Después de que su esposo le fue infiel con su mejor amiga, tuvieron un altercado. Todos la creían muerta, pero ella volvió con más fuerza dispuesta a vengarse de todos los que le hicieron daño.
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Sharon, la nueva presidenta
Arap estaba muy molesto, no quería que nadie lo molestara, "Isabella se está pasando de la raya", se dijo, "y no se lo voy a permitir".
Fue a su oficina a ver si estaba allí, pero ella no estaba.
"¿Dónde andará?", "cuando la vea me tendrá que escuchar".
A su mente vinieron los recuerdos de cuando vio a Sharon con el vestido de Roxana, se veía muy hermosa, pero se agüitó al ver a Isabella con su abogado y "amigo", Germán.
Sentía que algo se removía en su interior, pero no sabía qué.
"¿Qué me está pasando?, ¿por qué siento que Sharon es Roxana?, ¿por qué siento como si estuviera enamorado de ella?".
"Ya la sueño, debo estar mal de la cabeza".
Y como si la hubiera invocado...
La secretaria tocó a la puerta...
Pasa Lolis...
Señor, lo buscan...
¿Quién?, dijo él.
Yo, Sharon apareció en el quicio de la puerta.
Él se quedó de a seis al verla, ella irradiaba mucha belleza, con un conjunto de pantalón y saco color hueso, zapatos de tacón del mismo color, y una blusa roja. Se veía divina.
Con Sharon iban el juez y Erick...
Buenas tardes, ¿ya están listos los papeles?, el juez se fue directo al grano.
Sí, aquí están, dijo Arap con un poco de altanería.
Bueno, ahora solo falta que Sharon firme y listo.
Ella firmó sin vacilar.
Arap no dejaba de verla, estaba extasiado con su belleza.
Ok, dijo el juez, legalmente usted es dueña de más de la mitad de los bienes de Roxana.
Es todo, nosotros nos vamos, queda en libertad de hacer lo que más le plazca, dijo el juez, y acto seguido se fue con Erick, quedando este de pasar por ella más tarde.
Al quedar a solas ella tomó la palabra:
Para empezar, quiero que desocupes tu oficina, y la de Isabella, yo ocuparé la tuya y tú la de Isabella.
Ella se irá a otra oficina un poco más retirada de aquí.
¿Por qué haces esto?, ¿acaso gozas con tus malas acciones?
¿Malas acciones?, ¿y cómo le llamas a lo que hiciste tú, engañando a mi hermana con Isabella, aún sabiendo que ellas eran muy amigas?
Mi matrimonio con Roxana ya estaba terminado, no nos amábamos.
¿Y por qué no te divorciabas si no la querías, antes que engañarla?
Por lo que veo, sabes demasiado, ¿mantenían buena comunicación?
Por supuesto. Mañana mismo quiero que esté lista mi oficina.
A sus órdenes, patrona, dijo Arap poniéndose una mano en la cabeza a modo de saludo.
¿Dónde está Isabella?, quiero hablar con ella.
Ella no se ha presentado a trabajar.
¿Cómo que no se ha presentado a trabajar?, ¿de qué privilegios goza? ¿Cuánto tiempo tiene que no viene a trabajar?
Hace tres días que no viene y no me ha avisado no sé dónde esté, dijo Arap sin saber nada de ella.
Llámala, búscala donde esté, y si no se presenta mañana mismo a trabajar quedará despedida. Aquí no es la beneficencia, hay gente que necesita un trabajo. Ah y por supuesto, se le va a rebajar los días que no ha venido.
Otra cosa, los quiero fuera de mi casa. Tienes exactamente dos semanas para salir de mi casa.
Sharon dio la vuelta y se fue, dejando a Arap en un mundo de confusiones.
El juez y Erick fueron tras ella ya todo había quedado resuelto.
Bueno, hermana, ahora sí a echarle ganas.
Después de agradecerle al juez, cada quien tomó su rumbo.
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Isabella se sentía morir, su amiga Susana estaba con ella. Por favor, Isabella vamos a ver al médico.
Ya te dije que no, no quiero que nadie se entere de esto que hice, ya se me pasará, Isabella se dobló del dolor, le dolía bastante el vientre.
Esos días se la había pasado acostada, no quería ni levantarse, su apariencia era terrible, se veía muy desmejorada.
Isabella, te veo muy mal. No te me vayas a morir aquí, Susana se veía muy preocupada por su amiga.
Déjame en paz, Susana, no tengo ganas de hablar con nadie, por favor, vete, déjame sola.
Entiende amiga, no te puedo dejar sola, estás muy mal.
Isabella iba a hablar pero un fuerte dolor hizo que se callara, los efectos del aborto estaban haciéndole pasar un mal rato.
Susana no se fue, se quedó toda la noche con ella, cuidándola, dándole todo su apoyo. Ella no estaba de acuerdo con su proceder, pero no podía abandonarla en esos momentos.
No le había dicho nada a Arap porque Isabella no quería. "Espero que mañana ya esté mejor"...
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Al día siguiente...
¿Cómo te sientes?
Isabella se veía muy mejorada, al parecer, todo había pasado. Lista para irme a trabajar. Tengo que ver a mi prometido.
Más te vale, porque él no deja de preguntarme por ti.
No le habrás dicho nada, ¿verdad?
Por supuesto que no, pero es muy molesto que me pregunte por ti y no saber qué contestarle.
No te preocupes, me voy a bañar, en un rato estoy lista.
Está bien, te espero, yo ya estoy lista desde hace rato.
Isabella se metió a bañar, se veía bastante bien y animada. El peligro había pasado, lo único que no sabía era si tendría secuelas su proceder.
Rato más tarde, ella ya estaba lista para salir.
Te ves muy bien, dijo Susana, aliviada de que su amiga estuviera completamente recuperada.
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Buen día, Lolis, en cuanto llegue Isabella dile que quiero hablar con ella, por favor.
Sí, señorita. Una pregunta, ¿voy a seguir en este lugar o me voy a cambiar a la oficina del señor Arap?
Por supuesto que vas a seguir aquí, Arap que contrate a otra asistente.
Gracias.
Diez minutos después, Isabella llegaba a la oficina, pero con la novedad de que Arap la estaba ocupando.
¿Se puede saber qué estás haciendo en mi oficina?, Isabella casi le grita.
En primera, no me grites, en segunda, te tardaste varios días en regresar, ¿qué está pasando contigo?, y en tercera, esta ya no es tu oficina ahora es mía.
¿Qué estás diciendo?, estás loco, esta es mi oficina, sal de aquí inmediatamente.
En ese momento Lolis entró. Discúlpenme, la señorita Sharon necesita verte, Isabella.
¿Sharon has dicho?, ¿cuándo llegó?
Ella llegó esta misma mañana, dijo Lolis.
Isabella volteó a ver a Arap, pero este nada más se encogió de hombros.
Isabella entró como energúmeno a la oficina que antes era de Arap.
¿Qué es lo que quieres de mí?, ¿por qué estás ocupando la oficina de mi prometido?
¿Tu prometido, has dicho?, pues con eso de que tienes varios días sin verlo, yo pensé que ya no andaban.
Por supuesto que sigo con él y no te metas entre nosotros.
Bueno, eso no es lo que quiero tratar contigo, si vuelves a faltar un día más, estarás despedida, ¿está bien? Obvio, se te rebajarán los tres días que no viniste porque aquí no es la beneficencia y debiste haber avisado o traerme una hoja del seguro, aquí no puedes entrar y salir a la hora que te plazca. Por eso hay horarios.
¿Y con qué derecho me dices todo eso?
Con el derecho que me da ser la presidenta de esta empresa y tu jefa.
por compartir!