El Reinado De Juliette
Eran cerca de las 10 de la mañana, un carruaje se dirigía hacia el Reino de Ino Deseon… pero el camino tenía muchos obstáculos, lo cual retrasaba la llegada al mismo, esto ponía ansiosa a la joven que viajaba en este transporte.
– ¿Cuánto falta para llegar? – Preguntó la joven.
– Lo lamento, pero aún falta mucho camino por recorrer – Suspiro el hombre a cargo del viaje.
– Si tanto apuro tienes porque no te sales del carruaje y te vas corriendo – Regaño en forma de broma la persona que la acompañaba: uno de los asistentes reales, que estaba a cargo de la joven.
– ¡Esa es una muy buena idea! Sabes, ya me había cansado de estar 3 horas sentadas, mis piernas ya se estaban paralizando – Se alegre la joven, mientras se preparaba con un poco de estiramientos.
– ¡Espera no me digas que tu…!
Antes de que pudiese terminar de hablar la joven abrió la puerta del carruaje aún en movimiento y saltó de él, pero no sin antes despedirse del asistente con una sonrisa. Lo cual lo dejó sin palabras; él sabía que la joven era alguien alocada, pero no pensó que fuera para tanto.
Se dio cuenta de dos cosas: uno, aún no conocía por completo a la joven y dos, hoy sería un día bastante largo y agotador.
Mientras tanto la joven corría sin frenos, esquivando todo lo que se le cruzaba: árboles, rocas, charcos e incluso animales. Nada ni nadie la detenía; tenía muchas cosas que quería hacer, y para ello, el tiempo era algo que no se podía permitir desperdiciar, puesto que también tenía tareas y responsabilidades con las cuales cumplir al llegar.
En menos de treinta minutos la joven ya había llegado a su destino, y se dispuso a descansar. Mientras bebía agua, escuchó que una voz familiar llamaba su nombre y se volteó para verlo.
– ¡Juliette ha pasado tiempo!
– ¡Oh, William! – Se alegró la joven.
– Tienes razón ¿Cuánto tiempo ha sido? – Dijo con una sonrisa, la menor.
– ¡No me preguntes a mi, apenas y se que desayune hoy! – Rio el mayor.
– Escuché que estuviste luchando en “Wotaifa”. Si estás aquí supongo que ya todo terminó.
– Sip, acabo de volver de allí – Confesó la joven.
– Entonces debes de estar hambrienta, ¿Que te pareces si almorzamos juntos?
– ¡Eso me encantaría!
– Pues que esperas, ¡vámonos!
Juliette y William se pusieron en camino y se dirigieron hacia un pequeño restaurante: no muy lejos de donde se encontraron. En el camino se la pasaron hablando entre risas.
Al llegar se sentaron para seguir hablando.
– Así que te está yendo bien. Todos quieren a la “Muñeca de Porcelana” en su ejército.
– Cuando vas a parar con ese apodo, eres el único que aun me dice así, es vergonzoso – Dijo avergonzada.
– Pfft, es divertido. Aunque ahora ya no eres más una muñeca de porcelana común, eres como “Annabelle”. Ja, Ja, Ja.
– Bueno, ya, volviendo al tema anterior, todo se debe a usted, es gracias a que tuve el mejor entrenador a mi cargo – Sonrió la menor.
– ¡Tienes razón, yo soy el mejor de todos!
– Pero ¿Y ahora qué harás? – Interrogó el Mayor, mientras bebía un poco de licor.
– No lo sé, se suponía que tendría que ir a como apoyo a la guerra de “Xxnate”, pero como aún me encontraba en “Wotaifa” designaron un numeroso grupo de guerreros hacia allá. De todas formas me ofrecí para participar luego de mi regreso, pero ellos dijeron que con los guerreros enviados era suficiente, así que no insistí más.
– Comprendo, supongo que asi esta bien. Amanda y Mikaela se ofrecieron para ayudar, en unos días partirán para entregar suministros, ya sabes medicamentos, agua, comida y ropa, etc.
– Debería acompañarlas entonces.
– No te preocupes por eso, Juliette, después de todo yo iré con ellas.
– Pero…
– ¿Que no confías en tu entrenador: ex Guardia Real?
– No es eso William, es solo que…
– Oh, por favor, deja eso, te prometo que todo estará bien, deberías aprovechar este tiempo para descansar un poco, seguro que pronto te mandan a una nueva misión.
– Y cuando la completes, espero que me regales: esa nueva y brillante medalla. La voy a enmarcar y la colgaré en medio del restaurante para que todos la vean, ¡El 15avo logro de mi mejor estudiante!
– ¡Ay, William, pero qué cosas dices! – Rio Juliette.
– ¡Esta bien te traeré la 15ava medalla, así que ve preparando el mejor marco, porque la traeré muy pronto!
– ¡Es una promesa! ¡Más vale que la cumplas Annabelle!
Sus risas rebotaban por la habitación, hace tiempo que no se veían; estaban alegres por la presencia del otro.
De repente la puerta se abrió y en la habitación ingresó una mujer, la cual se veía molesta.
– ¡William, cuantas veces te he dicho que dejes de tomarte las bebidas de nuestro local, y deja de traer personas como excusa para no abrir, seguro es otro de tus amigos borrachotes!
– Mikaela, cariño, no es lo que crees. ¡Esta vez es Juliette!
– ¿Juliette?.
– ¡Buen Dia Sra. Mikaela, ha pasado tiempo! – Sonrió la joven, quien se inclinaba para que la mayor pudiese verla.
– ¡Oh, mi…! ¡Juliette, querida, cuánto tiempo!
– Ves, te dije que estabas pensando mal – Dijo William.
– Si, si, lo que tu digas, ahora apártate – Ignoró la mayor, y empujó de la silla a su esposo para poder sentarse cerca de Juliette.
Poco le importó que su esposo estuviese en el frío piso, Juliette se preocupó al principio pero su atención fue robada por la emocionada mujer: que la tomaba de las manos.
– Ay, no te preocupes por él, ha estado peor.
– Supongo.
– William ya que no estás haciendo nada ve a servir la comida, nuestra invitada debe estar hambrienta, la hiciste esperar mucho.
– Pero si fuiste tú quien cocinó, cariño.
– No me reproches, es tu culpa, si me hubieras dicho que Juliette era la invitada hubiera preparado más antes la comida.
– “Quería que fuera sorpresa” – Pensó el mayor, pero no insistió más, y marchó a hacer lo que se le había pedido.
– En fin, Juliette, querida ¿Cómo has estado? ¿ Has estado comiendo bien? Te noto más delgada, ¿Has perdido peso? Tus manos no tienen ni un rasguño, y encima son muy suaves ¿Como le haces? – La mujer hablaba y hablaba sin darle tiempo a Juliette de contestar.
– He estado bien, y he comido como se corresponde, puede que me vea mas delgada porque hace mucho que no nos vemos, me pongo crema y uso guantes cuando estoy en el campo de batalla supongo que esa es la razón por la mis manos estan asi.
– ¿Es así?
– Si. Escuché que pronto partirá con Amanda a “Xxnate”.
– Si, me siento mal cuando escucho lo que esta pasando alli, asi que decidí ir a ayudar un poco, a mi manera claro.
– Si fueras como guerrera creo que no perderías, de solo verte se asustarían – Bromeo William: con una bandeja, con comida en distintos recipientes.
– Lo ves, él sigue provocándome – Contestó la mujer.
Juliette se reía de la manera en la que los mayores se peleaban, se sentía cómoda y feliz; sabía que a pesar de todo ambos se amaban y ella admiraba mucho eso, añoraba mucho aquello.
Comieron juntos y charlaron sobre un montón de cosas, lindas, feas e incluso de aquellas sin importancia, recordaban cosas que habían pasado, aquellos momentos cuando Juliette era una niña, cuando conoció a la pareja, cuando comenzó a ser feliz de nuevo.
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Comments
°^valen^°
xd jajajajaj
2024-08-10
1
James power holmes97
fascinante historia, excelente manera de empezar.
sin duda está novela es maravillosa, igual que su autora^^
2024-07-19
4
✒☹︎‧₊ ˚ SoyMily‧ ₊˚
Nunca avia leido una novela me gusto mas por la Annabelle jsjsjsj pregunto si la auto racing ara version chat story O mejor vr. bl jjsjsjs
2024-07-11
4