En el reino mágico de Eldoria, la paz es una ilusión frágil que se ve amenazada por fuerzas oscuras que acechan en las sombras. Los guardianes de Eldoria, liderados por Leo, Camila, Alexander y Morgana, protegen su hogar con valentía y sabiduría, fortalecidos por siglos de tradición y la luz emanada por la Fuente de la Luz Eterna.
Pero cuando una curandera recién llegada, Selene, irrumpe en sus vidas, trayendo consigo un amor aparentemente puro por Alexander, todo cambia. Selene oculta un secreto oscuro: ha sido enviada por la Sombra del Pasado para infiltrarse en Eldoria y destruirla desde dentro.
A medida que el amor florece entre Alexander y Selene, también lo hace la traición. Selene debe enfrentar su lealtad dividida entre el deber y el corazón, mientras los guardianes descubren sus verdaderas intenciones. La batalla por el destino de Eldoria se desata, poniendo a prueba no solo la fuerza de sus defensas, sino también los lazos de amor y confianza que los unen.
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Capítulo 18: La Profecía Revelada
La alianza entre Eldoria y Arandor no solo trajo paz y seguridad, sino también un intercambio de conocimientos que enriqueció a ambos reinos. Los magos de Arandor se unieron a la academia de Eldoria, y juntos desentrañaron antiguos textos y secretos que habían permanecido ocultos durante siglos.
Un día, mientras exploraban la biblioteca subterránea de Arandor, Leo y Morgana encontraron un libro encuadernado en cuero, cubierto de runas que brillaban con una luz suave. Al abrirlo, descubrieron que contenía una profecía olvidada, una que hablaba del futuro de Eldoria y de una amenaza aún mayor que las sombras renacidas o El Azote.
—"Cuando la luna se vuelva roja y las estrellas caigan del cielo, un antiguo mal despertará. Solo los corazones unidos y la luz más pura podrán detenerlo" —leyó Morgana en voz alta, su rostro palideciendo al comprender la gravedad de las palabras.
Leo, sintiendo el peso de la responsabilidad, supo que debía prepararse para esta nueva amenaza. Reunió a los guardianes y les explicó la profecía, instando a todos a redoblar sus esfuerzos en el entrenamiento y la vigilancia.
Camila y Alexander, aunque más débiles, ofrecieron su sabiduría y apoyo incondicionalmente.
—Hemos enfrentado muchas sombras antes —dijo Camila—. Y cada vez hemos salido más fuertes. Esta vez no será diferente.
Alexander añadió, con una voz firme pero tranquila:
—La clave siempre ha sido la unión y el amor que compartimos. Eso es lo que nos hará triunfar nuevamente.
Mientras tanto, la academia en Eldoria se convirtió en un hervidero de actividad. Se realizaron investigaciones exhaustivas sobre la profecía, buscando cualquier pista o indicio sobre el "antiguo mal" que mencionaba. Los magos y guardianes trabajaron juntos para crear nuevos hechizos y barreras, preparándose para lo peor.
Una noche, mientras Leo meditaba en el jardín de la mansión, sintió una presencia. Al abrir los ojos, vio una figura luminosa, etérea y majestuosa. Era un ser celestial, un guardián de la luz antigua.
—Soy Aeloria —dijo la figura—. He venido para advertirte y guiarte. El mal que se avecina es antiguo y poderoso, pero no invencible. Debes encontrar la Fuente de la Luz Eterna. Solo con su poder podrás enfrentar lo que viene.
Leo, asombrado y agradecido, preguntó dónde encontrar esa fuente.
—Está escondida en el Valle de las Sombras Eternas —respondió Aeloria—. Un lugar olvidado por el tiempo y el espacio. Solo aquellos con corazones puros y valientes pueden acceder a él.
Con esta nueva misión en mente, Leo reunió a un grupo selecto de los mejores guardianes, incluyendo a Camila, Alexander, y algunos de los nuevos reclutas más prometedores. Morgana, aunque físicamente incapaz de unirse a la expedición, proporcionó amuletos protectores y encantamientos para guiarlos.
El viaje al Valle de las Sombras Eternas fue largo y peligroso. El paisaje era hostil, lleno de criaturas oscuras y trampas antiguas. Pero Leo y su grupo avanzaron con determinación, guiados por la esperanza y el amor que sentían por su hogar.
Finalmente, llegaron al valle, un lugar donde la oscuridad parecía absorber toda la luz. En el centro, encontraron un pedestal de piedra, sobre el cual descansaba un cristal brillante, irradiando una luz pura y cálida.
—Esta es la Fuente de la Luz Eterna —dijo Leo, sintiendo la energía del cristal resonar con su corazón.
Al tocar el cristal, una ola de energía los envolvió, llenándolos de una luz intensa y purificadora. Cada miembro del grupo sintió cómo sus fuerzas se renovaban y sus corazones se llenaban de esperanza y valentía.
De regreso en Eldoria, llevaron la Fuente de la Luz Eterna al templo central, donde la colocaron en un altar especialmente preparado. La luz del cristal se extendió por todo el reino, creando una barrera impenetrable contra cualquier oscuridad.
La profecía había sido revelada y enfrentada, y Eldoria estaba más preparada que nunca para cualquier desafío futuro. Leo, Camila, Alexander y los guardianes sabían que mientras permanecieran unidos, no había mal que pudiera destruir su hogar.
