emitiendo el joven y señorita.

- Viste amor la zorrita salió igual que todas, es necesario un sugar dady para escalar en las empresas.

- ¿Qué te hace pensar que es su sugar dady?

- El hombre estableció una posición que no existe en la empresa para ella, ahora es gerente general de la maquiladora y tiene un excelente salario, nadie hace algo así por una persona sin nada a cambio incluso viene al trabajar en esas fachas.

- ¿Tú papá aprobó esa posición? Por cierto se ve divina en esa ropa me digo para mis adentros.

- Queríaido entre colegas as se cubren las espaldas.

- No cuando hay desvíos de fondos innecesarios.