AMOR Y PASION EN EL AMAZONAS

4:00 AM

-Al despertar, descubro a mi lado el hombre con el que tuve las fantasías desde que lo conocí. Fue tan sutil su trato hacia mí. Aún no puedo creer que lo hice. Fue una noche mágica. Su posesión de mi cuerpo fue tan dulce y tierna que al verlo dormir mi corazón late a una rapidez increíble. Es tan hermoso solo un halo de luz de luna colandose por la ventana, llenando la habitación de magia a nuestros cuerpo entrelazados, demostrándose afecto mutuo y convirtiéndose en uno solo. Debo levantarme, tomo mi ropa rápidamente me visto. Mientras él está sumergido en el más hermoso sueño, salgo sin hacer ruido, me dirijo a mi habitación para tomar una ducha, mi cuerpo un poco adolorido, pero a su vez tan relajado como pompas de jabón flotando en el aire. Mi cuerpo se siente diferente. Y el haber tomado la precaución de un embarazo no deseado, me deja una paz y tranquilidad serena. No sé que hubiera pasado si el no toma la precaución. Lo había olvidado. Al mirar los preservativos que me dejó mi amiga, que vergüenza. Bueno total ahora todo seguirá como antes, o eso espero. Que haré si únicamente fui una más de su lista.

Los pensamientos de Alis comienzan a atormentar el día. Con un vestido muy veraniego se dispone a salir a terminar de ordenar todo, pero su mente no la deja pensar en qué es lo que tiene que hacer.

-Que noche, Alis,¿Dónde estás?

Al mirar la habitación vacía, tuvo los más gratos recuerdos de la noche anterior, no imaginó que una mujer virgen fuera tan deliciosa el pensar que ella era virgen hizo que su deseo regresará con más intensidad, despertando su masculinidad.

-Esa mujer es una diosa definitivamente debo volver a tenerla en mis brazos, a donde se habrá metido. Imaginó que me va a esquivar en todo el día. No debe ser fácil para ella haberle entregado a casi un desconocido su virginidad, debo hablar con ella, no sin antes resolver un pequeño asunto.

Buenos días, Pedro.

-Buenos días, Sr. Hoy le veo muy bien.

Tengo listo lo que me pidió, solo que por favor la Srta. No se entere, pues hubiésemos esperado que ella le platicara el asunto, pero debido a la urgencia haré lo que me pide.

-Gracias Pedro, pierde cuidado no se enterará, y hablando de ella. ¿La has visto?

Si Sr. Iba hacia el pozo azul. Queda algo retirado, cuando tiene muchas cosas en la cabeza, se va a poner sus ideas en orden, bueno es lo que siempre decía. Imaginó que hoy no es diferente, pues es muy duro para ella perder gran parte de los recuerdos de su madre, que están acá en este lugar.

-Bueno adelante entonces.

Llegaron a la oficina y para sorpresa de Arnold tenían una buena tecnología allí, algo que no espero fuese tan bueno. Un teléfono satelital y algunas computadoras. Alis era muy buena haciendo su trabajo.

-Si me disculpa Señor Belmonte debo cuidar que la señorita no nos pillé en esto.

-Si Pedro, no te preocupes seré breve, tú vigila.

Aló, Denisse necesito que hagas algunas llamadas y estos pagos que te diré, quiero que todo lo que te pediré sea muy discreto. Esto será solo entre tú y yo. Cuanto antes lo hagas mejor, no quiero retrasos ni contratiempos. De esto depende tu ascenso o tu despido.

Si Señor como usted ordene.

A y dile a Rubén que el sábado se inaugurará el hotel y lo necesito acá el viernes por la noche. El sábado esto estará muy lleno de periodistas y fotógrafos y voy a necesitar que este al pendiente.

-Señor Belmonte, ¿y el hará los pagos?

Te dije que solo debemos saberlo tú y yo. ¡Quedo claro!

-Si Señor Belmonte, lo siento.

-Después te darás cuenta de muchas cosas. Por ahora solo has lo que te pido.

-Como usted lo ordene Señor.

-Debes ir a...

Mientras Arnold hablaba con Denisse de sus asuntos, Alis efectivamente se encontraba en pozo azul. Era tan azul que le recordaba a los ojos de su madre. Se preguntaba siempre al estar frente al pozo ¿Por qué ella no tenía los mismos ojos de su madre? ¿Acaso sería su padre quien tenía los ojos verdes? Ya no importaba, solamente sabía que su padre la había abandonado, sin siquiera haber nacido aún, tampoco pensó en su madre, ¿por qué ahora venían esos pensamientos a su cabeza?

No era el momento, ni el lugar para pensar en ese desgraciado que quizás hubiera lastimado a su madre. La cual siempre le decía que su padre viajaba por trabajo y que sentía mucho el que no la conociese, pero que era un buen hombre. Mi madre siempre le Justificaba, aunque me había dicho que en dos ocasiones fue a verme estado pequeña, y sinceramente no lo recuerdo. Quizás sea una mentira de mi madre para que no le guarde rencor.

Él era médico, pero nunca se preocupó por conocerla, al menos es lo que supongo, quizás este muerto y era lo mejor para ambos Pensaba.

Creo que lo que paso con Arnold anoche, me hizo creer en cosas del pasado que no están muy claras, y Pedro nunca habla de mi Padre. Sé que lo conoce, pero no me dice nada en cuanto le pregunto me cambia el tema.

-Pedro está todo listo, Gracias y no te arrepentirás, le agradece Arnold con una sonrisa llena de picardia.

-Solo espero que la Señorita Alis no se entere. Hay muchas cosas que quiero contarle, pero no es el momento.

-A ¿que te refieres Pedro?

-Al padre de Alis, ella supone que es un desalmado y que nunca la quiso.

-Y por qué ella piensa eso.

-Es que El Señor es un gran médico y viaja a muchos países con extrema pobreza para así ayudar un poco con medicinas a calmar sus penas, solo le pido un favor, no le comente nada de esto. Ella lo pasa mal con este tema, aunque no sabe muchas cosas. Yo he estado en contacto con él. Y pues no quiero que la Señorita me vea como un traidor. Me dolería mucho, porque yo la amo con mi vida, la vi crecer y bueno ya ve lo ingeniosa que es, lo heredó de sus padres.

-No te preocupes Pedro tu secreto está a salvo conmigo, pero ¿cómo que la amas pedro? No entiendo.

-Buen día, Señorita Alis, como paso la noche.

Los ojos de Alis se pusieron como dos platos, imaginándose a Arnold contándole a Pedro lo de anoche, no eso no podía ser. Aunque Arnold fuera casi un desconocido se notaba que era todo un caballero y que no iba a estar ventilando sus bajas pasiones o sus intimidades con nadie, por lo que salió de sus pensamientos cuando justo está por responder los buenos días...

De pronto como si hubiera leído sus pensamientos Arnold le sonrió a lo que inventó.

-Alis Pedro me explicaba como manejaba el lugar antes de que se creará el hotel. Verdad amigo mío.

Pedro pensando que se trataba de lo que él había hecho. En prestarle el teléfono y mostrarle donde estaba todo, temiendo que pudiera sospechar, asintió tranquilamente.

-Pedro te he dicho que no me digas Señorita, para ti soy Alis.

-Discúlpeme Usted, pero no es tan fácil tratarla a secas. Es usted igual de carismática como lo fue su madre. Que Dios la tenga en su santa gloria.

-Buenos días, Alis.

Necesitó que hablemos.

-Buenos días Señor Belmonte, lo siento ahora no puedo. A menos que sea para firmar el contrato y de eso también se puede encargar Pedro. Por favor Pedro si no es mucho pedir.

-No Señorita.

Lo siento, no Alis yo puedo encargarme si usted así lo prefiere.

-Gracias, ahora si me disculpan.

Alis siguió caminando hacía su habitación, necesitaba estar sola. No entendía a qué jugaba, si ya la había llevado a la cama, como haría con tantas, que más podía querer de ella. Tenerla como intereses por el alto costo del hotel. Ya no había tenido su virginidad, pero deseaba tanto que la siguiera y la abrazara, ¿Porqué tenía que enamorse de él? si apenas lo conocía. Odiaba tener que venderle he imaginarlo disfrutando del lugar con otra mujer que no era ella. Con otra mujer, en el sitio donde le entregó su pureza.

Sus lágrimas comenzaron a correr cual fuente se desbordaba.