El poderoso sultán Selin, conocido por su destreza en el campo de batalla y su irresistible encanto con las mujeres, ha vivido rodeado de lujo y tentaciones. Pero cuando su hermana, Derya, emperatriz de Escocia, lo convoca a su reino, su vida da un giro inesperado. Allí, Selin se reencuentra con su sobrina Safiye, una joven inocente e inexperta en los asuntos del corazón, quien le pide consejo sobre un pretendiente.
Lo que comienza como una inocente solicitud de ayuda, pronto se convierte en una peligrosa atracción. Mientras Selin lucha por contener sus propios deseos, Safiye se siente cada vez más intrigada por su tío, ignorando las emociones que está despertando en él. A medida que los dos se ven envueltos en un juego de miradas y silencios, el sultán descubrirá que las tentaciones más difíciles de resistir no siempre vienen de fuera, sino del propio corazón.
¿Podrá Selin proteger a Safiye de sus propios sentimientos?
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luego de la pasion
Narrado por Selin
Desperté con el suave brillo de la mañana filtrándose a través de las cortinas. Mi corazón latía con fuerza, y un torrente de emociones me atravesó al recordar la noche anterior. Safiye... La intensidad de lo que habíamos compartido me dejó sin aliento. Había cruzado un límite que nunca pensé que cruzaría. Pero, ¿y ahora?
El aroma del café recién hecho llegó desde la cocina, y mi estómago se retorció al pensar en la reacción de Derya, Henry y Kieran si llegaban a enterarse de lo que había pasado. Sabía que las repercusiones de nuestra decisión no se limitarían solo a nosotros. Pero no me arrepentía de lo hecho, por el contrario tener a safiye conmigo era la luz que necesitaba mi alma oscura y sin vida, así tenga que enfrentar el mundo entero por ella lo hare, si me lo pide.
Me vestí rápidamente, tratando de acallar la confusión en mi mente. Mientras me preparaba, no podía dejar de pensar en el brillo en los ojos de Safiye cuando me miró la noche anterior. Fue un recordatorio de que, a pesar de la complejidad de nuestra situación, había una conexión real entre nosotros.
Salí de la habitación, decidido a enfrentar el día, pero no sin una pequeña dosis de ansiedad. Me dirigí hacia la sala donde Derya estaba sentada, revisando algunos documentos. Al verme, levantó la vista, y su expresión se tornó inquisitiva.
—Buenos días, Selin. Pareces... diferente —dijo, con un tono que sugería que había notado algo en mí.
—Es solo el café. Necesito mi dosis matutina —respondí, tratando de ocultar el ligero rubor que comenzó a invadir mis mejillas.
—Claro, el café es esencial. Aunque me pregunto qué más ha cambiado —replicó, arqueando una ceja.
Intenté ignorar su insinuación mientras servía una taza de café. En ese momento, Kieran entró en la habitación. Al verme, sonrió, pero su mirada rápidamente se volvió seria al notar la atmósfera tensa.
—¿Todo bien? —preguntó, dirigiendo su atención entre Derya y yo.
—Por supuesto. Solo estamos charlando —respondí, sonando un poco más convincente de lo que realmente me sentía.
A medida que la conversación continuaba, mi mente no podía dejar de pensar en cómo contarles a los demás sobre lo que había pasado con Safiye. Era un tema delicado, y sabía que cualquier reacción podría cambiar el rumbo de nuestras vidas.
Más tarde, cuando nos reunimos para discutir un asunto importante sobre la seguridad del reino, me di cuenta de que mis pensamientos estaban más dispersos de lo habitual. No podía concentrarme en los planes ni en los detalles. La imagen de Safiye, su sonrisa, y el destello de su mirada se interponían entre mis pensamientos y mi razón.
—Selin, ¿estás escuchando? —preguntó Henry, sacándome de mis pensamientos.
—Sí, claro. —intenté recuperar el hilo de la conversación—. Lo siento, he estado un poco distraído.
Derya me miró con preocupación. Sabía que algo me perturbaba, y no podía permitirme que eso interfiriera en nuestros objetivos. Aun así, era difícil no pensar en Safiye y en las decisiones que habíamos tomado.
La reunión concluyó, pero el peso de lo no dicho seguía presionando sobre mí. Necesitaba hablar con Safiye. Quería asegurarme de que estaba bien, que no había dudas sobre lo que había sucedido entre nosotros.
Más tarde, cuando finalmente logré encontrarla, estaba en el jardín, rodeada de flores que parecían estar floreciendo con la misma intensidad de lo que sentía por ella. La vi sumida en sus pensamientos, y mi corazón se aceleró al acercarme.
—Safiye —la llamé suavemente.
Se volvió hacia mí, y su rostro se iluminó con una mezcla de alegría y sorpresa.
—Selin, pensé que no vendrías —dijo, acercándose un poco más.
—No podía quedarme lejos. Necesitamos hablar —respondí, sintiendo la urgencia de esclarecer lo que había pasado entre nosotros.
La tensión en el aire era palpable mientras ambos nos mirábamos, y no pude evitar sonreír al recordar cómo habíamos cruzado esa línea.
—¿Cómo te sientes? —pregunté, necesitando saber si ella también sentía la misma incertidumbre que yo.
—Como si el mundo fuera un lugar nuevo —dijo, dando un paso más cerca—. Pero también tengo miedo, Selin.
Tomé su mano, sintiendo la calidez de su piel contra la mía. —Yo también tengo miedo. Pero no quiero que eso nos detenga. Lo que siento por ti es real.
Safiye me miró a los ojos, y en su expresión vi la misma mezcla de emoción y miedo que yo sentía.
—Entonces enfrentemos nuestros miedos juntos —respondió, su voz más firme.
Y en ese momento, supe que nuestra conexión era más fuerte que cualquier duda o miedo. No importaba lo que el futuro pudiera deparar, estábamos dispuestos a enfrentarlo juntos. No me separaran de safiye, es la mujer que necesito a mi lado, la única capaz de ver luz en mi oscuridad, la única que me puede hacer ver la vida mucho mas interesante.
Mientras mantenía su mano entre las mías, el mundo a nuestro alrededor parecía desvanecerse. El jardín, lleno de colores vibrantes y fragancias dulces, se convirtió en nuestro refugio privado, un santuario donde solo existíamos nosotros dos.
—¿Selin? —preguntó Safiye, su mirada intensa sobre mí.
—Sí, Safiye. —respondí, sintiendo la tensión crecer entre nosotros.
—Prométeme que no dejaremos que nada ni nadie se interponga entre nosotros. —su voz era un susurro, casi un ruego.
—Lo prometo. —dije, aunque sabía que el camino no sería fácil.
Se acercó aún más, la distancia entre nosotros se desvaneció. Nuestros corazones latían al unísono, y su mirada se centró en mis labios. Fue un momento suspendido en el tiempo, un instante que se sintió como una eternidad.
Con un gesto suave, incliné mi rostro hacia el suyo, y en ese segundo, todo lo demás se desvaneció. Nuestros labios se encontraron en un beso tierno y apasionado, como si cada emoción reprimida finalmente encontrara su camino a la superficie.
El mundo a nuestro alrededor se llenó de color y música, un eco de la conexión que compartíamos. El beso se intensificó, y el contacto de su cuerpo contra el mío me hizo olvidar todas las preocupaciones. Era un momento de pura felicidad, de entrega total.
Pero, de repente, un ruido rompió nuestra burbuja de intimidad. Ambos nos separarnos, el corazón en un puño. A unos metros de distancia, vi una sombra moverse entre los árboles.
—¿Alguien nos está mirando? —susurré, la adrenalina corriendo por mis venas.
Safiye asintió, su expresión pasó de la felicidad al miedo en un instante. El aire se volvió tenso, y la realidad nos golpeó de lleno. Aquella conexión que habíamos forjado en el jardín se vio amenazada por la incertidumbre de lo que vendría a continuación.
—¿Quién podría ser? —pregunté, mientras ambos mirábamos en dirección a la sombra, esperando que no fuera lo que temíamos.
El suspenso llenó el espacio entre nosotros, y supe que, aunque habíamos dado un paso adelante en nuestra relación, ahora teníamos que estar preparados para enfrentar cualquier obstáculo que pudiera surgir.
Nota: tenemos ya grupo en facebook, por ahí estaré actualizando las, les daré información y demás.
aquí les dejo el grupo, solo respondan unas preguntas y listo. Yo las aceptaré en el grupo. besos