Héroes: Parte Uno

Habían pasado cuatro meses desde que Junior Asesino al Señor Luz. La noticia de la locura de Brayan, conocido como el Señor Luz, y su intento de asesinar a un joven de diecisiete años aún era difícil de asimilar para muchos. La mayoría de sus seguidores lo habían abandonado, horrorizados por sus actos, pero algunos fanáticos continuaban fieles a su memoria y veían a Junior como un villano, como el asesino de su héroe.

Junior acababa de cumplir diecisiete años, cada vez más cerca de la adultez. Le habían cancelado su tarjeta de identidad de menor y ahora le estaban solicitando tramitar la cédula. Aún llevaba implantado el chip para menores, un dispositivo que el gobierno de héroes usaba para proteger a los jóvenes: lo usan para saber donde están, con quién estan, y monitorear sus actividades. Este chip también actuaba como medida de seguridad; si Junior intentaba salir de la ciudad sin el permiso de sus padres o usa sus poderes de forma irresponsable, el dispositivo le desactivaría temporalmente sus habilidades.

Aquel día, Junior se dirigió al médico para su chequeo rutinario como héroe, una evaluación obligatoria para todos los jóvenes. Este examen servía para monitorear su estado de salud y asegurar que el chip estuviera funcionando correctamente. En el trayecto, fue emboscado por unos fanáticos del señor Luz, por lo que las autoridades locales intervinieron y le escoltaron hasta la consulta.

Una vez allí, la doctora comenzó su revisión. El cuerpo de Junior era un espectáculo fascinante de energía y poder. Unos rayos eléctricos se enredaban en sus huesos, sus pies presentaban pequeñas perforaciones que lo hacían único, y sus huesos eran de una dureza notable. En sus nervios, se distinguían moléculas de colores rojo y verde que reflejaban la mezcla de sus poderes. Todos los héroes presentaban alteraciones físicas relacionadas con sus habilidades. Por ejemplo: los que tienen telequinesis tienen un pequeño ojo en su cerebro, y aquellos con supervelocidad exhibían corazones que latían a un ritmo fuera de lo común. La doctora observaba fascinada la anatomía de Junior, especialmente al saber que él poseía cuatro poderes diferentes.

Junior y sus padres abandonaron el chequeo y se dirigieron a su nueva casa. No obstante, el camino no fue fácil: varios seguidores del señor Luz intentaron atacarles una vez más. Cansado de vivir bajo amenaza constante, Junior decidió enfrentarse a ellos y contarles la verdad sobre lo sucedido con el señor Luz.

Mientras tanto, Nicole y Ome buscaban maneras de demostrar la inocencia de Junior, intentando que su versión de los hechos fuera aceptada. Sin embargo, los cincuenta y cinco seguidores que aún quedaban del señor Luz no querían escuchar razones, obstinados en su desprecio hacia Junior. Poco después, circuló un video en el que uno de estos fanáticos insultaba a Junior y lo acusaba de ser un asesino. Ese ataque público fue la gota que colmó el vaso; Junior estaba profundamente herido por las constantes acusaciones y la falta de comprensión.

Al día siguiente

Quedaban cuatro días para el inicio de clases en la Academia, y Junior ya no podía más con la situación. Ofendido y harto de las acusaciones constantes, decidió, junto a su prima Nicole, grabar un video dirigido a los cincuenta y cinco seguidores restantes del señor Luz para explicarles lo que realmente había sucedido. Sin embargo, su mensaje no tuvo el efecto deseado.

—¡Ese niño es un mentiroso! —exclamó uno de los seguidores, desatando murmullos de desaprobación.

A pesar de las explicaciones de Junior y de los intentos de otras personas por convencerlos, los seguidores permanecían tercos e inflexibles, negándose a aceptar la verdad. Nicole y Junior se sentían frustrados; no sabían cómo hacer que escucharan y dejaran en paz a Junior. La única opción era encontrar alguna prueba, un video o cualquier registro que demostrara lo que realmente pasó con el señor Luz. Junior recordó algo importante: la última confrontación con el señor Luz había tenido lugar en un edificio cercano a la casa de Nicole, y durante esa pelea, habían intercambiado palabras. Quizás alguien en uno de los edificios vecinos había grabado ese momento.

—¿Y si alguien captó la conversación? —murmuró Junior, iluminado por la idea.

Nicole asintió, esperanzada, y ambos se dirigieron al lugar para investigar. Al llegar, se percataron de que el edificio en donde ocurrió el incidente estaba en construcción, pero vieron otros apartamentos alrededor que tenían buena vista hacia el sitio. Decidieron preguntar en uno de ellos.

—Buenas tardes, señora. ¿Sabe si alguien grabó lo que pasó aquí hace unos meses? —preguntó Junior, tratando de sonar lo más amable posible.

—Sí, un niño del apartamento 205 estaba grabando algo —respondió la señora.

—¡Gracias!

Junior y Nicole subieron al apartamento 205 y tocaron la puerta. Un niño de unos trece años abrió, con una expresión de sorpresa y algo de miedo en sus ojos.

—¿Qué necesitan? —preguntó, titubeando.

—¿Tú grabaste lo que pasó en ese edificio? —preguntó Junior, directo pero con tono amable.

—Sí, pero… ¿por qué lo necesitan?

—Es importante para mí. Ese video puede ayudarme a aclarar las cosas y dejarme en paz.

El niño dudó por un momento, nervioso.

—Me da un poco de miedo…

—No te preocupes, no te pasará nada. Solo queremos que todos vean la verdad. Es solo para que me dejen en paz.

El niño asintió y, tras dudar un poco más, sacó su teléfono y le envió el video a Junior. Con esa prueba en mano, Junior y Nicole no perdieron tiempo en publicarlo.

El impacto fue inmediato. En cuestión de segundos, los seguidores del señor Luz comenzaron a dudar de sus acusaciones, y la mayoría se dio cuenta de la verdad. Poco a poco, aquellos que le acusaban de asesino dejaron de seguir las mentiras, y algunos incluso se disculparon. Junior, aliviado, les aceptó las disculpas y sintió que, finalmente, estaba en paz.

Dos días después

Era el primer día de clases en la Academia Técnica, y Junior estaba listo para comenzar un nuevo curso. Ahora estaría en décimo, uno de los grados más difíciles según había escuchado, y esperaba que las cosas le fueran bien, aunque sabía que iba a necesitar mucho esfuerzo. Sin embargo, después de los desafíos recientes, sentía que estaba listo para lo que viniera en este nuevo año académico.