De Regreso a Mis Días de Escuela

"¿A dónde va, mamá?" preguntó Daniel al ver a su esposa ya vestida elegantemente.

"Voy al apartamento de Calvin. ¿Papá quiere venir?"

"¿Para qué?" preguntó Daniel frunciendo el ceño. Apenas había llegado de la oficina, ¿y ahora ya quería irse?

"Quiero ver cómo está Clarissa. Desde ayer no se puede contactar su celular", respondió Sandra mirando a su esposo.

"¿Con quién vas a ir, mamá?"

"Con Carlo, ¿con quién más?"

"¿Y Bella?"

"Oh... Ella ya salió desde hace rato. Dice que va a reunirse con sus amigos."

"Oh..."

"¿Y entonces... Papá quiere venir o no?"

"..."

"Ish... Papá es lento", dijo Sandra haciendo un puchero, provocando que Daniel tragara saliva con dificultad. Quería besar esos labios que ya lo habían vuelto adicto.

"Podrías dejar de hacer esa cara con los labios, ma."

"¿Qué tienen mis labios?" preguntó Sandra tocándose los labios.

"Quiero comérmelos", respondió Daniel con una sonrisa traviesa.

"Hoy es día libre."

"¿Cómo así...? No hay eso de días libres. Ayer y anoche ya fueron días libres, ¿cómo que otra vez?" protestó Daniel sin aceptar.

"Un día libre más no hace daño, pa", respondió Sandra con ligereza.

"Ya, mam... si esto se oxida, tú misma lo lamentarás", dijo Daniel mostrando su parte íntima que comenzaba a endurecerse.

"No digas tonterías, pa", dijo Sandra con la cara ya roja. Eso hizo que Daniel se encendiera aún más.

Daniel caminó hacia Sandra. Como si supiera lo que su esposo quería hacer, Sandra retrocedió.

"¿Qué vas a hacer, papá?"

"Papá quiere..."

"¡Mamá! ¿Vas a ir o no?" gritó Carlo desde afuera.

"¡Sí!"

"¡No!"

Sandra y Daniel respondieron diferente. Si Sandra decía que sí, Daniel decía que no. Carlo, al escuchar eso, se confundió.

"¿Entonces van a ir o no?" preguntó Carlo una vez más.

"¡Sí!"

"No, no es necesario... Mamá irá con papá", gritó Daniel abrazando a su esposa muy fuerte. Tenía miedo de que escapara, podría ser que arriba y abajo le doliera.

Al escuchar la voz de su papá muy clara en sus oídos, Carlo se fue de ese lugar, dejando a sus padres que querían mimarse.

"Hace rato le decía a Carlo que se apurara, pero al final no va a ir. Si lo hubiera sabido, no me habría bañado", gruñó Carlo mientras seguía caminando hacia adelante.

Sabiendo que su hijo se alejaba, Daniel lanzó su acción. Apretó las nalgas de su esposa con lujuria.

Sandra sintió que su cuerpo comenzaba a agitarse. Especialmente cuando Daniel de repente besó sus labios. Ya no podía resistirse. Ambos se quemaban con la llama de la pasión.

Mientras tanto, Bella estaba reunida con sus amigos. Steven, Baim y Rangga no faltaron. Se reunieron en su café favorito.

"¿Cómo estuvo el campamento de ayer? ¿Fue divertido?" preguntó Bella cuando ya estaban todos reunidos. No había comida en la mesa, porque ninguno de los cinco había pedido nada.

"Fue muy, muy divertido", respondió Rangga.

"Si Clarissa no fuera tan molesta, yo también habría ido", dijo Bella haciendo un puchero.

Como si quisiera recalcar que si no fuera por Clarissa, ella habría participado en sus actividades de ayer.

Aunque en realidad nunca le habían gustado ese tipo de actividades. Especialmente si tenía que subir y bajar montañas. Solo de pensarlo ya le daba dolor de cabeza.

"¿Qué pasa con Clarissa?" preguntó Rangga.

"Ustedes saben que no puedo actuar libremente si ella está presente. De hecho, ayer estuvo pegada a mí todo el día. Dice que tiene miedo de que si nos reunimos así, no la inviten."

"¿Ah?"

Steven, Rangga y Baim se miraron. Ya era costumbre que Bella hablara mal de Clarissa. Siempre creían todo lo que decía Bella.

Steven guiñó un ojo a sus dos amigos.

"¿Y ahora dónde está?"

"Oh... Como siempre, está de compras con la tía Sandra. Eso es lo que me permite salir con ustedes", respondió Bella mintiendo.

"¿No fuiste?"

"Ni siquiera tuve la oportunidad de ir, la tía Sandra apenas lo propuso y ella ya estaba gritando."

"¿Aún no ha cambiado? Parece que ahora está un poco más tranquila de lo normal", dijo Aurora, quien también comentó.

"Eso es solo para aparentar. Ustedes saben cómo es su reputación ahora... muy mala. Sin mencionar cómo se comporta en casa."

"..."

"Ya basta... ¿Para qué hablamos de esa chica? ¡Me baja el ánimo!" exclamó Steven, sintiendo que lo que decía Bella era cada vez más descabellado.

"Lo siento, solo quiero compartir lo que siento. Ustedes son las personas más cercanas a mí", dijo Bella con tristeza.

Cualquiera que la escuchara lo creería al instante al ver su expresión. Era muy buena para ser actriz.

"¿No son los padres de Clarissa muy buenos contigo?"

"Por muy buenos que sean el tío y la tía, si se trata de su hija, ¿qué soy yo?"

"Si es así, debes abastecerte de mucha paciencia."

"¿Para qué?"

"Para que tu corazón esté a salvo y no vuelva a dolerte."

"Tengo una idea... ¿Qué tal si te mudas de su casa?" sugirió Baim.

"Mis padres no lo permitirán. Solo puedo vivir aquí si vivo con ellos."

"Bueno... ¡Acepta tu destino!"