En el corazón de lo que alguna vez fue una ciudad vibrante, solo quedan sombras y ecos de una humanidad extinguida. Hace meses, un brote inexplicable convirtió a la población en una horda de seres desalmados, impulsados únicamente por un insaciable deseo de cazar a los pocos sobrevivientes.
Las calles, antes llenas de vida, ahora son un laberinto de ruinas, donde los edificios se inclinan bajo el peso del tiempo y del silencio. Los habitantes que quedan luchan por sobrevivir en un mundo donde la esperanza es un lujo y cada día podría ser el último.
Nadie sabe con certeza cómo comenzó el brote. Se rumorea sobre un experimento fallido, una maldición liberada, o un simple error humano que desató el caos. Lo único seguro es que la ciudad, que alguna vez simbolizó el progreso, ahora es un monumento a la desesperación y al fin de los tiempos.
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Este es el fin?
Tom "Tank" Harris estaba atado a la silla, su cuerpo tenso, impotente ante la brutal escena que se desarrollaba frente a él. Mia, su amada esposa, estaba de rodillas en el suelo, sus manos temblorosas y cubiertas de sangre mientras realizaba la "operación" que los jóvenes habían exigido.
^^^Con su cuchillo cortaba la carne ya infectada de la joven, que se retorcía y gritaba en un dolor insoportable. El cuchillo se hundía en la piel, que se rasgaba y se abría con cada movimiento, mientras la sangre y el líquido oscuro, mezcla de pus y parásitos, salía a borbotones de la herida. El sonido metálico de la grapadora resonó en la fábrica cuando Mia, con los ojos llenos de lágrimas, intentaba cerrar la herida de la joven con desesperación.^^^
Las grapas se clavaban en la carne, desgarrando aún más la piel mientras los gritos agónicos de la chica resonaban en el espacio. Cada clic de la grapadora era como un golpe en el corazón de Tom, que luchaba inútilmente contra las cuerdas que lo mantenían atado, sus manos marcadas por el esfuerzo.
^^^Los otros jóvenes observaban con rostros llenos de una mezcla de terror, desesperación y rabia. La hermana gemela de la joven infectada, con los ojos desorbitados y el rostro contraído por el horror, se acercó lentamente a su hermana después de que Mia terminó de graparla. El cuerpo de la chica estaba ahora quieto, su respiración se había detenido, y la vida había abandonado sus ojos.^^^
La hermana se arrodilló junto a ella, acariciando su rostro frío, susurrando palabras inaudibles mientras las lágrimas caían por sus mejillas.Tom: (Con la voz ronca y llena de desesperación) "No... Esto no tenía que ser así... Por favor, déjenla descansar." "Pero su súplica fue en vano. Los jóvenes estaban demasiado conmocionados para escuchar o reaccionar. El aire en la fábrica estaba pesado, impregnado del olor a sangre y muerte.
^^^Mia, con las manos cubiertas de sangre y temblando incontrolablemente, se alejó lentamente del cuerpo de la joven, sus ojos vidriosos y llenos de un dolor indescriptible. Fue en ese momento, en medio de la opresiva oscuridad, cuando Tom notó algo. Una sombra rápida, casi imperceptible, cruzó la ventana alta de la fábrica. Su corazón se detuvo por un momento, y su instinto de supervivencia se activó al instante.^^^
^^^Tom: (Gritando con urgencia) "¡Algo se mueve afuera! ¡Tenemos que prepararnos, vienen hacia aquí!"^^^
Pero ya era demasiado tarde. Los sonidos comenzaron a crecer en intensidad fuera de la fábrica. Unos alaridos inhumanos, mezclados con el inconfundible arrastrar de pies y el crujido de escombros bajo el peso de cuerpos muertos, se acercaban rápidamente. Los rápidos, esos zombis ágiles y letales, habían detectado la presencia de los vivos en el edificio.El pánico se apoderó de los jóvenes. Se miraron unos a otros, los rostros pálidos y llenos de miedo.
^^^Sin armas y sin esperanza, comenzaron a buscar desesperadamente cualquier cosa que pudiera servirles para defenderse. Uno de los chicos, un joven de mirada frenética y movimientos rápidos, se lanzó hacia donde Tom había dejado caer su rifle. Con manos temblorosas lo levantó, intentando recordar cómo usarlo. Se notaba que nunca antes había disparado un arma, pero no tenía otra opción. Joven con el rifle: (Tratando de mantener la calma, su voz temblorosa) "¡Voy a… voy a mantenerlos alejados! ¡No dejen que entren!"El sonido de los zombis acercándose se hizo más fuerte, más aterrador. Podían escucharlos rasgar la madera podrida de la puerta, arañando con fuerza mientras intentaban abrirse paso. ^^^
La fábrica, que había sido un refugio momentáneo, ahora se sentía como una trampa mortal. Mia, aún en estado de shock por lo que acababa de hacer, se aferró a Tom, que seguía atado a la silla. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, pero también de una determinación desesperada. Sabían que debían actuar rápido o todos perecerían en ese lugar maldito.Tom: (Con voz firme, mirando al joven con el rifle) "Apunta a la cabeza... es la única manera de detenerlos. No dudes, dispara si se acercan."El joven asintió con nerviosismo, posicionándose junto a la puerta, listo para hacer lo necesario.
^^^Los otros chicos encontraron objetos improvisados: tuberías oxidadas, un par de martillos viejos, cualquier cosa que pudiera servir como arma. El primer golpe resonó en la puerta, haciéndola temblar. Un segundo golpe la hizo crujir, y los rápidos comenzaron a empujar con más fuerza. Los sonidos guturales de los zombis llenaron la fábrica, una cacofonía de muerte inminente que hacía temblar los nervios de todos.^^^
Finalmente, la puerta cedió, abriéndose de golpe. Los rápidos, con sus ojos inyectados en sangre y bocas babeantes, se lanzaron hacia ellos, moviéndose con una velocidad aterradora. El joven disparó, el rifle estallando en el silencio. El retroceso del arma lo hizo tambalearse, pero la bala encontró su objetivo, derribando al primer zombi que cruzó el umbral. Tom: (Gritando por encima del estruendo) "¡No te detengas! ¡Sigue disparando!"El caos estalló dentro de la fábrica.
^^^Los jóvenes luchaban desesperadamente, golpeando y apuñalando a los zombis que intentaban invadir su último refugio. Tom, aún atado, se retorcía, maldiciendo su incapacidad para ayudar, mientras veía cómo la situación se descontrolaba rápidamente. Cada segundo se sentía como una eternidad, y el número de zombis seguía creciendo, amenazando con abrumarlos por completo. La batalla por la supervivencia había comenzado, y la muerte se acercaba inexorablemente a cada uno de ellos.^^^
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