La Terrible Obsesión De Jeremy Luar

—¡Oigan! Paren la pelea bola de inadaptados— Grito uno de los guardias de seguridad.

6 guardias del establecimiento se encargaron de parar la pelea, uno de ellos tuvo que usar la fuerza para quitar de encima al sujeto que estaba golpeando a Víctor, ya que este parecía un animal enzarzado con su presa. Jeremy y Scott se levantaron del suelo echo polvos, sus ropas estaban sucias y manchadas con marcas de zapatos, sus rostros tenían moretones y las heridas de Jeremy que ya estaban cicatrizando volvieron a abrirse.

Repentinamente, Michael recuperó completamente el conocimiento, comenzó a ver todo claro a su alrededor y pudo observar a Jeremy de pie al lado del personal de seguridad, cuando en un momento a otro, Michael se levanta y se lanza de forma violenta hacia Jeremy, pero uno de los guardias lo sujeto de su brazo y lo retenía mientras esté solo quería golpear a Jeremy.

—Maldito bastardo ésto no se va a quedar así, me las vas a pagar tú y tus amigos de mierda— Le decía Michael a Jeremy de forma amenazadora

—¿Pero se puede saber que coño está pasando aquí por el amor de Dios?— Dijo enfadado el guardia de seguridad que sujetaba a Michael.

En ese momento de la nada hace su aparición el bartender que presenció toda la pelea y salió en defensa de los chicos.

— Lo que pasa es que estos 3 chicos estaban bebiendo tranquilamente mientras conversaban cuando de repente llegó el sujeto de camisa azul y los empezó a agredir, al cabo de unos segundos llegó el resto de su grupo y se armó una pelea barda— Dijo el bartender mientras señala a Michael.

—ahh pero miran pues, ¿Entonces estos payasos son los agresores— Dijo otro de los de seguridad.

—Pero no lo comprenden, este pedazo de mierda tiene cuentas pendientes conmigo, por culpa de él ni cara quedo así— Respondió Michael.

—¿Pero a que coño te refieres? Yo no te conozco imbécil, creo que ese botellazo que te dio Víctor te atrofió el cerebro, estás diciendo puras incoherencias— Dijo Jeremy haciéndose el loco.

—Si sí, sigue haciéndote el pendejo desgraciado, pero ya verás, esto no se va a quedar así— Respondió Michael.

De la nada, apareció el dueño del local que había salido de su oficina a ver qué es lo que había pasado.

—¿Pero qué coño está aconteciendo aquí?— Dijo el dueño molesto.

—Señor Raúl— Dijo Jeremy el cual lo conocía debido a que es un cliente recurrente en el Punto Coín.

—¡Jeremy muchacho! ¿Pero qué pasó aquí?— Pregunta el señor Raúl.

—Estábamos tranquilos bebiendo cuando estos imbéciles nos atacaron— Recalcó Jeremy todo con la cara toda malherida.

—Si señor Raúl ellos estaban pasando un rato agradable sin molestar a nadie cuando de repente estos sujetos vinieron a golpearlos— Respondió el bartender en defensa de los chicos.

—¡Nunca faltan busca pleitos en este lugar!— Dijo el señor Raúl bastante molesto.

—¡Seguridad! Quiero que saquen a estos mal vivientes de mi local y le prohíban la entrada durante un mes— ordenó Raúl.

—¡Si señor!— Acataron los hombres.

Al oír esto, una de las chicas acompañantes de Michael y los demás salió a reclamar.

—¿Qué?, ¿No podremos entrar al Punto Coín por un mes? Pero señor, siempre venimos acá, somos de sus mejores clientes— exclamó la chica.

—Mis mejores clientes no andan agrediendo a los demás clientes sin motivo alguno, ahora fuera de mi vista— Dijo Raúl con un toque serio y autoritario.

A regañadientes, Michael y sus 4 amigos fueron expulsados del local. El personal de seguridad los dejo a la entrada del lugar y les ordenó que no volvieran en un buen tiempo.

Michael se fue molestó y se subió a su camioneta Ford Ranger Raptor 2019 junto a sus amigos para retirarse del local, al lado de el se sentó una de sus amigas y se detuvo a observar la herida que tenía en el cráneo causado por el botellazo que le dio Víctor.

—Uy esa herida se ve un poco mal, vamos a tener que ir al hospital para que te la suturen— Dijo la chica mientras le miraba el corte determinada mente.

—Ese fue uno de los amigos del pervertido ese, bastardos me la pagarán— Dijo Michael fúrico mientras golpeaba el volante de la camioneta con ambas manos.

Uno de sus amigos que estaba en el asiento trasero sintió curiosidad de saber por qué razón Michael le decía pervertido a Jeremy, por lo que le preguntó:

—Oye viejo, ¿Por qué dices que es un pervertido, se cogió a tu mamá? Dijo el chico mientras se reía.

Todos en la camioneta empezaron a reírse a carcajadas con esto, por lo que Michael furioso dice:

—ja ja, que gracioso eres Johnatan, seguramente un payaso te follo antes de salir, por eso estás tan chistoso—

—Tranquilo Michael no te me molestes solo bromeaba, ya en serio ¿Por qué le dices pervertido a ese tipo?— Dijo Johnatan esta vez en serio.

—Pues resulta ser que el día de ayer a ese mismo idiota lo descubrieron masturbándose en el autobús aún habiendo niños en el vehículo, por lo que le dieron una brutal paliza— respondió Michael.

Todos en la camioneta se quedaron sorprendidos, pues no se imaginaban que esa era la razón de porque Michael le decía así.

—¿El mismo bus que tuvo el accidente?— dijo la chica que estaba en el asiento de atrás.

—Exacto ese mismo bus, y lo peor del caso es que ese hijo de puta fue el que causó el accidente, al estar recibiendo una brutal golpiza, no tuvo de otra que lanzarse por una de las ventanas del bus, haciendo que el chófer frenará de golpe y gracias a eso fue que ocurrió el choque múltiple— Respondió Michael.

—¿Y por qué coño no nos contaste eso desde un principio?— Pregunto Johnatan.

—Coño porque se me olvidó Johnatan, por eso, apenas vi a ese maldito asqueroso y me entró una rabia sin precedentes, solamente quería matarlo a golpes porque por su culpa murieron dos personas inocentes en el accidente y muchos resultaron heridas, ¡Mira mi cara, mira como quedó! Parezco un monstruo, ese pajero de mierda no se saldrá con la suya—

—Entiendo tu molestia Michael, pero creó que lo mejor era que controlarás tu ira y trataras de actuar más calmado, ahora por el showsito que montamos allí dentro nos prohibieron la entrada por un mes— Respondió Johnatan con un poco de molestia.

—Bueno que más da, ya mejor vámonos de aquí, pero ya van a ver que esos malnacidos pagarán— dijo Michael.

Giro la llave de su camioneta y aceleró largándose del Punto Coín junto con sus amigos.