El Reinado De Juliette

La noche se abrió paso lentamente, y las estrellas titilaban en el vasto cielo azul, listas para iluminar la oscuridad que se aproximaba. Juliette despertó sobresaltada al sentir la caricia fresca del viento en su rostro. Se preguntó, con sorpresa, cuánto tiempo había permanecido dormida.

— Oh, cielos. Olvidé por completo que tenía que reunirme con el Rey. Juliette se levantó rápidamente y se dirigió hacia la oficina de Oliver.

Al llegar, tocó con suavidad la puerta y, al escuchar una respuesta desde el otro lado, entró con determinación.

 — Lo siento, Majestad, parece que llegué tarde — Se disculpó la albina al entrar.

 — No te preocupes, además, estamos a solas. ¿No hemos hablado ya de dejar los formalismos cuando estamos solos tú y yo? — Comentó el Rey con una sonrisa.

 — Sí, padre — Respondió Juliette con una cálida sonrisa.

 — De acuerdo, toma asiento.

 — Gracias — Agradeció Juliette 

— ¿Café? — Ofreció el Rey, extendiendo la taza.

— Oh, muchas gracias — Respondió Juliette, dando un sorbo antes de dejar al Rey continuar.

 — Bien... Verás...  — El Rey suspiró antes de continuar.

— Necesito que viajes a un lugar...

— Está bien, pero antes me gustaría hablar sobre algo — Interrumpió Juliette con urgencia

— Habla entonces.

— Se trata de Cyrus... Ha pasado un mes y no ha salido de su habitación, ni siquiera quiere ver a nadie. Estoy realmente preocupada por él.

— Lo sé. Yo también estoy preocupado. De hecho, ese es el motivo por el cual necesito que viajes.

— ¿Qué? — Preguntó Juliette con sorpresa.

 — Cyrus sufre de una enfermedad muy rara y requiere un medicamento específico. Recientemente,, me enteré de que la medicina no está funcionando y su estado de salud no mejora. Por eso necesito que viajes a “Aurora' s Haven” y busques a un Hechicero.

 — ¿Eso no está bastante lejos? — Cuestionó Juliette.

— Sí, lo es. Soy consciente de la distancia que separa nuestros reinos, pero si esperamos más, no sé cómo estará la salud de Cyrus para entonces — Explicó el Rey con preocupación.

 — Lo siento, no me malinterprete. No estoy reacia a ir, simplemente me llamó la atención lo lejano que es ese lugar — Aclaró Juliette.

— Me disculpo también. He estado tan ocupado últimamente que no me había percatado de la salud de Cyrus... Soy un mal padre… — Rey se mostró abatido, con la cabeza gacha.

— ¡No, no, no! Eso no es verdad, por favor, no digas eso— Expresó Juliette con cariño, tratando de consolar al Rey.

— Tú has sido un padre ejemplar, nunca deberías dudar de eso — Dijo Juliette con calidez, colocando una mano reconfortante sobre el hombro del Rey.

— Estoy aquí para ayudarte en todo lo que necesites, incluida la búsqueda de lo que Cyrus necesite.

El Rey se estremeció ligeramente bajo el contacto reconfortante de Juliette, agradecido por sus palabras de apoyo. Se enderezó con determinación y miró a su “hija adoptiva” con gratitud.

— Gracias, Juliette. Eres un verdadero tesoro para mí— Expresó el Rey con sinceridad, mostrando una mezcla de alivio y preocupación en su mirada. 

— Confío en que podrás encontrar al Hechicero en “Aurora' s Haven” y traer la cura que Cyrus necesita.

Juliette asintió con determinación, fortalecida por la confianza de su padre en ella. Sabía que la tarea por delante no sería fácil, pero estaba decidida a hacer todo lo posible por salvaguardar la vida de su hermano adoptivo.

— Haré todo lo que esté en mis manos, padre. Partiré hacia “Aurora' s Haven” lo antes posible — Aseguró Juliette, mostrando firmeza en sus palabras.

El Rey asintió, reconociendo la valentía y el compromiso de Juliette. Con un gesto de despedida, la joven albina se preparó para emprender el viaje hacia el misterioso y lejano reino de: “Aurora' s Haven” , lista para enfrentar desafíos, descubrimientos y, sobre todo, la esperanza de encontrar una cura para salvar a su querido hermano Cyrus.

….

— Oh, Juliette, ¿a dónde te diriges? — Preguntó Emir con una expresión de confusión al encontrarse con la joven en la entrada del castillo, lista para partir.

— ¿Eh, Emir? — Juliette se giró hacia el pelirrojo que se le acercaba con rapidez.

— ¿Estás saliendo de viaje? Si necesitas compañía, solo avísame...

— Eres muy amable, pero sé que aún tienes asuntos pendientes aquí. Debo emprender este viaje en solitario.

— Pero...Tks, tienes razón…entiendo... — Emir suspiró, resignado.

— Ey, Emir enserio, no te preocupes. Ya no soy una niña — Juliette dijo con una pizca de melancolía en su voz, pero con una sonrisa en los labios al recordar.

— Está bien, lo comprendo. Pero ¿Por qué no me mencionaste nada antes? — preguntó Emir con curiosidad.

— Ah, no fue mi intención ocultarlo, fue una decisión repentina... — Explicó Juliette.

— Entiendo. ¿Volverás pronto?

— Esa es mi intención, pero no estoy del todo segura sobre ello — Respondió Juliette con una sonrisa esperanzada.

— Toma — Emir extendió su mano para entregarle un objeto a Juliette, quien lo recibió con cierta sorpresa.

— ¡Esto es...!

— Sí, guárdalo con cuidado, es valioso. ¿Entendido?

— Sí, Jefecito, eso haré.

— ¿Recuerdas cómo usarlo? — Preguntó Emir, anticipando la respuesta.

— No.

— Lo sabía — Suspiró Emir.

— Te enseñaré, así que presta mucha atención, ¿de acuerdo?

Juliette asintió con determinación. Emir se comprometió a instruir sobre el manejo del dispositivo antes de despedirse de ella y regresar al castillo.

 Luego de ello Juliette montó en su caballo y emprendió su viaje hacia el misterioso destino que la aguardaba.

Con paso firme y el corazón repleto de valentía, se adentró en el horizonte que la conduciría hacia un camino lleno de desafíos y secretos por descubrir. La determinación brillaba en sus ojos mientras se encaminaba hacia el destino que le deparaba en "Aurora 's Haven".