El Alfa Enamoró Al Amigo Del Protagonista

POV Jacob

La mañana siguiente, me levanté sintiéndome exhausto. Las lágrimas de la noche anterior habían dejado mis ojos hinchados y mi corazón pesado. Me obligué a seguir adelante, sabiendo que el trabajo me esperaba y que tenía que mantener las apariencias.

Al llegar a la oficina, noté que la atmósfera era diferente. Las miradas de mis compañeros de trabajo eran discretamente curiosas, y algunos murmuraban entre ellos mientras pasaba. Ignorando el nudo en mi estómago, me dirigí a mi escritorio y traté de enfocarme en mis tareas.

Después de una hora de intentar concentrarme, una compañera omega llamada Sarah se acercó. Con una sonrisa amistosa pero algo tímida, se detuvo junto a mi escritorio.

-Hola, Jacob, ¿tienes un minuto?- Preguntó, su tono suave y cauteloso.

Asentí, apartando la vista de mi pantalla.

-Claro, Sarah, ¿qué pasa?

Sarah se inclinó un poco más cerca, bajando la voz.

-Bueno, es que… hay rumores circulando por la oficina, Todos hemos notado que has estado actuando un poco diferente últimamente. Algunos dicen que tienes novio, ¿es eso cierto?-

Me quedé sin palabras por un momento, sorprendido por la pregunta directa. Mis pensamientos volvieron a Edric y a la caótica noche anterior. Respiré hondo, tratando de mantener la compostura.

-No, no tengo novio.- Respondí finalmente, mi voz firme aunque sentía una punzada de dolor al decirlo. -¿Por qué preguntas eso?-

Sarah parecía aliviada, pero también curiosa.

-Es que…- Sarah vaciló un momento, mirando alrededor un momento para asegurarse de que nadie más estuviera escuchando. -Estás cubierto del aroma de un alfa. No es algo que pase desapercibido. Es muy… evidente.-

Me quedé helado al escuchar esas palabras. No había pensado en cómo el aroma de Edric podría haber impregnado mi piel y ropa, especialmente después de la intensa noche que habíamos compartido. Sentí mis mejillas arder de vergüenza y desvié la mirada.

-Oh, no me había dado cuenta.- Intenté sonar despreocupado, aunque mi corazón latía con fuerza. -Gracias por decírmelo, Sarah. Lo tendré en cuenta.-

Sarah me ofreció una sonrisa comprensiva.

-No te preocupes, Jacob. Solo quería asegurarme de que estuvieras bien. Si necesitas hablar, estoy aquí.-

Le devolví una sonrisa agradecida, aunque forzada.

-Gracias, Sara. Estoy bien, solo ha sido una semana difícil.-

Ella asintió comprensivamente y se retiró, dejándome solo con mis pensamientos.

Mientras trataba de centrarme nuevamente en mi trabajo, mi jefe, el señor Williams, se acercó a mi escritorio. Con una expresión seria, me hizo un gesto para que lo siguiera a su oficina.

-Jacob, necesito hablar contigo un momento.- Dijo el señor Williams, cerrando la puerta detrás de nosotros una vez que entramos.

Sentí un nudo en el estómago, anticipando lo que vendría.

-He recibido algunas quejas sobre el aroma de alfa en tu cuerpo.- Comenzó el señor Williams, sin rodeos. – Entiendo que esto es algo personal, pero está incomodando a algunos de tus compañeros. Sería mejor que te tomaras el resto del día libre y trabajes desde casa hasta que el aroma desaparezca.-

Sentí mis mejillas arder de vergüenza, asintiendo con la cabeza.

-Lo siento, señor Williams. No me di cuenta de que era un problema.-

-Lo entiendo, Jacob. Tómate el tiempo que necesites. Solo asegúrate de que tu trabajo no se vea afectado.-

Salí de la oficina del señor Williams, sintiéndome humillado. Recogí mis cosas rápidamente y evité el contacto visual con mis compañeros mientras me dirigía a la salida. Una vez en la calle, respiré hondo, tratando de calmarme.

Al llegar a mi apartamento, me dejé caer en el sofá, sintiendo la presión de la mañana finalmente romper mi fachada. Sabía que tenía que enfocarse en mi trabajo, pero también en cómo manejar mis sentimientos hacia Edric. Decidido a encontrar un equilibrio, tanto profesional como emocional, para no volver a sentirme tan vulnerable y expuesto.