Mestiza

Calanta espera que Orión se vaya para acercarse a Lía y a Amelia.

-Querida, queridas perdón que las interrumpa pero quisiera revisar a Amelia, ver sus heridas y qué coma algo antes de tomar un relajante baño.

Lía retira sus alas y Amelia sale tímidamente de su escondite - señora Calanta- hace una reverencia y se acerca.

-Al fin pueblo hablar contigo, vamos dentro querida.- pasa un brazo por sus hombros delgados y la lleva dentro de la casa.

Calanta Windsong

La casa de Calanta es cálida, un olor delicioso hace que el estómago de Amelia gruña.

Calanta sonríe y la sienta a la mesa, le pasa un plato de guiso, pan y agua. Come Amelia, recupera fuerzas, iré a ver cómo va tu baño. Antes que lo olvide, toma también tu pócima. Se da la vuelta y grita

-¡Fiannor! Sal de una vez, y trae la pócima, recuerda que debe tomar todos los días, el veneno es persistente y no abandona el cuerpo.

-Lía, me dijo que ya vamos algún tiempo aquí, ¿por qué debo seguir con esa pócima?- Pregunta Amelia mientras continúa devorando sus alimentos.

Calanta suspira y responde -El veneno negro es más parecido a una maldición que a un veneno, te debilita, mata tus defensas y hace que las infecciones te ataquen, es muy difícil de tratar, para la mayoría de las razas es mortal. Tú tenías heridas de azotes y estas se infectaban, lo que te debilitaba más y el veneno se vuelve muy potente. Quienes se logran recuperar del veneno deben tomar el antídoto por grandes periodos de tiempo, mínimo por unos tres meses.

-¿y cómo sé cuando ya no tengo veneno? Y ¿Lía aún lo tiene?

-Lía es una dragona, ella ya está bien, combatió el veneno y ganó. En tu caso, sé que aún tienes el veneno pues por tu aroma y por tu magia. Mira la magia también se ve afectada, es como si el veneno afectars tu esencia. Los hechiceros notan efectos extraños en su magia, o rastros negros en sus hechizos.

- En tu caso, el aroma del veneno aún persiste, Lía lo puede sentir aún. Y tal vez luego podamos ver algo de tu magia.- Calanta titubea y agrega: Además, eres mestiza y las pociones son complicadas de hacer, así que también el veneno puede tener efectos diferentes en ti.

Amelia baja la cabeza- Lo siento Calanta, no quiero darle problemas.

Calanta se acerca y toma sus manos. -Querida no hay desafío grande para la sabia Calanta, y por ti y Lía haré lo que sea. Ahora termina tu comida, quiero que te bañes, y duermas unas horas. Tendremos mucho tiempo para hablar.

Amelia sonríe tímidamente y sigue comiendo

-Por la Diosa, ¿qué tanto haces Fiannor?, sal de una vez. - Calanta gruñe furiosa ante la demora de Fiannor.

Fiannor sale de un cuarto en el fondo, y se mueve con timidez y recelo. No mira a Amelia a los ojos. Solo pone la botella frente a ella y se aleja hacia la salida.

-¿No olvidas algo Fiannor?

Fiannor se crispa — No me obligue maestra.

-Bien, entonces no vuelvas aquí, trae la poción ante mí, la revisaré antes de darle a Amelia

-¿Está dudando de mí, maestra?- replica con resentimiento Fiannor.

-¿Insinúas que debería confiar en ti al cien por ciento? ¿Cómo si no me hubieras traicionado?

-Yo no la traicioné maestra, el príncipe dió una orden y yo cumplí.

-¿Ah no me traicionaste? Entonces explícame como fue posible que entrarán a mi casa sin mi consentimiento, solo tú sabías desbloquear el hechizo de protección que puse, solo tú podías pasar y otorgar permisos. Además podías enviar un mensajero en mi búsqueda y hubiera regresado de inmediato. Ya decía yo, que la petición del rey era muy sospechosa.

-Ya le pedí perdón maestra - Ruega Fiannor

-Pues yo aún estoy pensando sobre si perdonar o no, pero aún no le has pedido perdón a Amelia ni a Lía.

-Lía no quiere que me acerque, me gruñe y tiene su mente cerrada a mí y en cuanto... En cuanto a la mestiza, pues no me rebajaré.- Ante la última frase Fiannor levanta el mentón con orgullo

-Entonces puedes lárgarte y no vuelvas más a mi casa.- Replica Calanta con furia.

-Señora Calanta, no por favor, Fiannor no hizo nada malo, él me dio de comer, el hizo lo que creía correcto.

-No necesito tu defensa, sucia híbrida - dijo Fiannor con lágrimas en los ojos y furia en la mirada. Se dio la vuelta, y salió de la casa de Calanta dando un portazo. Pasados unos segundos se escuchó un fuerte gruñido, un golpe y un grito de Fiannor al caer y correr de Lía, quien batía la cola amenazante.

Calanta suspira - Insensato Fiannor, espero recapacite. En fin, querida, vamos al baño, es hora que te refresques y tomes un merecido descanso.

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Amelia despertó en la noche sintiéndose mejor que en mucho tiempo, estaba abrigada y en una cama mullida. Calanta entró y le trajo un refrigerio, mientras revisaba sus vendas.

-Bueno querida, quiero que hagas un poco de magia, que tal esas esferas que me comentó Lía, quiero que las hagas y te fijes si son cómo deberían ser.

Amelia obedeció, levantó sus manos y unas esferas opacas como si tuvieran humo dentro se materializaron.

-Bueno dudo mucho que esas sean las esferas de luz que comentó Lía.

Amelia hace una mueca con sus labios y niega con la cabeza y un mareo la ataca y cae recostada en la cama.

-Cuidado Amelia, sí, el veneno sigue en tu sistema, es difícil de matar, pero no te preocupes, saldrá de tu sistema, no te preocupes, déjame a mí. - Palmea cariñosamente sus manos. Descansa

Calanta se levanta, pero Amelia la detiene

-¿Por qué Calanta? ¿Por qué eres tan buena conmigo?

Calanta suspira, regresa a ver a Amelia y replica

- Porque me recuerdas a mi querida niña, mi amiga la princesa Elfa, además eres una joven dulce, que se ve que ha sufrido, es lo más natural tender la mano al necesitado- Calanta la mira fijamente y continúa - Creo que es momento que hablemos sobre tu madre, y de tu padre también.

Amelia se sienta y mira sorprendida a Calanta a los ojos

-Usted, ¿usted los conoció?

Calanta toma asiento en una silla a lado de la cama de Amelia, toma sus manos y responde -Es momento de la verdad querida Amelia.