Qué es la belleza?, pienso que es un término que se inventó el ser humano, solo para menospreciar a los que no encajan en un patrón determinado, yo siempre he creído que existe mucho más en las personas que solo un rostro bonito, pero ciertamente en esta sociedad en la que vivimos los estereotipos de belleza ya están anclados y es algo muy díficil de cambiar,... pero no imposible...
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Capitulo XVIII Solo no me lastimes
La cena se iba desarrollando en un ambiente de tan romántico que Isabella sintió que todo era cierto y que ella e Ignacio se amaban de verdad, en el fondo había una canción romántica, Ignacio le pidió a Isabella que bailarán esa pieza y ella aceptó gustosa, la mientras bailaban al son de la música, Ignacio pegó más a su cuerpo el delgado cuerpo de Isabella, haciendo que ella se estremeciera por la cercanía, Isabella sintió el olor tan característico de su pareja y se embriagó en aquella fragancia haciendo que olvidará el mundo a su alrededor, Ignacio estaba sintiendo exactamente lo mismo que ella, pero sus miedos no dejaban que fueran sinceros el uno con el otro.
La canción había terminado y ellos seguían abrazados sumergidos en el momento, después de unos segundos Ignacio separo a Isabella un poco de su cuerpo y sus miradas se encontraron, ambos se dejaron llevar por el momento y sus labios se unieron en el más sincero beso, para Isabella todo esto era nuevo, ella nunca había sentido que su mundo había girado en torno a otra persona, y en ese momento se dio cuenta de que ella realmente nunca había estado enamorada de Álvaro y que lo que sentía por él era solo un capricho.
— Quieres regresar a la habitación?. — pregunto Ignacio en un susurro.
Isabella no contestó y en vez de hablar le devolvió el beso a Ignacio, era la primera vez que ella se portaba de manera tan atrevida.
— Estás segura de esto?. — pregunto Ignacio sabiendo lo que Isabella quería.
— Si lo estoy, solo no me lastimes. — respondió Isabella sonrojada.
Ignacio la tomo en brazos y la llevo a la habitación de la cabaña, en ese lugar pasaron su primera noche de pasión, se entregaron como nunca antes lo habían hecho y aunque ambos tenían dudas, no pensaron en nada durante toda la noche.
El amanecer entro por las ventanas de aquella cabaña acariciando el delicado rostro de Isabella, ella abrió lentamente sus ojos para acostumbrarse a la luz que se colaba por la ventana, recordó la noche anterior y su corazón empezó a latir con fuerzas, con la mirada busco a Ignacio a su lado, llevándose la sorpresa que el no estaba en la cama, el corazón de la chica se llenó de tristeza al pensar que él la había dejado sola, resignada a su destino se volteo y miro por la pequeña abertura de la ventana que dejaba pasar los rayos del sol, perdida en sus pensamientos no escucho cuando Ignacio volvió a la habitación, trayendo consigo una bandeja con el desayuno de ambos.
— Aún duermes Bella?. — susurro Ignacio.
Al escuchar su voz Isabella se volteo y en su rostro se reflejó una gran sonrisa.
— No, tengo rato despierta. — respondió Isabella.
— Te traje algo de desayunar, espero te guste. — dijo Ignacio mirando a la hermosa mujer que estaba frente a él.
— Iré a asearse y enseguida vengo a acompañarte a desayunar. — explico Isabella levantándose de la cama.
Ella se cubrió con la sábana y camino al baño, en el camino fue detenida por Ignacio quien provocativamente le pregunto si la podía acompañar, al principio Isabella sintió mucha pena, pero después de un rato estando a solas con Ignacio volvió a olvidarse del mundo, al salir del baño Ignacio calentó el desayuno y los dos se sentaron tranquilamente a comer.
— Esta tarde volvemos a nuestra casa, me gustaría que te pasaras a dormir en mi habitación. — estableció Ignacio.
— Está bien, está noche dormiré en tu habitación. — respondió Isabella sonrojada.
— Ahora será nuestra habitación, y nuestra casa, y todo lo mío ahora es tuyo. — dijo Ignacio sinceramente.
— Gracias... — fue todo lo que Isabella pudo decir.
Después del desayuno fueron a compartir un rato con Roberto, pero para la mala suerte de Ignacio este se encuentraba con Andrés quien se quedó viendo a Isabella fijamente, Andrés no disimulaba ni un poquito lo mucho que la muchacha lo atraía.
— Buenos días, muchachos, como están?. — pregunto Roberto con una sonrisa pícara.
— Muy bien Roberto, gracias por preguntar. — respondió Ignacio.
— Y tu Isabella, no saludas?. — pregunto Andrés obviamente coqueteando con la chica.
— Buenos días, señores. — dijo Isabella algo sería.
Ella no era tonta y sabía que Andrés solo quería molestar a Ignacio, pero ella no se prestaría a ese juego.
— El día de hoy te ves especialmente hermosa, en tus ojos se ve un brillo único. — elogió Andrés a Isabella.
— Mi mujer solo está feliz, pues en unos días nos casamos. — Ignacio estaba perdiendo la paciencia y no quería hacer un espectáculo, la historia entre él y Andrés no era sencilla y por eso no lo quería cerca de Isabella.
— Amor me acompañas a caminar por la orilla de la playa. — el tono de Isabella era cálido y dulce, ella sabía que Ignacio estaba molesto y quería hacerle saber que a ella no le interesaba nadie más que él.
Por otro lado, Ignacio se quedó sorprendido por la manera tan familiar en la que Isabella se había referido a él, lo hizo olvidar de su enojo sacándole una sonrisa.
— Claro que si mi amor, vamos a donde tú quieras. — respondió Ignacio en un tono dulce.
Los dos se disculparon con Roberto y salieron de aquel sitio tomado de la mano como dos enamorados.
Ya en la playa Ignacio beso apasionadamente a Isabella, aunque por un momento se olvidó del imbécil de Andrés él no olvidaba lo ocurrido en el pasado y en su manera de pensar él creía que todas las mujeres eran como Ingrid quien había sido su prometida y unos días antes de la boda descubrió que la pelirroja lo estaba engañando y nada más y nada menos que con el tal Andrés, esa era la razón por la cual Ignacio se juró no volver a amar a nadie más.
— Isabella empujó a Ignacio, separándolo de ella. — Ignacio me lastima. — dijo la muchacha tocando sus labios.
— Eso solo es una muestra de lo que te pasaría si se te ocurre engañarme. — respondió Ignacio irritado.
Isabella quedó confundida con el cambio que había tenido Ignacio, ella pensó que él era bipolar.