Un accidente lleno de sacrificios e inadvertencias hizo que Alena muriera instantáneamente, pero en vez de desaparecer, su alma se transmigró dentro de una de sus novelas favoritas. Alena solo es la hermana menor de una amiga del protagonista masculino — un personaje secundario. Es simplemente una estudiante común, sin relación directa con la trama principal y sin un papel importante.
Pero el argumento se desmorona por alguna razón, y su vida no es tan fácil como esperaba. Ella ayuda a resolver los problemas de todos los personajes, pero en medio de eso, su vida no está segura; hay alguien que siempre busca hacerle daño.
“No soy nadie aquí, pero eso no significa que permitiré que sufran como en la historia original.” — Alena.
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Capítulo 16
En este momento, Ravael se dirige a la dirección que le dio el señor Adi, donde ahora está Alena. Al llegar, vio una gran casa de la que no sabía quién era el dueño.
"¿Puedo ayudarte en algo, joven?"
La pregunta repentina de un guardia de seguridad hizo que Ravael se girara. Asintió y dijo: "Quiero recoger a mi hermana menor aquí dentro".
El guardia de seguridad parecía confundido. ¿Su hermana menor ya se había ido sola hace un rato? Pero, por temor a equivocarse, le abrió la puerta para que Ravael entrara.
"Adelante, joven. Tal vez... tu hermana menor esté adentro".
Su tono de voz era dudoso e incierto, pero Ravael no le prestó atención, asintió y entró con su motocicleta. Al llegar frente a la puerta de la casa, tuvo la intención de tocar, pero su mano se detuvo en el aire al escuchar un grito desde adentro.
"¡¿Por qué dejaron que Alena se fuera sola?! ¡¿Qué pasa si le sucede algo?! ¡Si escucho que le pasa algo, los despediré a todos!"
El grito de ira resonante sorprendió a Ravael al escuchar el nombre de Alena. De repente, la puerta se abrió, lo que sorprendió aún más a Ravael.
"¿Ravael?"
Ravael vio a la chica que siempre se pegaba a su amiga, que sabía que se llamaba Audrey. Sus ojos estaban hinchados, su cabello despeinado, llevaba una chaqueta y llevaba las llaves del coche en su mano derecha. Parecía que se estaba preparando para salir.
Audrey miró a Ravael confundida y sorprendida.
Después de recuperarse de su sorpresa, Ravael habló con algo de pánico. "¿Alena... ya se fue sola?"
"... pero, ¿por qué no ha llegado a casa hasta ahora?" continuó Ravael en un monólogo, tratando de mantener la calma.
Audrey se sorprendió por el evidente pánico. Ella insistió: "¡Vamos, rápido, busquemos a Alena ahora!"
Audrey corrió directamente hacia el garaje, dejando atrás a Ravael, que también estaba en pánico. A toda prisa, Ravael se subió a su moto, seguido por el coche de Audrey detrás. No sabían que Alena estaba caminando y pasó de largo porque tenían prisa.
Ambos fueron primero a la casa de Alvarendra antes de buscarla. Después de que ambos llegaron, Audrey salió del coche después de estacionarlo.
"Rav, ¿por qué viniste a tu casa? ¿No dijiste que Alena no había llegado a casa?" preguntó Audrey frunciendo el ceño mientras miraba a Ravael que se estaba quitando el casco integral.
"Le avisaré a mamá primero. Olvidé traer mi teléfono celular", respondió apresuradamente sin mirar atrás.
Berliana parecía estar parada frente a la puerta para recibir a su hija. Sin embargo, lo que vio fue a otra chica, lo que hizo que su corazón se encogiera al instante.
"¿Rav? ¿Dónde está Alena?" instó Berliana preocupada, porque Alena no se veía por ninguna parte.
Ravael respiró hondo. Bajó la cabeza con preocupación. "Lo siento, mamá. Antes, Audrey dijo que Alena se había ido sola, pero... ¿Alena no ha llegado a casa ahora?"
El rostro de Berliana cambió. Estaba muy molesta y triste, por lo que su voz se elevó. "¡Ravael! ¡Mamá no preguntaría si Alena ya está en casa!"
Los cuatro amigos de Ravael que acababan de llegar, se sorprendieron al escuchar el grito enojado de la madre de su amigo. No siguieron el mensaje de Ravael de buscarla directamente, porque estaban confundidos sobre a dónde ir, así que se reunieron primero en la casa de Alvarendra, siendo recibidos por el rostro feroz de Berliana.
"¡Tú!" señaló a Audrey con énfasis. Sin importarle que fuera la hija de otra persona, Beliana la regañó. "¿Por qué dejaste que Alena se fuera sola?"
La cabeza de Audrey se inclinó aún más con vergüenza y arrepentimiento. "Lo... siento... me quedé dormida".
Berliana la miró fijamente. Luego, desvió su mirada para mirar a los amigos de su hijo. Les gritó rotundamente: "¡¡Ahora todos ustedes busquen a Alena hasta que la encuentren!! ¡¡Que no pasen de las ocho, entienden?!"
Los cuatro chicos adolescentes se encogieron. Algunos de ellos pensaron para sí mismos, afortunadamente sus madres no eran tan feroces. Las sirvientas que observaban tampoco se atrevieron a intervenir, porque sabían lo aterradora que era su señora cuando estaba enojada.
"S-sí... entendemos."
"¡Especialmente tú, Ravael!"
Ravael asintió rápidamente, "S-sí-sí, mamá..."
Rápidamente se subieron a sus respectivos vehículos, como si fueran perseguidos por algo aterrador.
"Ravael, yo voy contigo en la moto, ¿sí? Es muy complicado llevar el coche", pidió Audrey, a lo que Ravael respondió con un asentimiento casual.
Todos dieron vueltas por todos los lugares, incluida la zona de la casa de Audrey, alrededor de la escuela, durante más de una hora. Hasta que Radhit vio a la persona que buscaban disfrutando de un bakso.
Lugar donde están Alena y Andreas
"¡Chicos! ¡¿Esa es Alena con... Andreas?!"
