Amargas Mentiras

Ivana conducía su auto y de nada la imagen de Felipe apareció en su mente.

¡No lo puedo negar Felipe es encantador y todo un caballero! La chica esbozó un suspiro, acompañado de una sonrisa, en ese momento la corneta de un auto al que casi choca la saco de ensueño, y de pronto cambió de parecer y comenzó a quejarse sola en el auto.

¡Como si a mí, me interesará lo que hago con su vida!

¡No me interesa lo que tenga con la tonta de Sara!

¡Además, que se ha creído para abrazarme, seguro piensa que ya porque pasamos una noche juntos tiene derechos, acaso se le olvida que envió a acabar con nosotros en la cárcel!

Me pregunto; ¡Qué harías si llegas a enterarte de que si nacieron los niños que querías muertos!

¡Apuesto que te daría un infarto!

¡Buenos aunque eso no estaría tan mal, pero que le diré a mis hijos, que mate a su padre de un infarto, "No" mejor no idea descartada!

Uy... Felipe Brown ¿por qué sacas lo peor de mí?

Ivana continúo conduciendo y no tardó nada en llegar por sus hijos, ella se bajó del auto como si nada hubiera pasado, al parecer desahogarse en el auto le sentó muy bien, ahora la joven mostraba un semblante más relajado.

No obstante, su rostro volvió a cambiar cuando observó lágrimas en el hermoso rostro de su hija.

¡Sofí ¿Cariño que sucedió?!

Ivana se puso de cuclillas y sacó un pañuelo, con el que limpio las mejillas de la niña.

Sofía no le contestó nada, por lo que miró a Mauro y el pequeño parecía haber salido de las luchas libres.

¡Por dios que sucedió!

La directora se acercó a Ivana y le dijo; Ya le informamos al Sr. De la Vega. -¡Los niños tuvieron un altercado con otro estudiante!

¡La madre de los niños soy yo, y es a mí a quien le tiene que informar cualquier situación que suceda con mis hijos!

La joven madre se encontraba demasiado

molesta, no solo por la acción de la directora, sino que también por encontrar a sus hijos en ese estado.

¡Quiero una explicación y la quiero ahora! La chica se puso de pie y cruzó las manos en señal de disgusto. ¡Srta. Según dice el otro niño Mauro se abalanzó sobre él y lo golpeó!

La declaración de la directora molestó a Mauro quien se paró con enojo frente a ella y refutó.

¡Mentiras, Miguel ofendió a Sofía, se burló de ella sola porque no tenemos papá, también tiró una de sus trenzas y la hizo llorar, el muy cobarde no sabe que a las niñas no se les maltrata!

¡Felipe! Exclamó Ivana al ver a Mauro enojado, hoy había visto a al padre de hijos en el mismo estado, y le pareció que eran idénticos.

¡Sra. Usted no puede achacar toda la culpa a mis hijos! A ver en donde está el otro niño, creo

que él faltó más que mis hijos!

¿Quién te crees para hablar así de mi sobrino? La voz vino detrás de Ivana y al girarse se encontró de frente con Sara.

¡Lo que me faltaba!

-¡Con razón esos niños son tan búlgaros si tienen el ejemplo de esta prostitu… en ese instante Ivana la calló con una bofetada.

¡Mide tus palabras y enséñale modales a tu sobrino!

La Bofetada de Ivana fue fuerte, por lo que Sara se sujetó la mejilla y añadió;

¡No entiendo como es que Simón deja que estés cercar de sus sobrinos, tú no eres buena influencia para ellos!

Sara aún no se entera de que los niños son los hijos de Ivana, esto porque, cuando llego a la institución la directora le informó que ellos eran sobrinos de Simón.

¡No trates así a mi mamá, mientras yo, esté presente nadie puede ofenderla! Mauro

se puso frente a Ivana, mientras apretaba sus pequeños puños.

Al escucharlo la mirada de Sara cayó, sobre los dos niños, y no tenía que ser adivina para saber quién era el padre ellos. Hace siete años ella se enteró por Alex sobre el embarazo de Ivana y ella también participó en el plan contra la joven.

¡Directora será mejor que expulsen a estos niños!

¡Ya pudiste darte cuenta de que los tres son unos vulgares!

¿A quién llamas vulgares? Srta. Maldonado.

Exclamó Simón con enojo, Él se encontraba en una importante reunión, cuando recibió la llamada de la directora, como se trataba de ellos simón dejó la reunión y se apresuró a llegar, jamás esperó escuchar a Sara ofendiendo a sus protegidos

Sr. De la Vega, la directora corrió hacia Simón y se colocó a su lado.

Lamento mucho los inconvenientes, quería solucionar todo por las buenas, pero creo que se me salió de las manos, espero que esto no le moleste.

¡Por las buenas! Agrego Ivana con sarcasmo, luego continúo diciendo.

-¡Fue a mis hijos a los que señaló como culpables!

-¡Esto es un malentendido la Srta. Maldonado y su sobrino no los quisieron ofender!

Al escuchar la respuesta de la directora, Simón entrecerró los ojos y miro a la directora,

¡Escúchame bien, estos niños portan el apellido De la Vega, “mi apellido” y son tan importantes como yo, si tan solo alguien más los vuelve a ofender, juro que esta institución dejara de existir, durante años la familia De la Vega, ha hecho los más grandes aportes a esta institución, y si ellos

no son bien recibidos aquí, entonces mi dinero tampoco lo es!

Dicho esto Simón, volvió la mirada hacia Sara y agregó;

¡Y tú la próxima vez Mide tus palabras no vaya a ser que de repente tu carrera de modelo de pacotilla se venga abajo!

Sara sintió temor por las palabras de Simón, su carrera depende de muchos patrocinadores y la familia De la Vega es un de ellos.

¡Niños Salgamos de aquí mañana todo será mejor y nada de esto se volverá a repetir!

¿No es así? Sra. López.

-¡Como usted diga Sr.!

Simón sujetó la mano de ambos niños y mientras se dirigían a la salida Sofía miró hacia atrás para hacerle una mueca a Miguel el sobrino de Sara.

Ivana ¿Estás bien? Le preguntó Simón al entrar al coche.

¡Si, muchas gracias! Me siento muy apenada contigo, te he causado problemas.

-¡Ivana no te disculpes, siempre que estés en aprietos yo vendré en tu rescate recuerda eso siempre!

Simón esbozó una sonrisa y se dispuso a conducir, mientras era seguido por su chófer que

conducía el auto de Ivana, esa tarde los cuatro llegarán temprano a su hogar.