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Amor por Contrato...

Amor por Contrato...

Status: En proceso
Genre:Matrimonio contratado / Maltrato Emocional / Embarazo no planeado / Traiciones y engaños / Matrimonio arreglado / Romance oscuro
Popularitas:3k
Nilai: 5
nombre de autor: Tania Uribe

Casada por dos años con un hombre que pensaba que la amaba, pero luego este le fue infiel y decidida se divorció, se fue del país y comenzó otra vida lejos de ese mal recuerdo.

Sin imaginar que se encontraría con un problema...

Viviendo en otro país, lo primero que hizo fue ir a un bar, tomar quién sabe cuantos tragos de tequila y un par de margaritas, termina teniendo una aventura de una noche y luego se fue sin decir una sola palabra.

Después de ello su familia busca casarla, pero antes la hacen firmar a ella y futuro esposo un contrato el cual establece que sí alguno de los dos era infiel, el divorcio sería inmediato y además de tener que pagar una indemnización que era el equivalente al valor de ambas empresas familiares.

Firmaron. Ella trataba de olvidar aquella aventura, mientras que él buscaba con desesperación hacerle saber a ella que él era el hombre al que le había dado el mejor sexo de su vida y que su aventura no es un error, si no un perfecto error.

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Capítulo 17

DMITRI

—¿Qué diablos haces aquí?—Caminé hacía él. Estaba sentado en mi silla, en mi oficina mirándome con aquella sonrisa arrogante.

—¿Qué? ¿No tengo derecho a venir a visitar a mi hermano mayor?

—No seas cínico Rhaegar, y dime qué diablos haces aquí. Y no me vengas con lo de siempre—. Él se rio.

—Tienes razón. Iré al grano. Quiero que rompas tu compromiso con Sofía Vanselow.

—¿Por qué?—Dije conteniendo mis deseos de golpearlo.

—Sabes muy bien por qué, y no creo que quieras que le diga a mi futura cuñada sobre la verdad del asunto de su tío y también el verdadero motivo por el que tanto insististe para que ella fuera tu prometida, y...— Le di un golpe en la cara haciendo que cayera hacia abajo de mi silla de tapiz negro y suave. Este se levantó aturdido y le di otro golpe, pero ese fue directamente en la nariz.

—¡CÁLLATE!—Le grité.—¡CÁLLATE!—Lo tomé de las solapas de su traje negro y este me miraba aterrado con sus dos grandes avellana.—No eres nadie para entrometerte en mi vida y en la de MI futura esposa. Así que largo de aquí o de lo contrario, no me importará ni un poco que seas mi hermano, —lo solté casi tirándolo a la alfombra beige, salió de mi oficina sin mirarme. Pero sabía que él estaba muy enfadado y conociendo a ese infeliz tenía la certeza de que él iba a desquitarse, y él sabía cuál era mi punto débil.

En ese momento entró Jayden y dijo:

—¿Qué sucedió?

—Encárgate de que alguien cuide de Sofía desde la distancia. No dejes que NADA le pase a ella—. Salió de la oficina empujando la puerta de vidrio templado y me dejó solo.

No sabía por cuánto tiempo más iba a poder seguir ocultando la verdad a Sofía, pero no estaba dispuesto a permitir que fuera Rhaegar quien le revelara la verdad.

Me quedé el resto del día en mi oficina, no quise ver a nadie. Necesitaba estar seguro de que Sofía estaba bien y que en ningún momento o instante se llegara a topar con él. No lo iba a permitir.

...****************...

Miraba a mi alrededor tratando de no sentirme tan miserable, por el hecho de mentirle a mujer que amo. El bar no fue la primera vez que la vi. La primera vez fue cuando fui a España a una conferencia sobre importación e inversión en el continente. Ella salía de una tienda luciendo tan hermosa, una camiseta gris y un pantalón de mezclilla negro y zapatillas deportivas, su cabello estaba peinado en una coleta de caballo dejando sueltos algunos mechones en su cara. Era un día cálido y hacia algo de calor.

Ella sonreía y su sonrisa me hizo sentir vivo, me hizo salir de la oscuridad en la que estaba sumergido.

Luego de eso todo fue para mejor y desde ese día juré que sí la volvía a ver no la iba a dejar ir. Jamás...

Tres meses después por pura casualidad yo estaba en un bar bebiendo cuando la vi entrar, sus ojos plateados estaban rojos, hinchados, había llorado y mucho. Su rostro estaba demacrado, triste, decepcionada, enojada y muy dolida. Supuse lo que estaba pasando y además de que sabía de su divorcio. Ella estaba muy dolida y triste.

La vi sentarse en la barra y pidió un tequila, luego otro, después otro, hasta que al final pidió un par de margaritas. Y yo también estaba ebrio, muy ebrio. La seguí y vi que entró a una habitación de hotel, que para mi sorpresa era la mía y a partir de ese momento... nos dejamos llevar y tuvimos sexo.

A partir de esa noche estuve más que decidido a estar cerca de ella.

...****************...

Mientras recordaba aquello, recibí un mensaje que era de Sofía que decía:

"¿Sigues en la oficina? Voy en camino a casa, nos vemos ahí. Te amo..."

Miré hacia la ventana y maldije al ver que ya había oscurecido, salí de la oficina casi corriendo, ignorando el hecho de que muchos de los empleados ya se habían ido a casa desde hace horas.

Llegué a mi auto y me fui conduciendo como loco, ignorando a todos y a todo lo que había a mi alrededor.

Finalmente, llegué a casa y al entrar vi a Sofía sentada en el sofá, con la luz apagada y su teléfono en la mano con pantalla prendida. Ella estaba ida, ni siquiera me miró y mucho menos dijo algo.

Me acerqué a ella y en ese momento, me miró fijamente, se alejó y entonces dijo:

—¿Cuándo pensabas decírmelo?—Dijo conteniendo su rabia.

—¿De qué hablas?—Le pregunté temiendo escuchar la respuesta. Entonces ella tomó su teléfono con fuerza y me lo mostró. No tenía palabras para decirle lo que tanto quería decirle, lo que tanto estuve repasando en mi mente, una y otra vez, se hizo realidad.

—¡¡NO ME MIENTAS!!—Gritó muy molesta.—Quisiste casarte conmigo, usando como tapadera lo que hizo mi Tío, ¡Lo cual tú provocaste! ¡Hiciste tus arreglos para que mi Tío confiara en esa gente, y cometiera ese fraude!—Me señaló furiosa.—¡¿POR QUÉ?! ¡¿Por qué lo hiciste?!

—¡Porque te amo!—Le confesé—¡Te amo desde el primer instante en que te vi y no fue en aquella noche en el bar, que tuvimos sexo estando ebrios! ¡Te empecé a amar desde el momento en que te vi salir de una tienda en España! ¡Desde ese momento comencé amarte!—Ella se quedó impactada, su mirada pasó de estar furiosa a desconcertada y llena de dudas.

—No te entiendo, tú y yo nos conocimos en un bar de este país y luego tuvimos sexo estando ebrios—. Negué con la cabeza.

—No, no fue así—. Le confesé llorando.—Yo te conocí en un viaje que hice a España, pasaba por un mal momento, estaba... sumergido en la más profunda tristeza y oscuridad que ni te imaginas, pero... Al ver tu sonrisa tan cálida y dulce, hizo que toda esa tristeza y oscuridad se desvaneciera—. Tomé sus manos y las alejó casi de inmediato. Mirándome con desconcierto y horror al mismo tiempo. Se levantó del sofá con el rostro horrorizado.

—¿Y por eso hiciste todo esto? ¿Para... poder llegar a mí, con el único propósito de hacerme tu esposa y así lograr que no vuelvas a caer en la oscuridad y tristeza de la que tanto has hablado?—Preguntó de forma irónica.—Eres patético, pudiste hacer las cosas de manera diferente, pero no... no lo hiciste. Y lo peor es que yo permití esto. Permití que mi dolor y mis emociones me dominaran para aceptar ser tu prometida, y luego de haber pasado, por tanto, me enamoré de ti y acepto que te amo y más de lo que te puedes imaginar.

Y siendo honesta... no puedo continuar así, —Ella miró el anillo de compromiso que le di y se quedó un momento pensando, luego de unos segundos se lo quitó.—te amo, pero no puedo continuar así y no quiero estar con alguien que me mienta de la misma forma en que lo acabas de hacer, te agradezco que me hallas ayudado con el asunto de Sebastián y mi divorcio con él. Sin embargo... no me voy a casar contigo, lo que hiciste para acorralar a mi familia para hacer que yo aceptara casarme contigo... no tiene perdón.

Te aprovechaste de la situación de mi familia y de lo que hizo mi Tío, no fue la manera—. Ella tenía razón, pero realmente no sabía de qué manera acercarme a Sofía, no tuve otra opción.

—Perdóname, no sabía cómo acercarme a ti y acepto que no debí, pero no encontré otra manera—. Ella se rio con ironía.

—¿No tenías otra manera? ¿En serio?—Me miró con desdén y decepción en su rostro.—¿Sabes qué? No pienso seguir discutiendo, pero sí ye diré esto. Siempre hay otra forma, siempre la hay. Pero poco te importó y te enfocaste en únicamente cumplir con tu atroz y malévolo plan, y sinceramente no quiero seguir con esto—. Dejó el anillo sobre la mesa de centro, fue hacia la habitación, fui tras ella, al llegar la vi sacando toda su ropa y tirándola sobre la cama, entró al armario y de ahí sacó una maleta. Puso toda la ropa en la maleta y la cerró muy enojada.

Tomó su mochila y la maleta, salió de la habitación, intenté detenerla, pero ella entonces gritó:

—¡¡NO ME TOQUES!!—Gritó muy enojada.—No quiero volver a verte, en mi vida. Adiós Dmitri, hasta nunca—. Se fue sin mirar atrás, la puerta se cerró tras de ella. Salí, pero pronto la vi subir a un auto luego de que guardó su mochila y cosas en el maletín del auto, entró y cerró la puerta al verme venir.

—¡¡¡SOFÍA!!!—Grité, pero ya era tarde ella se había ido.

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Celina Saucedo
Que voy y que arreglen el problema y no le den gusto al hermano
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