Sinopsis Propuesta
En un mundo donde la fama y el poder pueden hacer que los secretos más oscuros salgan a la luz, una joven se encuentra atrapada entre el deseo y la traición. Tras un encuentro casual con un miembro de EXO, su vida da un giro inesperado: queda embarazada y se ve envuelta en una red de engaños y maltrato.
Mientras intenta proteger su secreto, es secuestrada por un grupo que quiere usar su conexión con la celebridad para sus propios fines. A medida que la trama avanza, se revela que cada personaje tiene sus propios secretos, y el amor puede ser tanto una salvación como una condena.
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Capítulo 17: La Revelación Oculta
El amanecer asomaba en el horizonte cuando Valeria y Jihoon regresaron a su departamento. Ambos permanecían en silencio, inmersos en sus pensamientos. Todo lo que había escuchado en el club retumbaba en la mente de Valeria: su madre había ocultado un archivo que contenía información capaz de destruir a quienes ahora los perseguían. Saberlo era como sostener una bomba de tiempo en sus manos.
—No podemos seguir así —murmuró Valeria, rompiendo el silencio. Su voz sonaba agotada, pero sus ojos reflejaban una determinación férrea—. Necesito encontrar esos documentos antes de que ellos lo hagan. Debo saber qué fue lo que mi madre arriesgó tanto por proteger.
Jihoon asintió, comprensivo y solidario, aunque sabía que sus vidas corrían un peligro cada vez mayor.
—Podríamos buscar pistas en la antigua casa de tu madre —sugirió Jihoon—. Quizás dejó alguna señal para que tú las encontraras.
Valeria consideró la idea; su madre siempre había sido cautelosa, y si realmente había dejado algo, probablemente lo escondió en un lugar que solo ella, Valeria, podría comprender. Era una posibilidad arriesgada, pero en su corazón sabía que debía intentarlo.
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Horas después, ambos se dirigieron hacia la casa de Sofía, un hogar que Valeria no visitaba desde su infancia. Al llegar, sintió una mezcla de nostalgia y dolor al recordar los momentos que vivió junto a su madre. La fachada de la casa estaba algo deteriorada, pero seguía intacta, un vestigio de su antigua vida.
Entraron en silencio, y Jihoon cerró la puerta con cuidado, atentos a cualquier señal de que podrían estar siendo observados. La sala estaba cubierta de polvo, como si hubiera permanecido congelada en el tiempo. Valeria comenzó a recorrer el lugar, buscando alguna pista que pudiera llevarla al archivo escondido. No había nada fuera de lo común, pero su instinto la guiaba hacia la habitación de su madre.
Entró en la habitación, y el aroma de antiguas fragancias y recuerdos se mezclaba en el aire. Observó detenidamente cada rincón, cada mueble, buscando algo fuera de lugar. Finalmente, sus ojos se posaron sobre un viejo reloj de pared, uno que su madre siempre decía que tenía un “valor especial”.
—Recuerdo este reloj —dijo Valeria, acercándose a él con cuidado—. Mi madre siempre decía que era como nuestro guardián del tiempo.
Movió el reloj hacia un lado y notó una pequeña caja de seguridad empotrada en la pared. Su corazón dio un salto. Era una caja que nunca antes había visto. Jihoon, al ver la expresión de Valeria, se acercó.
—¿Sabes la combinación? —preguntó.
Valeria asintió, recordando una fecha que su madre le repetía siempre, “el día en que todo comenzó y todo terminó”. Introdujo la fecha de su nacimiento y, para su sorpresa, la caja se abrió con un clic sutil.
Dentro de la caja había una carpeta de cuero, desgastada por los años. Con manos temblorosas, la sacó y la abrió, descubriendo documentos, fotografías y nombres. Eran rostros de personas influyentes, nombres que reconoció de las noticias, y algunos detalles escritos a mano que hacían referencia a transacciones sospechosas y actividades ilícitas.
—Esto es… explosivo —murmuró Jihoon, al hojear los documentos junto a Valeria—. Si alguien se enterara de que tenemos esto…
—Por eso mi madre huyó —dijo Valeria en voz baja, sintiendo el peso de cada palabra. Su madre había arriesgado todo para protegerla y esconder esa información. Pero ahora, al tenerla en sus manos, sabía que las cosas serían diferentes.
De pronto, escucharon un ruido en la entrada de la casa. Jihoon reaccionó de inmediato, cerrando la caja fuerte y cubriendo cualquier rastro de su presencia. Ambos intercambiaron una mirada de alarma, sabiendo que no podían dejar que nadie los descubriera ahí.
—Tenemos que salir de aquí —susurró Jihoon, tomando la mano de Valeria.
Intentaron moverse en silencio, pero al llegar a la sala, se encontraron con Marco, que estaba de pie junto a la puerta, su rostro lleno de una satisfacción siniestra.
—Vaya, vaya. Parece que ya no tienes secretos conmigo, Valeria —dijo Marco, cruzando los brazos—. Creí que no serías tan ingenua como para venir aquí, pero supongo que el tiempo saca la verdad a la luz.
Valeria apretó los documentos en sus manos, sintiendo que su espalda se tensaba al escuchar la burla en la voz de Marco. Pero antes de que pudiera reaccionar, Jihoon se interpuso entre ambos, su postura desafiante.
—Déjanos pasar, Marco. Esto no tiene nada que ver contigo.
Marco soltó una risa fría. —¿Nada que ver conmigo? Esto tiene todo que ver conmigo. Esos documentos contienen información que podría arruinar muchas vidas, incluidas las mías. ¿Crees que voy a dejar que se vayan así como así?
Valeria sintió cómo su miedo se convertía en una ira contenida. No podía permitir que Marco tomara el control, no ahora que tenía las pruebas en sus manos. Inspiró profundamente y habló, con una voz firme y decidida.
—No tienes idea de hasta dónde estoy dispuesta a llegar para proteger esto, Marco. Así que, si piensas detenerme, mejor prepárate.
Marco esbozó una sonrisa burlona, pero la tensión en sus ojos delataba que sabía que no sería tan fácil. Hizo un gesto con la mano, y dos hombres más aparecieron a su lado, bloqueando la puerta. La situación se tornaba cada vez más peligrosa, y Valeria sabía que tenía que actuar rápido.
—¡Corre, Valeria! —gritó Jihoon, empujándola hacia la ventana cercana.
Sin pensarlo dos veces, Valeria se lanzó hacia la ventana, rompiéndola con un golpe y cayendo al exterior. Jihoon la siguió, ambos corriendo sin mirar atrás, mientras el sonido de los pasos de los hombres de Marco resonaba en el interior de la casa.
—¡No podemos dejar que nos sigan! —exclamó Jihoon, tirando de la mano de Valeria mientras ambos corrían hacia el coche.
Al llegar al vehículo, Jihoon arrancó rápidamente y se alejaron de la casa a toda velocidad. El corazón de Valeria latía con fuerza, y aunque estaba exhausta y asustada, también sentía una extraña paz. Sabía que tenía en sus manos la clave para desentrañar todos los secretos que su madre había intentado ocultar.
—Ahora lo tenemos todo, Jihoon —dijo ella, mirando los documentos que sostenía contra su pecho—. Ahora, ellos tendrán que temernos a nosotros.
Jihoon asintió, y mientras aceleraba, sentía que el próximo paso en su viaje los llevaría a enfrentarse con fuerzas aún más oscuras.
Lo bueno novela corta pero con toda el alma
Aplausos