Tu indiferencia me hizo fuerte. Siempre te dije la verdad y no me creíste. Ahora que lo sabes es tarde, no vengas a pedir una oportunidad porque no la habrá. Los papeles se han invertido, ahora yo soy la indiferente, la poderosa. Ya no soy más LA HIJA DEL JARDINERO
NovelToon tiene autorización de Eleana para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPÍTULO VIGÉSIMO PRIMERO
La llamada furiosa de David no se hizo esperar. Recibí todo tipo de insultos. Con calma le dije que era urgente que regresara para aclarar la situación. Lanzó todo tipo de amenazas, para luego concluir que pronto estaría de vuelta.
Le bastaron pocos días a mi detective para darse cuenta de la triste y vergonzosa realidad. David había sido engañado por tantos años. El detective se presentó en la modesta casa donde vivía la perversa Alice, como un vendedor de productos de belleza. Fue fácil para él enamorarlas, ya que mi detective es un galanazo.
La superficial y frivola madre de Alice lo hizo pasar dentro de su casa y allí él pudo comprobar que no había ningún residente que fuera paralítico. Todos se movilizaban con sus propias piernas.
Cuando se atrevió a preguntar si había algún paralítico allí, simplemente le respondieron que no. Le contaron que en un tiempo Alice había sufrido un accidente pero había sido algo sin importancia.
Entonces, ¿Por qué engañar a David? ¿Por dinero? ¿Qué pasó con la cuna de oro donde nació Alice? ¿Por qué retener a David con mentiras? El detective se enteró que un hombre millonario los ayuda económicamente porque se siente culpable del accidente de Alice.
Que ella había decidido no decirle a este millonario que ya caminaba, porque la familia estaba en bancarrota y ellos necesitaban esa ayuda para medio sobrevivir. Los fisioterapistas, psicologos y demás eran amigos con los cuales se compartían el dinero enviado para su recuperación.
Le pedí al detective fotos y grabaciones de todo cuanto pudiera obtener. Él eficiente amigo me dijo que tenía todo tipo de pruebas de lo que me estaba contando. Alice y su familia jamás se imaginaron que aquel guapo esbirro era mi aliado y que gracias a su habilidad, yo me había enterado de todo.
...****************...
Aquel sábado me decidí con Rosa a limpiar a fondo la casa. Para sentirme cómoda me puse mi short preferido. Iniciamos las labores temprano pues luego de almorzar quería bailar unas dos horas. Era la manera en que dejaba de pensar en esta absurda trampa en la que había caído David.
Después de almorzar estábamos dejando todo limpio, cuando sentimos el fuerte golpe a la puerta de entrada a la mansión. David entró furioso, lanzó sus maletas sobre las sillas y me agarró de un brazo con fuerza para llevarme a su despacho. Cerró con llave y me obligó a sentarme en la silla frente a su escritorio.
—¿Quién te dio derecho de cancelar mis cuentas?
—¿Quién te dio derecho de desangrar el patrimonio de tu padre de la manera tan despilfarradora que lo estabas haciendo?
—Es mi dinero..
—No es TU DINERO. Era el dinero de tu padre y los demás miembros de tu familia. Y de otros accionistas.
—Yo tenía mis razones. Y tú no tenias por qué meterte.
—David, cuando se trabaja con otros accionistas, tú estás obligado a dar un informe de cómo o para qué vas a usar el dinero, sobretodo si son grandes cantidades, como tú lo estabas haciendo . Al ser mayoritario podías retirarlo, pero estabas obligado a informar. Y tú no lo hiciste...
—Eso que tú has estado haciendo David por siete largos años, se llama DESFALCO. Te aprovechaste de tu posición y de tu cargo para sacar dinero a manos llenas sin importarte un pepino David que estabas llevando a la ruina a la clínica.
—Qué vas a hacer Sabrina, ¿me vas a mandar a la cárcel?
—No David, jamás haría eso. Ni siquiera voy a hablar con tu padre porque sé el daño que le haría. Además, no se trata de ir a la cárcel, se trata de tomar conciencia David del difícil momento que hemos estado atravesando por tu ineptitud.
—¿En qué estabas pensando David, cuando tomabas ese dinero sabiendo el daño al que sometías el patrimonio que tenías para el futuro? ¿Tan inconsciente eres David que no te duele destruir lo que tanto les costó a tus abuelos y a tus padres?
—Y tú Sabrina, no te dolió cuando empujaste por las escaleras a Alice haciéndole perder a nuestro hijo? DIMEEE ¿eso no te dolió?
—¿QUEEEEEEEEEEE? ¿DE QUÉ INFAMIA ESTÁS HABLANDO IDIOTA? ¡DIMEEEEEE!
—Por años Sabrina tuve que soportar verte a la cara y no gritarte ASESINA, ASESINA. Empujaste sin piedad a Alice por la escalera y cuando ella gritaba por ayuda, te fuiste. La dejaste allí, desangrando. ¿Eso no te dolió? Ah? DIMEEEEEE.
—Tu, definitivamente estás loco David. Estás hablando con una médico cirujano, que desde que tenía cinco años ya soñaba con curar a las personas y verlas felices. ¿Tú crees que si eso fuera verdad, yo LA DOCTORA SABRINA MILLER, dejaría a una mujer embarazada, MORIRSE?
—Solo en tu pequeño cerebro de pollo suceden esas cosas David. Además, si creo recordar bien, te voy a contar MI VERSIÓN, LA VERSIÓN EXACTA Y VERDADERA DE LO QUE SUCEDIÓ ESE DÍA.
—Kevin y yo estábamos por terminar nuestro primer año de medicina. Tu padre nos habia mandado a la Clínica a practicar. Ese día estaba en mi consultorio asignado revisando la agenda de la tarde, cuando entró Alice.
—Venía a contarme que estaba esperando un hijo tuyo. Todo lo que decía, lo estaba haciendo con el fin de humillarme como siempre lo había hecho. Que si tu mamá ahora sería muy feliz, que ella sí era de cuna de oro y yo no y no recuerdo que otras cosas dijo.
-Cuando le dije que no la podía felicitar por su embarazo, pues me daba pena la criatura ya que tendría los peores padres que yo había conocido, se me lanzó encima dándome bofetadas, arañazos, me rompió la bata, me lanzó a la cara objetos, me halonio el pelo y pare de contar.
—Yo en ningún momento David, la ataqué. Lo único que hice fue cubrirme la cara. Aguanté su ira sin hacerle daño porque ella estaba embarazada. SERÍA INCAPAZ DE HABERLE DEVUELTO UN GOLPE, POR MI ÉTICA PROFESIONAL.
—Al contrario, si yo me hubiera dado cuenta que ella se hizo daño al caer, la habría auxiliado de inmediato. Hubiera estado con ella día y noche hasta verla curada. Y si hubiera perdido su hijo por mi culpa, no me alcanzaría la vida para estar pidiendo perdón a ella y a ti.
—No me convences Sabrina. Las lágrimas y el dolor que yo vi en Alice y su mamá por la pérdida de nuestro hijo, me marcaron para siempre. Sufrieron tanto con lo que pasó que decidieron irse a vivir a New York para que ella olvidara ese trauma.
—Una noche, de las tantas en que ella se desesperaba extrañando nuestro hijo, salió corriendo y un carro la atropelló quedando lesionada su columna. Desde entonces esa pobre niña no ha vuelto a caminar.
—Todo fue un desastre para ellos por tu perversidad. El papá de Alice fue perdiendo su fortuna, no tienen quién los ayude. ¿No crees que me vi obligado a ayudarlos? ¿Cómo crees que los pudiera abandonar cuando todo lo que están pasando es por mi culpa?
—Te odié Sabrina, si en algún momento yo llegué a sentir algo por ti, en esos días murió. Juré vengarme de ti, y una de las formas que encontré fue despreciarte.
—Sabía que me amabas, pero hallaria la forma de cobrarte lo que le hiciste a nuestro hijo. Solo tendría sexo contigo, si querías, pero nunca amor. Lamentablemente, has resultado dura, pero si me lo hubieras permitido eso era lo único que te iba dar. Y acepté este matrimonio, no porque me importara mucho la clínica, esperaba que hubiera mucho sexo entre los dos. Solo obtendrás eso de mi Sabrina Miller, solo sexo sin amor.
—¡Qué bajo has caído ante mi David!! ¡Te desplomaste solo! Yo no mentí en lo que te conté, dije la verdad. No conozco todas las circunstancias que rodearon este asunto. Pero yo te acabo de decir la verdad. No sé lo que sucedió en el pasado, pero si sé con pruebas en la mano lo que está sucediendo en el presente. Y si lo supieras, te tragarias tu propia lengua.
—Y no te voy a abrir los ojos David, continúa caminando en el podrido mundo que crearon para ti. Arrástrate en tu propio fango, revuélcate en la porquería que amas. Vuelve a tu vómito. No hay peor ciego que el que no quiere ver. ¡Qué pobre idiota que eres!
—Yo sí te amé verdaderamente David, te idealicé, respeté hasta el día de hoy la marca que dejaste en mi cuerpo cuando me hiciste tuya. No quería que otro hombre tocara lo que había sido tuyo. Pero, a partir de hoy David, eso que conservé puro para ti se lo daré al hombre que sí ha sabido esperarme con amor.
—Y en cuanto al DESFALCO que hiciste en la clínica lo debes pagar. Nos debes pagar hasta el último centavo que te llevaste sin permiso. Como sé que no tienes dinero para pagar y también sé que vas a necesitar más dinero, la única salida que tiene usted señor David Taylor, es venderme su 50% de la clínica.
—El lunes haremos los documentos y luego informaremos a la junta para su aprobación. Usted tendrá el justo valor de sus acciones. Luego, si quiere seguir trabajando con nosotros, será un empleado más. Si no quiere, entonces haga su carta de renuncia. También se le pagará su indemnización por los años trabajados.
—En cuanto a este ficticio matrimonio, usted decide. O lo cancelamos o lo llevamos hasta el fin. Yo espero su decisión. Por la salud de su padre le aconsejo mantener en secreto lo sucedido y mantener las apariencias. Total, ya queda año y medio para finalizar este contrato. Continuaremos como si aquí no ha pasado nada. Ante los demás usted ha decidido solo vender sus acciones y basta. No tendremos por qué dar explicaciones.
—¿Le quedó claro todo señor Taylor?
—¡Necesito una botella de whisky. Creo que voy a vomitar, no me siento bien! Todo me da vueltas. Estoy sudando demasiado. Ayúdame por favor Sabrina, se me dificulta respirar!