Maryory Williams es una mujer de 33 años de edad periodista de profesión cuya carrera está a punto de ser destruida por defender a su antiguo amor de la secundaria y se encuentra en un momento muy importante de su vida porque debe enfrentar su mayor reto profesional, Porfirio Ruíz es un hombre de 33 años, un exfutbolista exitoso el cual está enfrentando el peor momento de su vida
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Capítulo XVIII: Contra toda posibilidad parte 1
Maryory se encontraba sentada frente a su escritorio y estaba muy pálida, recostó su cabeza contra el respaldo de la silla porque la sensación de malestar o molestia en la parte posterior de su garganta y su estómago eran muy insoportable en ese momento
-¿Maryory te encuentras bien? – Preguntó Carolina con preocupación
Maryory negó con la cabeza porque no se sentía bien desde hace un par de días y desconocía el motivo, incluso hubo momentos en los cuales su vista se nubló y por poco se desploma
-La verdad es que no me siento bien, el problema es que necesito terminar de escribir la columna antes de poder irme -Admitió Maryory
Carolina notaba la palidez en el rostro de Maryory, así como sus ojeras, las cuales eran muy obvias a pesar de su maquillaje, así que era evidente lo mal que ella se sentía en ese momento
-Maryory si no te sientes bien deberías irte a tu casa – Sugirió Carolina
A pesar de que eso era lo que deseaba hacer, sabía que no podía irse porque de lo contrario le daría motivos a Vanesa para quejarse
-Falta poco para terminar el borrador – Dijo Maryory
Carolina observaba a Maryory con preocupación, sin embargo, sabía que ella era una mujer muy terca y cuando se establecía un plazo de tiempo para entregar un borrador siempre lo cumplía
-¿Carolina podrías llevarte esa taza de café, por favor? – Preguntó Maryory
Esa mañana no soportaba el olor del café a pesar de que religiosamente Carolina traía café para ambas a esa hora
-¿Tiene mal sabor el café? – Preguntó Carolina con asombro
-No, el problema es que el olor me revuelve el estómago – Respondió Maryory
Carolina tomó la taza para llevársela y desecharla, no obstante, las palabras de Maryory la impactaron y volvió el rostro en dirección de Maryory con una expresión de asombro
-¿Maryory acaso estás embarazada? – Preguntó Carolina
Maryory tenía su cabeza apoyada contra el respaldo de la silla y sus ojos estaban cerrados debido a su malestar, sin embargo, en cuanto escuchó la pregunta de Carolina se sobresaltó porque eso era imposible que estuviera embarazada debido a que solo había estado con Porfirio y se suponía que él era estéril y por eso no tomó la píldora del día siguiente
-Eso no puede ser posible – Respondió Maryory de forma enfática
A pesar de su respuesta, Maryory comenzó a tener dudas, así que decidió revisar el calendario en el cual anotaba las fechas en las cuales tuvo su visita mensual y se llevó las manos a su pecho porque estaba atrasada por varias semanas y debido a que estaba tan concentrada con sus dos trabajos no se había dado cuenta
-¿Tienes un atraso? – Preguntó Carolina
Carolina, luego de descartar la taza de café, regresó a la oficina y la encontró observando un calendario con una expresión de desconcierto
-Tengo seis semanas de retraso, aunque esto no es posible porque se suponía que no existía ningún riesgo – Dijo Maryory
-No nos apresuremos a llegar a falsas conclusiones y hazte una prueba para estar seguras
Maryory no sabía cómo sentirse al respecto y esperaba que se tratara de los efectos del estrés porque la idea de estar embarazada del hijo de Porfirio era algo un poco aterrador, después de todo se suponía que era un evento único para ambos y que no tendría repercusiones para ambos.
-Seguramente es una falsa alarma – Dijo Maryory
Carolina insistía en que se hiciera una prueba para descartar que se tratara de un embarazo o de lo contrario ir a una consulta con su doctor, Carolina fue a la farmacia y compro varias pruebas y cuando Maryory las hizo descubrió que todas dieron positivo, ella observaba el resultado y estaba atónita porque no podía creer lo que estaba pasando
-¿Qué vas a hacer Maryory?- Preguntó Carolina
Era indudable que Maryory conservaría a su bebé debido a que era provida, además de que tal vez esta sería la única oportunidad que tendría de convertirse en madre, el problema es si se lo contaría a Porfirio porque dado sus problemas de confianza lo más probable es que no le creería
-Carolina, sé lo que tengo que hacer, mi problema es que tengo mucho temor de contarle al padre del bebé sobre su existencia – Respondió Maryory
Carolina observaba la expresión de Maryory y sentía curiosidad sobre la identidad del padre del bebé porque era evidente que se trataba de un hombre muy importante para su jefa y no quería hacer suposiciones, aunque sospechaba de quién se trataba
-¿Qué te parece si terminamos el borrador para que puedas irte a casa? – Preguntó Carolina
Porfirio era el menor de tres hermanos y el más talentoso y por suerte sus hermanos lo resentían tanto que nunca hablaban, no obstante, debido a que cortó toda relación con sus padres, ahora sus hermanos mayores insistían en ponerse en contacto para que se hiciera cargo de ellos
-Estoy harto de las llamadas de mis hermanos – Dijo Porfirio con molestia
-Esto era de esperarse luego de que cortaste el contacto con tus padres
-Si es por mis padres terminarían acusándome por la muerte de Dalia
-Es bueno que ese tema se haya aclarado – Admitió Santiago
-No lo sé Santiago la verdad es que yo no estoy muy convencido de que eso fue lo que pasó
-Lo único lamentable es que se llevó a la tumba el secreto de quién es el padre biológico de los niños
Porfirio frunció el ceño porque eso era algo que le molestaba después de todo ese hombre podría aparecer en cualquier momento y reclamar su paternidad y nuevamente perdería a los niños
-Creo que prefiero que no aparezca por el bien de todos – Respondió Porfirio
Santiago observaba a Porfirio y se daba cuenta de que él había mejorado mucho su carácter desde que vivía con los niños
-Yo también, aunque debes ser consciente de que en cualquier momento eso puede pasar
-Santiago me preocuparé por eso cuando pase
Porfirio regresaba a su casa luego de su reunión con Santiago, estacionó su auto y se sentía de buen humor, bajó de su auto y caminó en dirección al ascensor y se sorprendió cuando se encontró con Maryory la cual se
encontraba esperando por el ascensor, Porfirio le sonrió con amabilidad y se decepcionó mucho cuando ella lo observó con una expresión de preocupación en su rostro, pero eso no fue lo peor, sino que su visión se oscureció y por poco se cae al suelo así que Porfirio tuvo que sujetarla
-¿Maryory estás bien? – Preguntó Porfirio con preocupación
Maryory negó con la cabeza porque ese día realmente no se sentía bien, e intentaba mantenerse en pie, lo cual era muy difícil, así que Porfirio la alzó con mucha facilidad y la llevó hasta su casa y mientras la colocaba en su
cama le dio instrucciones a Milena para que llamara al servicio de emergencia