Daniel es un alfa que siempre ha tenido éxito en todo lo que ha emprendido, siendo la esperanza de recuperar el estatus de una familia que ha caído en desgracia.
Oliver es un omega proveniente de una poderosa familia, un chico que ha sido educado para formar parte de la élite, no hay espacios para las dudas ni mediocridad.
¿Se puede forzar al destino?
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Capítulo 6
Llego a mi casa y estoy molido ha sido un día intenso lleno de nuevos sentimientos y sensaciones. Reviso mis libros y me acomodo para avanzar con mi quehacer. Tía Sam llega cargando las bolsas del supermercado y la ayudo a acomodar las cosas, conversamos sobre el día, pero no estoy seguro de contarle sobre Oliver ella siempre ha sido muy tajante en que solo debo enfocarme en mi y salir adelante, es una mujer beta muy pragmática que odia los sentimentalismos, ella se basa en la razón para tomar todas sus decisiones aunque haya tenido que sacrificar el corazón.
Hasta el momento solo he vivido pensando en limpiar el nombre de mi familia, vivir de apariencias y pretensiones. Simplemente, estoy cansado, Oliver ha sido la primera bocanada de aire fresco que he tenido en años.
Si soy honesto tengo miedo, apenas llegué a casa le escribí un mensaje preguntando si llegó bien a su hogar, pero han pasado casi tres horas y no me ha respondido.
Cuando por fin encontramos un taxi no quería soltarle la mano, tartamudeo un par de veces para insistirme en soltar su mano y cuando me di cuenta de que la sostenía fuerte, la solté rápidamente. Me dio un beso ligero en la mejilla y se subió, Nos vemos mañana, recuerda el almuerzo, gracias por la magnífica tarde. Soltó tan natural sin darme tiempo de responder.
Cuando procesé todo me quedé observando mi mano que de repente se sentía tan vacía y mi cara donde se sentía aún ese ligero beso, Ya quiero verte mañana. Solté al aire mientras sonreía albergando una calidez qué comenzaba a crecer en mi pecho.
Escucho un estruendo y me doy cuenta que que he roto la bolsa donde estaban las verduras y todas han caído al suelo, mi Tía se acerca y me entrega una caja Hijo no sé que te sucede, llevo hablándote un buen rato y parece que estás en modo avión. Mira has hecho todo un desastre mejor ve a acomodar las cosas que tenemos que entregar al hogar de niños. Me dice apurándome para que arregle todas las donaciones que ha conseguido para el hogar de niños donde trabaja, ella a pesar de su personalidad o tal vez por la misma se manifiesta en contra de las injusticias y dice que su granito de arena consiste en darle protección a aquellos que han sido olvidados por el sistema.
Sé que también lo dice por mi, si no fuera por ella yo también habría terminado por llegar a un lugar así, tal vez con menos suerte porque ella se encarga de gestionar donaciones y que le lleguen recursos a ese lugar donde van a dar niños todas las castas, con crudeza ella siempre dice que el haber nacido alfa fue lo que me salvó, de haber nacido omega habría terminado en cualquier tugurio siendo vulnerado.
De haber nacido beta habría muerto de hambre sin importarle a nadie, el solo hecho de que es más fácil encontrarle un hogar y darle adopción a un niño o niña alfa qué lograr siquiera que piensen en la opción de adoptar a algún omega.
Dan, ¡DAN! Me saca de mis pensamientos la voz de mi Tía, Disculpa Tía, estoy realmente distraído creo que estoy cansado tengo que habituarme a mi nuevo horario.
Me preocupas hijo, sé que es difícil, pero no olvides cuáles son tus motivaciones no tengo dudas de que te destacaras como siempre así que no te presiones, pero tampoco pierdas el foco. Me sonríe al decirlo, pero alcanzo a distinguir en sus ojos qué sus palabras vienen cargadas de seriedad.
No puedo olvidar lo que quiero lograr de mí, cuando por fin llegue podré limpiar el nombre y honor de mi familia y eso Tía no es una necesidad, es mi obligación. Respondo serio mientras dejo las cajas en su lugar.
Espero que no olvides nunca estas palabras, ve a continuar con tus deberes deja a esta vieja terminar de hacer todo, nunca queda como quiero si no lo hago yo. Suspira volviendo a acomodar las cajas, pero alcanzo a escuchar un dejo de preocupación en su voz.
No puedo evitar sentirme culpable, me siento en mi cuarto y observo a mi alrededor, es un lugar pequeño y austero, pero acogedor. Es mejor que la calle, pienso, pero nada comparado a donde quiero llegar y vuelvo a sentir en mi corazón una llamarada de sed de venganza, rabia e impotencia.
¿Qué demonios estoy haciendo?, parezco un niñato esperando un mensaje de alguien que ni siquiera ha leído mi mensaje. Suelto en voz alta cubriendo mi rostro con las manos. Me lleno de frustración al imaginar a Oliver acostado en su cama conversando con sus amigos, leyendo o haciendo cualquier cosa menos responderme.
Apago el celular para dejar de distraerme y empiezo a trabajar en mis ensayos para la universidad.