Hector Lozano, el arquitecto detrás del deslumbrante diseño del hotel turístico, la noche de su inauguración, conoce a la alegre y singular Maria Isabella Flores, quien lo cautiva con su belleza exótica y su aura misteriosa, aparentando una gitana perdida en ese mundo de lujos. Fascinado Hernan se aproximó a ella para conocerla y sin predecirlo pasa la noche más apasionante como nunca tuvo en su vida. Al día siguiente, cuando el alcohol bajo, descubrió que esa gitana es la hija menor del dueño del hotel que el diseño. Ambos al saber quienes son, tratarán de llevar la situación como dos adultos, olvidar lo que pasó y culpar al alcohol por ello, pero la química que existe entre ambos los lleva a recaer mas de una vez en la tentación de estar juntos. Al enterarse el padre de María Isabella que estuvo con Hernán Lezcano, los obligará a casarse para salvar el honor de su hija. Ambos deberán enfrentar una situación que solo inicio como una aventura de una noche y afrontar las consecuencias
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18 -Practicas
Narra Isa
Estaba sentada en la cena que armó mi padre con la familia de Jhon.
Me había vestido de manera exquisita, elegante para la ocasión.
Un vestido rojo largo con zapatos de tacón, mi cabello alisado, sujeto por una goma.
Cuando llegó el momento en que él debía decir una palabras como afirmando el compromiso entre los dos, apareció una chica gritando.
"JHON TE AMO"
" NO LO HAGAS"
"ESPERO UN HIJO TUYO"
Lejos de sentirme mal por ello, por dentro saltaba de dicha.
(Lero Lero no me comprometo, canturreo feliz en mi mente)
Pero por fuera me mostré triste e indignada.
Jhon se fue con esa chica, sus padres quedaron atónitos sin saber que decir.
Después de esa cena tan incómoda, tome el primer vuelo a mi nuevo destino, a mis prácticas de ser Financista en la empresa del amigo de mi padre.
Me mudé a un departamento en el séptimo piso cerca de la costa, tengo la hermosa vista de la playa, podré ir a tomar el sol en las tardes cuando no deba trabajar.
Cómo mi padre se sentía en deuda por lo ocurrido en la cena con Jhon y el fallido compromiso, me dió un departamento amueblado, más una tarjeta para mis gastos.
El lunes temprano antes que salga el sol salí a correr en la playa, disfrute de la dulce brisa matutina, tome un café en un pequeño puesto donde atiende una señora muy amable.
Le compré unas cuantas masas dulces para llevar a mi nuevo jefe.
Me puse una pollera larga en un tono blanco plateado, una blusa con mangas caídas en color oscuro ajustada y corta, sumado a unos zapatos de tacón bajo. Mi cabello suelto y un toque de maquillaje.
Al llegar en el edificio todos se veían muy concentrados, me encamine hacia donde me indico mi padre que debía estar.
-BUENOS DIAS. Saludé muy amable al señor mayor que miraba unos papeles sobre el escritorio. Su cabello plateado brillaba bajo la luz, su barba bien prolija le daba un toque de elegancia.
-Buenos días...
-SOY MARIA ISABELLA...
-OH SI ... ADELANTE... QUE GRANDE ESTAS... TODA UNA MUJER. Me recibió con una sonrisa, me estrecho entre sus brazos posando un beso en mi mejilla.
-PUEDE QUE NO ME RECONOZCAS.. PERO CUANDO ERAS PEQUEÑA SIEMPRE SALTABAS EN MI REGAZO MANCHÁNDOME DE PASTELILLOS Y TU PADRE QUE NO SABíA DONDE METERSE. Me cuenta como añorando esos tiempos.
-LE TRAJE UNA MASITA... EL PUESTO DONDE LOS VENDE RESULTO EXQUISITO. Le pasó una.
-QUE AMABLE... UNO NO ME VA A HACER MAL. Me dice probando.
-¿DÓNDE CUMPLO MIS FUNCIONES?. Le consulté.
-Acompáñame. Me indica con la boca llena de glaseado chupándose los dedos.
-EN EL DEPARTAMENTO CONTABLE... EL SEÑOR ACOSTA SERÁ TU SUPERVISOR. Me señalo.
-Y SU NOMBRE... ME GUSTA LLAMAR POR LOS NOMBRES. Le digo.
-PARA VOS CON GUSTO... DIME FERNANDO. Me dice.
-FER. Le digo.
"Él pensó que pregunté por su nombre, pero quería saber el de Acosta"
-SOLO EVITA LLAMARME ASI ANTE LOS DEMAS... AQUI SOY EL JEFE. Me encarga.
-POR SUPUESTO. Le respondo con una amplia sonrisa.
-JEFE... ¿QUÉ LO TRAE POR AQUI?. Pregunto un señor de gafas finas redondas, alto, de nariz larga, ojos azules y un aire de seriedad, pero conmigo no durará mucho esa cara así.
-BUENOS DIAS... SOY MARIA ISABELLA ... UNA MASITA. Le invito con una sonrisa.
-Es un gusto. Me respondió y se vio tentado tomando una de las masitas.
-PRUEBE ESTA DELICIOSA. Le dijo el señor Fernando.
-AHI TE LA ENCARGO. Le dijo el señor Fernando retirándose.
-Tengo entendido que te recibiste de Financista... Pues aquí necesitamos toda la ayuda... Pero debes entender que lo que estudiaste... No sé compara a la realidad. Empezaba a chamullar, mientras observé lo que tenía sobre el escritorio.
-Mis estudios se basaron en temas de la realidad... No tanto de los libros... En el manejo del mercado... En la mejor linea de escape... En caso de adquirir inversiones... Estudie el objetivo de la compañía... Es interesante ... Pero aportaría unas ideas... Bajo su intelecto y predisposición a escuchar. Le respondí.
- Es bueno oír eso... Aunque tú presencia aquí... Es adquirir conocimiento...
-No quisiera que mi estadía sea infructífera... Mientras pueda aportar...
-Claro... Es bueno saberlo...
Me dice nervioso, se ve que mi manera enérgica y alegre lo incómoda de algún modo.
-Designeme alguna función. Le pedí.
-Este... Puedes traerme café... Así paso estás masitas... Qué están deliciosas. Me dijo.
"Traer café, que cree que soy su moza"
"Aunque mi padre siempre dice que podemos hacer la diferencia aunque la tarea sea pequeña"
-En seguida. Le respondí con una sonrisa.
Me dirigí hacia donde era el lugar asignado para que los empleados beban café.
Estaba solitario, una máquina de café, se veía muy lúgubre, a nadie le daría ánimos de estar ahí.
Tome mi celular llamando al proveedor del hotel que tiene una extensión de su empresa aquí.
A los pocos minutos llegaron con mi pedido, cambie el lugar por completo, hasta el café adquirí a un precio razonable.
En la barra del que disimulaba ser un bar se extendió un fino mantel con bandejas de diferentes masas y la maquina fue reemplazada por una que brindaba diferentes gustos, podían pagar por ello el que guste o tenían su vieja opción.
Un representante de la empresa de café fue instalado para que atienda y despache más rápido a los que vengan.
Me dirigí a la oficina del señor Acosta le dejé el café y me encamine a la oficina del señor Fernando.
-PERMISO. Le pedí.
-MARIA ISABELLA... ALGUN INCONVENIENTE. Me consulto.
-Le venía a informar de los cambios en el sector de distinimiento de los empleados a consumir café. Le dije
-Cambios... ¿Qué cambios?. Indagó.
-Se que los empleados rinden mejor al estar bien tratados... Cómo sabe manejamos hoteles. Le aclare.
-Por supuesto. Me dice mirándome con los ojos entrecerrados
-El señor Acosta solicito un café, la marca que tenían utilizando, sin contar que la máquina no tiene el cuidado, al parecer solo se limitaban a surtirla sin un previo mantenimiento... He enviado a cambiar. Le dije.
-Veamos el cambio. Dijo suspirando.
Al llegar vio que algunos empleados pagaban por lo que adquirirían y se retiraban, en su rostro se reflejaba la satisfacción.
-Las personas suelen valorar lo que pagan para consumir, tienen asimilado que si algo se vende a ese precio debe ser muy bueno, que algo adquirido de manera gratuita. Le señalo.
-Buena observación. Me dijo.
-Esto lo pongo como prueba cuatro dias... Si no está de acuerdo regresará todo a como estaba... Pero después de dicho límite de tiempo... Ustedes deberán asumir los costos... Pero al cobrar obtienen un margen de ganancia. Le dije.
-Tienes una mente comercial como tu padre... Te acompaño a ver al señor Acosta. Me dice suspirando.
-SEÑOR ACOSTA... ¿DÓNDE ESTABA?. Indagó el señor Fernando al verlo ingresar.
-Fui a entregar el balance. Le respondió.
-¿Qué tarea designó a la señorita?. Le pregunta.
Veo que suspira mirándome.
-No se preocupe... No sé quejo porque la envío a buscar café... Siendo que debe hacer trabajo referente a su especialidad. Le dijo el señor Fernando.
-Estaba por designarle sus funciones. Le dice nervioso.
-Le informo... Se ve que ese tiempo... En qué se fue a llevar los balances... Aquí nuestra practicante... Vio un problema... Y tomo la acción al respecto...
-Si le ofendí al solicitar el cafe... Lo siento... Solo...
-Considero que una joven practicante solo serviría para traer café... Entiendo que no quiera que arruine su trabajo que es muy delicado... Pero otro trabajo que le corresponde es minimizar gastos y obtener más ganancias...
-Es lo que estuve evaluando... Pero en los materiales...
-Olvide esa parte... Acompáñame para que tenga una idea de lo que le hablo. Le dijo dirigiendolo a la sala.
-¿Qué paso aquí?. Pregunto asombrado.
-No menos precie a la señorita... Ella tiene conocimiento en atención a las personas ... Su padre es dueño de hoteles... Sabe cómo adquirir ingresos sin perder la atención cordial... Lo que era un gasto... A la vez nos brinda un ingreso extra... Así que la próxima que le otorgue una tarea ajena a la función designada... Piénselo dos veces... Tiene cuatro días para evaluar si esto es lo que soluciona está parte... O se volverá a lo viejo... Aunque mantener contento al personal... Garantiza un mejor rendimiento... Menos tiempo dirigiéndose a otro sitio para adquirir lo que aquí se ofrece... Y más tiempo en trabajo desarrollado. Le dijo.
-Entendido señor. Le dijo.
Suspiro mirándome y me señalo que lo acompañe a su oficina.
-Tienes iniciativa... Es bueno... Pero a la vez puede ser malo. Me dice el señor Acosta.
-El celular que tiene en la mano... Hace cuánto salió. Le pregunté.
-He... Creo que este año. Dijo desconcertado.
-Antes de el habrá tenido otro. Le digo.
-Asi es. Me responde.
-Y si ya tenía... ¿Por qué adquirió uno nuevo?. Le pregunto.
-Tiene más memoria... Puedo manejar más archivos... Ya se a donde quieres llegar... Muy inteligente. Me dice y por primera vez ví asomarse una sonrisa en su labio.
-Para que algo mejore antes se han probado muchos modelos y a medida que pasó el tiempo se fue mejorando según las necesidades que se presentaban, un cambio muchas veces no significa algo malo, si no se prueba lo nuevo como saber si lo que tenías es lo que realmente querías. Le digo.
-Debes tener la última palabra. Murmuró entre dientes.
-Almuerza en algún sitio... Así me lo recomienda. Le digo.
-Antes hay que cerrar la planilla de la mañana... Registrar... Así se deja listo para los de la tarde. Comento.
-Perfecto... Solo dígame qué hacer. Le digo.
-Trae... Mejor no. Murmuró.
-Digame. Le insisto.
-Te quería pedir que vayas en el sector de archivos... Pero si te envío que me garantiza que cambies algo ahí... Son papeles importantes...
-Aun tienen archivos... Podrían guardar en la nube... Con un respaldo que solo ustedes tengan acceso...
-Que dije...
-No cambiaré nada. Le digo.
-Seguro.
-Por el meñique. Le digo.
-No se que signifique... Pero no cambies nada... O será la práctica más corta en la historia al no durar ni medio día. Me dice entregándome una copia de lo que quería que le busque.
"No sabe que la nube es más seguro, los papeles puede fundirse con el tiempo, tomare un registro y armare como un respaldo, se lo daré al señor Fernando, si me echan, sera para su bien.
Al llegar ví una fila de estanterías de tres metros, cajas interminables de archivos.
"Sí quisiera hacer lo que pensé, tardaría años, salvó que se arme un grupo dedicado a lo que pensé"
Suspiré hondo, busque lo que me solicitó, firme ante él que se encargaba de ese lugar y me regresé hacia el señor Acosta.
-Volviste enseguida... Creí que armarias algo parecido a la cafetería. Se me burla, le sonreí cortés.
-Me lo pasas en un archivo con un cuadro que tenga acceso a un nombre en específico según la fecha. Me dijo.
Me estaba haciendo hacer lo que propuse, pero iniciaba con lo que se hizo el último trimestre.
-Si señor. Le respondí.
Para la hora de la comida tome mi cartera y me dirigí a la salida con la intensión de ir a mi hotel.
-SEÑORITA MARIA ISABELLA... ESPERE. Escuché la voz de una chica atrás de mi.
-Si. Le respondí.
-Soy Ana... La secretaria... Del señor Fernando... Quiero decir del Jefe... Escuché lo que hiciste... Con las chicas estamos agradecidas... Hace tiempo elevamos nuestra queja... Pero nadie se preocupa en hacer nada. Me dijo.
-Es bueno oír que les agrado. Le respondí.
Note que se mostraba muy de confianza con él jefe al llamarlo por su nombre.
-Ella es Ema... Y ella Yoly. Me presenta a las chicas que la acompañan.
-Todas son secretarias. Le consulto.
-Si... El único que no tiene secretaria es el hijo del señor Fernando... No le duran es un ogro. Me dicen.
-Aunque está requete para chuparse los dedos. Dijo Yoly y las otras le codean.
-Si te escucha su novia te pone de patitas en la calle. Le dijo Ema.
-Vamos a comer, acompáñanos. Me invita Ana.
-Ok. Les dije.
Se veían simpáticas las tres.