Entre Sombras Y Traiciones.

La noche fue un mar de deseos y pasión; toda la noche se entregaron como solían hacerlo. Ambos habían caído rendidos luego de un baño de agua tibia, relajando sus cuerpos agotados.

Valeria yace en la cama encima de Alphonso, tiene su pierna encima de él y solo una sábana blanca la cubre; el cuarto es grande y de color marfil, hay una pantalla en frente y una ventana a un lado por donde se cuela la luz del día.

Alphonso se despierta y la besa en su mejilla, despertándola.

"Mmm. Buenos días, mi amor", dice ella y sonríe.

"Buenos días, mía Regina, te ves tan hermosa". Le responde y la llena de besos haciéndola reír, besándola.

Y haciéndole cosquillas.

"Vamos a desayunar, mi amor, hoy es un día de sorpresas", dice y luego de bañarse y cambiarse bajan a desayunar. Es un desayuno muy complejo y delicioso: tostadas, chocolate, yogurth, frutas picadas, donas, cannolis... Hay muchas delicias.

"Esto se ve delicioso, mi amor". Él sonríe y la sienta en sus piernas para darle comida mientras le da besos entre bocados.

"Luego de desayunar vamos de paseo; necesito pasar tiempo contigo. No me gusta esa misión, amor, la OMSG son unos desgraciados", dice y ella le acaricia el rostro".

"Mi amor tranquilo, me conoces, estoy muy preparada para esta misión al regresar, pues... Nos seguiremos amando". Él asiente, soltando un suspiro.

"Está bien, trataré de dejar mi paranoia". Sonríe y la besa.

Una vez que terminan, le toma la mano y se la lleva a pasear; salen a caminar por el hermoso paisaje nevado. La nieve inmaculada cae y ella sonríe al ver las montañas y varios hermosos animales que aparecen en su camino.

Alphonso, con una sonrisa traviesa y levantando una de sus cejas, dice:

"¿Qué te parece si jugamos un poco en la nieve antes de entrar?"

Valeria se ríe y corre.

"¡Me parece una excelente idea!"

Ambos se lanzan a la nieve, riendo y jugando como niños. Se persiguen, se lanzan bolas de nieve y se caen al suelo, riendo sin parar. En un momento, Alphonso se detiene y comienza a escribir algo en la nieve con su dedo.

Valeria lo mira curiosa con una arruga en su frente.

"¿Qué estás haciendo, Amor?"

Alphonso termina de escribir y le estira la mano.

"Ven a ver".

Valeria se acerca y ve que Alphonso ha escrito sus nombres en la nieve, rodeados por un corazón.

Valeria se emociona y hace un puchero.

"¡Es hermoso, Alphonso!" Lo tumba en la nieve y lo besa.

Alphonso, mirándola con seriedad y ternura, acaricia su cabello rubio y suspira.

"Valeria, hay algo que quiero darte. Algo muy especial", dice sentándose.

Alphonso saca una pequeña caja de su bolsillo y se la entrega a Valeria. Ella la abre con cuidado y encuentra una cadena con un colgante antiguo y hermoso.

Valeria se sorprende; sus ojos se llenan de lágrimas.

"Alphonso, es precioso. ¿De dónde viene? Se ve que es antiguo".

Alphonso con voz suave le dice mientras sonríe.

"Este colgante perteneció a mi madre y antes a mi abuela. Ha estado en mi familia por generaciones. Quiero que lo tengas tú, como símbolo de lo que significas para mí".

Valeria, con lágrimas en los ojos, lo mira a sus hermosos ojos grisáceos.

"Alphonso, no sé qué decir. Es el regalo más hermoso y significativo que alguien me ha dado". Ella jamás había tenido un regalo.

Alphonso la abraza fuerte, pues conoce su historia, aunque solo la parte donde fue rescatada de gente mala y entrenada.

"Solo quiero que sepas cuánto te amo y lo importante que eres para mí. Este colgante es un símbolo de nuestro amor y de nuestra conexión".

Valeria, sosteniendo el colgante con cariño, besa a Alphonso y, al separarse, lo mira.

"Lo llevaré siempre conmigo. Gracias, Alphonso. "Te amo con todo mi corazón".

Se besan de nuevo, sintiendo que su amor es más fuerte que nunca. La nieve sigue cayendo suavemente a su alrededor, creando un momento mágico e inolvidable porque para ella él es su todo, su faro en medio del mar nocturno.

Después de recibir el colgante, Valeria y Alphonso regresan a la cabaña, pero Alphonso tiene otra sorpresa preparada. Mientras Valeria se calienta junto a la chimenea, Alphonso se dirige a una habitación adyacente y regresa con una caja grande y elegante.

Alphonso tiene en su cara una gran sonrisa misteriosa.

"Valeria, tengo algo más para ti. Espero que te guste".

Valeria se sorprende abriendo sus ojos muy grandes.

"¿Otra sorpresa? Alphonso, ya me has dado tanto…"

Alphonso se acerca a ella y le entrega la caja.

"Ábrelo, por favor, y nunca es demasiado para la mía, Regina".

Valeria abre la caja con cuidado y descubre un vestido de gala impresionante, hecho a medida, con detalles de encaje y pedrería. Junto al vestido, hay un par de zapatos de diseñador y una caja más pequeña que contiene un conjunto de joyas deslumbrantes.

Valeria se queda boquiabierta.

"Alphonso, esto es… increíble. No puedo creerlo".

Alphonso sonríe con satisfacción al ver su reacción: el deseo de que su reina brille.

"Quiero que te sientas como la reina que eres. Esta noche, vamos a celebrar nuestro amor de una manera especial".

Dice y Valeria, emocionada y con lágrimas en los ojos, lo mira.

"No sé cómo agradecerte. Esto es más de lo que jamás podría haber soñado".

Alphonso acaricia su mejilla y besa su nariz.

"Tu felicidad es todo lo que necesito. Ahora, ve a cambiarte. Tengo una última sorpresa para ti".

Valeria abre sus ojos, emocionada y entra a la habitación, se cambia colocándose el regalo de su amado, se coloca perfume y se maquilla, dejando su cabello recogido con algunos mechones desordenados a propósito; se mira al espejo y sale. Cuando Alphonso la mira, en su rostro solo hay admiración.

"Estás hermosa, mi amor". Besa su mano y la lleva de ella hasta el exterior de la cabaña, donde un helicóptero privado los espera. Valeria gira su cara hacia él; está sorprendida, emocionada y a cada momento todo se pone mejor.

"¿Un helicóptero? ¿A dónde vamos?"

Alphonso le sonríe y la besa rápido en los labios.

"Es una sorpresa. Confía en mí".

Ella asiente y lo sigue. Suben al helicóptero y, después de un vuelo corto, aterrizan en un lujoso resort en la cima de una montaña, con vistas panorámicas impresionantes. El personal del resort los recibe con champán y los guía a una suite privada decorada con pétalos de rosa y velas.

Valeria cada vez está más maravillada.

"Alphonso, esto es… mágico. No puedo creer que hayas hecho todo esto por mí".

Alphonso la abraza por detrás y susurra en su oído.

"Haría cualquier cosa por ti, Valeria. Eres mi todo, eres mi droga, mi obsesión".

Pasaron la noche disfrutando de una cena gourmet bajo las estrellas, con música suave de fondo y la calidez de una fogata cercana. La noche se llenó de risas; el amor era innegable. Él era un ser severo y cruel y ella era una asesina entrenada, pero juntos eran dos seres que se amaban con intensidad.

"Amor, acércate a esa terraza, ve lo hermosa que es la vista, no tanto como tú, claro", dijo y ella caminó a la orilla. Era realmente alto; cualquiera podría empujarla, pero ella confiaba ciegamente en Alphonso, sus ojos brillaban con las luces que veían.

"Es hermoso, mi amor, ven a..." Sus palabras quedaron en el aire cuando lo vio de rodillas con el anillo en su mano; era hermoso, miles de diamantes diminutos lo decoraban y uno más grande encima.

Valeria tapó su boca mientras su pecho subía y bajaba; definitivamente estaba soñando y no quería despertar jamás.

"Mia regina, tu sei la donna con cui voglio passare il resto della mia vita. Sii invincibile al mio fianco; ¿ quieres ser mi esposa?"

(Mi reina, eres la mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida. Sé invencible a mi lado, ¿quieres ser mi esposa? ).

Valeria asintió entre lágrimas y se acercó a él.

"Sí, mi amor, acepto ser tu esposa". Luego de recibir el anillo, la besó con pasión; era su sueño, por fin era amada y la vida le daba la alegría que una vez le robó.