si soy yo de nuevo haciendo todo lo que mi familia o mejor dicho mi hermana menor quiere que haga.
mi nombre es Elizabeth Jackson oconor, tengo 26 años, estaba comprometida con un hombre que nisiquiera conocía pero mi tragedia no comienza allí, todo va muy mal cuando mi hermana menor crece y empieza a querer todo lo qué es mio y no entiendo que, si nisiquiera tengo nada ya que mis padres la quieren más a ella por su culpa termino muriendo traicionanda por mi única hermana y esposo llena de deseos de venganza pero algún Dios me vio tan desesperada que decidió darme una segunda oportunidad para acabar con las personas que me hicieron daño hasta la muerte y está vez no desaprovechare esta oportunidad.
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SUEGRO
●Elizabeth: Sé que este trato nos beneficia a los dos. Para demostrarte que soy buena, te voy a contar un plan de negocios que estoy segura será un éxito en pocos meses. Pero escúchame bien: tienes que sacar este proyecto antes de la fecha que te voy a dar. Quiero que pongamos todo en un contrato para evitar problemas más adelante. ¿Te parece bien? También sé que tienes algunas dudas, pero cuando confirmes que lo que te digo es verdad, tendrás que confiar en mí.
●Máximo: perfecto, solo esperaré a ver cómo progresa todo. Ahora iremos a una cena que tengo con mi abuelo, solo espero tu colaboración para que todo salga bien. Además, tienes que ser el doble de cariñosa conmigo, estamos "Cariño". La miro y me lanza una mirada como diciendo que ya sabe lo que tiene que hacer. Sonrío, esta mujer es muy extraña, no entiendo de dónde saca toda esa información que me está brindando. Para ser sinceros, me está dando más de lo que yo le estoy ofreciendo, que fue todo el mal que te hizo está gente, que te ha cambiado tanto que ya no tienes la inocencia de cuando te conocí, pero si me entero, juro que no los dejaré en paz.
●Elizabeth: Estoy hablando con Máximo acerca de nuestro trato, pero no estoy segura de si escuché bien hacia dónde nos dirigimos, así que reacciono un poco tarde y le digo: espera, ¿me estás diciendo que voy a conocer a tu abuelo? No sé si seré capaz de mantener una buena conversación. ¿Qué tal si nos descubren,qué haremos entonces?
●Máximo: tranquilízate, Elizabeth, y deja de preocuparte; todo estará bien, solo improvisamos. La noto algo nerviosa, no sé por qué; al solo verla, me recuerda a la noche que compartimos. Tengo unas ganas enormes de besar esos labios rojos. Ella habla, pero sinceramente no presto atención a lo que dice. Me muerdo los labios y me lanzo hacia ella, dándole un beso lleno de pasión y deseo.
●Elizabeth: estamos conversando, pero estoy un poco nerviosa por conocer al abuelo de Máximo. Sé que no es una relación real, pero aun así, mis nervios no desaparecen. Estoy tan absorta en mis pensamientos que no presto atención a lo que me rodea cuando, de repente, siento un beso en mis labios. Me sorprende tanto que ni sé cómo reaccionar; cierro los ojos por impulso y, sin darme cuenta, sigo el beso. Esto me hace sentir rara, mientras su lengua explora toda mi boca dejándome sin aliento, me compongo y lo aparto con algo de dificultad para seguir adelante. Creo que esto es innecesario cuando estemos solos, no crees. Y si estás pensando en mí solo para pasar el rato, creo que te has equivocado.
●Máximo: espera, ¿qué te hace pensar que solo tengo esos pensamientos hacia ti? Es mejor que continuemos esta conversación cuando estemos a solas. Solo quiero decirte que no quiero que me malinterpretes, ¿de acuerdo? Tomo su mano, bajamos del auto y le digo: trata de relajarte, estás muy tensa; no te preocupes, mi abuelo no te hará daño.
●Elizabeth: intento respirar y tranquilizarme. Entramos a una hermosa mansión y veo que hay una reunión familiar. No sé por qué, pero algo comienza a preocuparme; esta gente luce algo aterradora, están a la defensiva, como si alguien fuera a arrebatarles lo que les pertenece. Máximo me toma de la mano y comienza a hablar.
● Máximo: Buenas noches, familia. Espero no haber llegado tarde. Tuve que recoger a mi novia. Abuelo, ¿cómo has estado? Te he extrañado mucho. Veo que todos aquí nos miran algo confundidos, ya que creían que no tenía una relación con nadie, y a ellos no les conviene que consiga una pareja, pues mi abuelo dijo una vez que si llego a casarme, me heredará toda su herencia. Obviamente, mi tío y su familia no estaban de acuerdo.
●Michelle: me sorprende escuchar la palabra 'novia' de boca de mi nieto. Mi querido Máximo, ven y dame un abrazo. Ahora entiendo por qué no te molestaste cuando mencioné el matrimonio. Así que estás saliendo con esta hermosa chica. Ven, mi niña, saluda a tu abuelo. Eres tan bonita y me gusta cómo te ves.
●Elizabeth: Me sorprendo por la forma en que me habla el abuelo de Máximo. Me acerco a él y le digo: 'Mucho gusto, señor. Mi nombre es Elizabeth Jackson O'Connor. Qué bueno que por fin podemos conocernos'.
●Michelle: eres una niña encantadora. No es de extrañar que mi querido nieto esté tan enamorado de ti. Me alegra que por fin haya traído a casa a la mujer que ama, ya estaba un poco preocupado porque nunca había traído a ninguna novia. Vengan mis niños, siéntense a mi lado, familia. Ahora que estamos todos reunidos, podemos comer juntos y luego hablaremos de algunos temas importantes.
●Alejandro: padre, esto es muy extraño. No creo que esta joven tenga algo serio con Máximo. ¿No ves que hay muchas cazafortunas que solo se acercan por dinero? Este asunto debemos aclararlo de una vez, o tal vez tu querido nieto la haya contratado para quedarse con la empresa de toda la familia.
●Máximo: como dice el dicho, el ladrón juzga por su condición. Mira, tío, creo que ya soy lo suficientemente maduro para tomar mis propias decisiones, y tú eres el menos indicado para dirigirte a mí de esa manera. Tu estúpido hijo ni siquiera se interesa por la empresa de mi abuelo, solo se la pasa de fiesta en fiesta. Y otra cosa, no vuelvas a hablarle así a mi novia y futura esposa, o tendremos problemas. ¿Me entendiste?
●Michelle: basta, ¿no les da vergüenza hacer esta escena delante de la invitada? Quiero aclararles algo: la empresa y toda la fortuna son mías, no de la familia, y yo decidiré a quién se las dejo. No creo que Máximo sea capaz de hacer lo que dijiste, Alejandro, así que te pido que cambies tu grosera forma de hablar hacia los demás, o será mejor que te vayas. Cariño, no prestes atención a palabras groseras; hoy estoy feliz de que estés aquí con nosotros.
●Elizabeth: No se preocupe, suegro, esas palabras no me ofenden, ya que sé muy bien que las personas que más juzgan son las menos indicadas para hacerlo. Así que no se preocupe, hoy nada ni nadie podrá arruinar este momento, ya que me hace muy feliz conocerlo, y tenemos una sorpresa, ¿verdad, mi cielo? Máximo me ve un poco sorprendido.