Anya despierta en el mundo de una historia que escribió hace años. Una historia sobre una bella princesa, un valiente caballero... y un despiadado dragón.
Decidida a mantenerse al margen de la gran guerra que se avecina, vive tranquilamente en un pequeño pueblo, hasta que accidentalmente salva a un pequeño niño y unos meses después un dragón aparece en su puerta.
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El Duque Irracional
¡¿Matrimonio?! - había escuchado mal ¿no es así? ¡Tenía que haber algún malentendido!.
- Así es - confirmó el duque, completamente ignorante del pánico formándose dentro de Anya.
- ¿Por...? ¿Por qué matrimonio? ¿No sería más apropiado ser su niñera? - intento razonar.
- ¿No sería extraño que Rowan llamara "mamá" a su niñera?
"¡Entonces corrígelo! ¡No me hagas tu esposa solo para hacer apropiado el título, demente!" Anya sentía que estaba a punto de estallar, tuvo que controlar su expresión y forzar una sonrisa.
- Podríamos explicarle...
- Pensé que no quería corregirlo para no herir sus sentimientos ¿ahora lo hará?
- Es que...
- Él ya piensa en usted como su madre ¿qué más da hacerlo realidad? - el duque se encogió de hombros.
"¡¿De qué diablos está hablando?! ¡¿Eso siquiera tiene sentido?!"
Anya se recordó mil veces que este hombre era un dragón que podía aplastarla como a una mosca en cualquier momento. Respiró hondo e intentó con otro enfoque.
- Milord, soy una plebeya.
- ... ¿Y qué?
"¡¿Qué diablos le pasa a este sujeto?!"
- El matrimonio entre un noble y una plebeya no sería... bien recibido - explicó, al borde de la cordura.
- Eso no me importa, mi hijo la quiere a usted - ¡Dioses! ¿Qué debía hacer para que este hombre entrara en razón? - por supuesto, usted recibirá el título de Duquesa y los derechos como la señora de la casa Demasco.
¿Estaba tratando de convencerla con eso?
- Podemos estipular más detalles en el contrato, así como cualquier condición que usted tenga - continuó. Anya sintió que la habitación le daba vueltas y no fue capaz de responder en lo absoluto. - De momento, puedo asegurarle que nadie será capaz de hacerle daño mientras estemos casados, usted estará bajo la protección de Demasco y todo lo que pediré de usted a cambio será que cumpla con sus obligaciones como madre de Rowan, no como esposa.
¿A qué se refería con eso? Anya supuso que estaba diciendo que no tendrían relaciones íntimas. Honestamente, después de darle un vistazo de arriba a abajo, esa parte del trato la desilusionaba un poco.
- No... No sé si pueda hacerlo... - ser una duquesa podría tener muchos beneficios, pero Anya estaba segura de que también tendría innumerables responsabilidades. Ella nunca había recibido educación respecto a ser noble o dirigir una propiedad.
- Entonces puede decidir dentro de tres meses - dijo el duque.
- ¿A qué se refiere?
- Puedo encontrar una manera de retrasar la presentación de nuestro matrimonio hasta el cumpleaños de Rowan en tres meses - explica con tranquilidad - si en ese tiempo decide que no puede vivir como mi esposa, nos divorciaremos y olvidaremos todo el asunto.
Tres meses. Sería suficiente tiempo para obtener una idea de cómo funcionaba el ducado, también para medir la personalidad del duque como esposo y, tal vez, incluso fuera suficiente tiempo para poner a Rowan en el camino hacia su salvación. Aun si terminaran divorciándose después de tres meses, podría ser capaz de encontrar una forma de cambiar el destino de Rowan.
Estaba frente a ella, su única oportunidad de permanecer junto a Rowan.
Incluso si estaba un poco asustada del duque, este había prometido no hacerle daño y no creía que fuera un mentiroso.
Tal vez era esta la razón por la que entró a la novela en primer lugar.
- Milord, ¿podría decirme su nombre? - preguntó Anya después de respirar hondo y tomar una decisión.
- Soy el único Lord Dragón y Gran Duque de Demasco, Raenor Demasco - se presentó con el porte de un noble, Anya tenía mucho que aprender.
- Es agradable conocer el nombre de mi esposo - la chica sonrió brillantemente y extendió su mano hacia él, si iba a hacer esto, lo iba a hacer bien - Raenor Demasco, ¡me casaré contigo! Por favor cuida de mí en el futuro.
El duque la observó, confundido en un principio, pero eventualmente tomó la mano que le había ofrecido y selló el trato.
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El carruaje se movía más de lo que Anya había imaginado. Era la primera vez que se subía a uno y el movimiento le estaba causando náuseas.
Bueno, el hecho de que ahora estaba comprometida con un hombre al que no conocía en lo absoluto también podría tener algo que ver.
Después de aceptar la propuesta del duque, Anya empacó rápidamente una pequeña maleta y salieron a encontrarse con los demás.
- ¡Mamá! - en cuanto la vio, Rowan corrió hacia ella. El hombre que lo cuidaba intentó detenerlo, pero el duque le hizo una señal para que lo dejara.
Al parecer el nombre del caballero que apuntó a Anya con su espada era Hadi y era el asistente del duque. Anya recogió a Rowan en sus brazos y se sintió aliviada de que esta vez no tendría que preocuparse por dejarlo ir, al menos por un tiempo.
- Trae el carruaje, ella viene con nosotros - ordenó el duque a Hadi, quien dudó por un momento si lo que estaba escuchando era cierto. Le dedicó a la chica una afilada mirada, sin embargo no hizo comentario alguno y se retiró para ir a cumplir la orden de su amo.
Rowan saltó con la mirada entre su padre y Anya, claramente había escuchado lo mismo que Hadi y tampoco podía creerlo. Anya se dio cuenta de esto y le sonrió.
- Así es, voy a ir a vivir contigo por un tiempo ¿te agrada la idea? - preguntó, Rowan asintió enérgicamente con una sonrisa deslumbrante.
¿Esto estaba pasando realmente? ¿No tendría que despedirse de ella? ¡Realmente se había cumplido su deseo! El pequeño jamás había sentido tanta felicidad.
Después de eso subieron al carruaje y emprendieron el viaje hacia la propiedad de Demasco. Anya se sentía un poco cohibida por viajar en el mismo carruaje que el duque, así que trató de dedicar su atención a Rowan, quien estaba sentado a su lado.
- ¡Mira, Rowan! Los campos están floreciendo, podremos hacer coronas de flores - el niño se subió a su regazo para acercarse más a la ventana - ¿El lago es hermoso no es así? - Ambos estaban distraídos observando el paisaje a través de el cristal, cuando Anya vio un objeto acercarse a ella por el rabillo del ojo. Se giró y vio al duque ofreciéndole un pañuelo.
- Pónlo sobre tu mejilla y labio - fue todo lo que dijo. Anya lo observó, confundida, tomó el pañuelo e hizo lo que le dijo. Al tocar su labio inmediatamente sintió un dolor punzante.
Cierto, la habían golpeado. Su cara debía parecer un desastre ahora, al menos lo suficiente para que el duque lo notara. Rowan alzó su mano para rozar su mejilla y la miró insistentemente. Ella comprendió que estaba preocupado y sonrió para tranquilizarlo.
- Estoy bien, es solo un pequeño moretón, no tienes que preocuparte - revolvió el cabello del niño con ternura y volvió a colocar el pañuelo con más cuidado esta vez, se dio cuenta de que la tela tenía un olor dulzón.
- Lo remojé en medicina, debería ser de ayuda hasta que la vea un médico - explicó el duque sin necesidad de que ella preguntara.
- Gracias, milord - Anya se sorprendió, no esperaba que fuera tan atento como para notar sus heridas, mucho menos para ayudarle a curarlas. Sonrió brillantemente. - ¡Mi futuro esposo es muy amable!
Rowan giró la cabeza rápidamente como un látigo ante su declaración, el duque también la observó fijamente.
¡Ups! Se le escapó.