La historia de un Alfa que solo ansiaba la tan anhelada libertad
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Capitulo 15
Advertencia:
La siguiente historia no es apta para menores de 21 años puede contener; lenguaje vulgar, soez, momentos explícitos, eróticos, hasta subido de tono y hasta nopor-grafico, violencia física, mental, abuso, inc3sto, se recomienda leer bajo su propio riesgo. ~
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Él estaba abriendose a mi, contándome su pasado, al fin soltando aquellos demonios que parecian devorarlo desde adentro. —Doña Beatriz me odiaba siempre lo hizo. Me trataba mal, y me obligaba a decirle madre, a ser su hijo, pero jamas me trató como uno. Mi madre mi dulce madre, ella era una esclava que vivía en la cocina trabajando día y noche, pero aún así siempre tenía tiempo una sonrisa para mí.
Recuerdo apenas su rostro mientras me cargaba en sus brazos, el tomar de su pecho, alimentarme de su carne de aquel líquido vital para mí que salía de ella.
Ella todo los jueves hacia tortilla, pero ella para mi ponía aji amarillo al servirmelo me besaba la frente y me daba de comer, para ella yo siempre sería su wawa, su pequeño.
A dónde ella fuera, yo iría con ella de su mano o en sus brazos.
Mí madre periódicamente iba al río para purificar su cuerpo y allí también me llevaria para purificarme yo.
Era un viaje que se sabía de memoria, ella no usaba caballo, iba en pie conmigo atado a ella, para poder usar las dos manos y abrirse paso con un farol y un machete, madre no le temia a nada o quizás era su instinto de protegerme. Al llegar al río, con un jarrito de madera tiraba las aguas sobre mi cabeza, mientras lavaba mí cuerpo, para purificarme como decía ella.
Al terminar quedarnos a esperar el alba, ver la luna marcharse para el sol ponerse mientras yo tomaba de su pecho. Comenzando el camino para subir, volver a la hacienda.
Mamá todas las noches me contaba historias fantástica desde la mujer de blanco que guiaba al indio en la terrible Selva, la benevolente mama Killa, hasta la historia de un ser que vivía en la montañas del Sur un ser que decían que era un ser superior. Nadie lo conocía, decían que sus alas asemejaban a la de un gran cóndor.
Nadie que lo había enfrentado había sobrevivido, según ella este ser misterioso era la fuente original de los ABO, eran lo que los forastero decían el terrible Griffo.
Un ser que causaba terror de solo de verlo, pero la forma en que mí madre lo relataba me generaba curiosidad ante tal ser, luego de contar las historias se acostaba a mi lado, y me acariciaba el rostro hasta que me durmiera.
Mí madre cuando preparaba el desayuno siempre hacia algo especial para mi, un detalle para mostrarme su gran amor, pero entonces un día mamá enfermo, y no sobrevivio. —Los ojos de Fernando se aguaron nuevamente —Mí vida cambio para siempre tenía 5 años, Beatriz, se convertiría en mi madre aunque yo no quisiera, aunque no lo deseara.
Una mujer que ante el menor error me gritaba, o me trataba mal, pero debía soportarlo. Aunque cuando no había errores, cuando no mostraba nada de «salvajismo» según ella, podría llegar a ser una buena madre y hasta ser amorosa. Mientras no le recuerde que era hijo de una esclava.
Mientras no me comportará como un indio, ni hablara como tal.
Mientras sea una señorito de buena educación, y no un incivilizado, pero eso implicaba olvidar a mí madre y su amor. Recuerdo una noche, Beatriz me arrastro a la habitación, desnudo mi espalda para darme de a cintazos, uno tras otro, y tras otro. Apenas tenía 8 años, y me negaba a que me cortará el cabello, así que lloraba suplicando por mi madre, por la verdadera. Suplicaba que volviera por mi, eso enferucia mas a Beatriz que duplicaba sus golpes. "—¡Yo soy tu madre! No te lo quites de la cabeza."
Mí padre llego, y en vez de mejorar empeoraba el asunto. Él me tiró a la cama mientras apretaba mí cuello para que su esposa pudiera cortarme el pelo. Controlaban todo los aspectos de mí vida, todo, bajo el rigor y castigo.
Fue entonces que me llevaron a Lima para que estudiara. Allí las cosas no mejoran, allí mí padre me golpeaba ante tales muestras de sensibilidad.
"—Un hombre no debe llorar, no sea afeminado."
Debido a esto las malas lenguas empezaron a hablar de mí, a decir pestes como:
«El bastardo de la Vega no es un hombre, seguro es un fenómeno de esos»
Ellos hablaban y hablaban para luego decir que seguro era la más baja jerarquía de los hibridos un sucio, un débil;
«Omega»
Yo no soy un Omega, era un humano, pero ellos disfrutaban burlarse, humillarme frente de quién fuese y con eso enfurecer a mis padres, aumentando su desplantes hacia mí, por avergonzarlos con la sociedad.
Aquel hombre que viste en el pueblo, aquel tipo en aquel entonces residía en Lima.
Yo tenía 14 y él ya andaba en sus 30, yo luego de dos años sería casado con una jovencita para ya no estorbar más a mis padres.
Aquel tipo estaba obsesionado conmigo, afirmaba que yo era un Omega y que lo demostraría, donde fuera que me lo topará me seguía, y juraba que me descubriría que cuando lo hiciera, me obligaría ser su esclavo.
Cada que le contaba a mi padre me lastimaba diciendo que era un débil, me vendería al hacendado aunque no fuese un Omega, porque eso era lo que me buscaba con mi sensibilidad.
Beatriz solo decía "—Esta bien que sea sensible que sea un caballero, la violencia es de salvajes, casemoslo lo más ante posible para que vean que no es un Omega."
La impotencia, y la rabia me consumía ¿Salvaje? ¿Cómo podía ser tan hipócrita? luego de la paliza que me daban.
Debido a esta situación los arranque de irá comenzaron a ser más y más recurrentes hasta que un día, aquel hacendado me lastimó.
Me apuñaló en el muslo para luego arrastrarme sin hacer ruido a una zona no muy recorrida y alejado de la casa en lima. Me arrastró de los pelos a través de un baldío.
Empezó a golpearme con lo que tuviera a mano, piedra, con lo que fuera.
—¡Voy a mostrar que eres un Omega! Y serás mi esclavo más personal.
Los Omegas no eran muy comunes era usados para cazar Alfas, y casi ya no había de estos.
A pesar de que me defendi, el continuaba con su atraco, su ultraje. —¡Vamos quedate quieto!.
Al desnudarme y ver qué no era un Omega, su ataque no se detuvo. —Ya estamos aquí, al fin a cabo sigues siendo un mestizo.
Me destrozó por completo, y yo ya no me pude defender más quedé helado sin poder reaccionar, quieto, mi cuerpo no respondía ante mis órdenes de huir.
Luego de eso, aquel tipo me arrastró hasta mi casa a hacer un trato con mi padre, les ahorraria la vergüenza me venderían a él, y debería fingir ser un Omega, le suplique piedad a mi padre.
Mi padre hecho a aquel tipo y a mí me molio a golpes, y me amenazó.
"—O te vuelves hombre, o dejaré que ese tipo te compre.
—Pero, no soy un Omega
—Crees que alguien le importara, ja ja ja eres un iluso, te encerrara y te tendrá como una vulgar prostituta. A nadie le interesa si un mestizo, menos si un Omega tiene o no crías, a nadie le importara que no lo fueses. Mira ahora fuiste su perra. Por afeminado por no saber defenderte. Das vergüenza Fernando, das asco. Tú debes dominar no que te dominen. Pero te gusta portarte así sensible como un Omega, pues así te trataron.
Porque así se les trata a esos fenomenos, solo sirven para dar placer e hijos. Tú sigue así y terminarás como objeto de placer de ese hacendado, y por más que pruebes que no eres un Omega nadie te ayudará por ser un ser inferior. "
Aquello me destrozó, no debía ser sensible debía ser agresivo ser malo. Mostrarme superior.
Adelantaron la boda para casarme con María, la madre de mi hija; No la amaba, pero era muy dulce. Ella quedó embarazada, pero ella era muy frágil, demasiado fragil.
El día del parto Maria nació, pero su madre no soporto.
Jamás en mi vida senti tanto dolor como esa noche, mis padres lo habrían logrado me hablan convertido en un mounstro como ellos que odiaba a todo el mundo.
Que odiaba a todo que me mirase feo.
Odiaba mi naturaleza mestiza.
Odiaba todo.
Queria destrozar todo, y en eso apareciste tú.
Y te odiaba a ti, necesitaba dominarte, controlarte, pero cuando más lo intentaba más rebelde te volvías, y eso me enfurecia.
Tú no le temias a nada.
Tú no eras un cobarde como yo.
No eras un canalla como yo.
Tú eras indomable...
Un ser inquebrantable, y yo soy un mounstr..."
—¿Omega baja categoría?
¿Quién fue el ignorante que te dijo así? Los Omegas son la base de los ABO, esos seres nacieron siendo brillantes genios, esos ignorante están acostumbrados a ver Omegas maltratados que jamás han visto la grandeza de uno.
Tú no eres un Omega, ni tampoco un mounstro.
Eres un humano y es tú humanidad la que te hace cometer errores.
No hay nada más humano que el errar, pero sabes cuál es la mayor grandeza de estos.
El saber reconocer los errores, y enderezar su camino. — Fernando solo me miró para volver a llorar, y abrazarme —Bueno quizás si te pareces un poco a los Omegas, con su gran sensibilidad, pero eso no es motivo de vergüenza de todo lo que te acusen, siempre mantén la frente en alto, sea verdad o mentira. —Frotandole su espalda. —Ya está ya está, solo una cosa te pido, ya no me digas más Indio, que me enoja un montón. —besando su mejilla al fin al cabo mi cuerpo insistía que debía protegerlo, a como de lugar y lo haría aunque tuviese que enfrentarme a los señores de la Vega o raptar a Fernando y María para empezar de cero en otro lugar, lejos de ellos.
Continuará.