OBLIGADA A CASARME CON EL DEMONIO RUSO

( CALINA )

Dormi tan bien en los brazos de Yerik, me sentía tan segura a su lado, al abrir los ojos, lo primero que hice fue ver el atractivo rostro de mi esposo, me preocupe de inmediato al ver los golpes que tenía en su rostro, me asusté, en que momento lo habían golpeado y porque?

Acaricié con suavidad sus moretones y suspiré con pesadez, me preocupaba que le sucediera algo malo

Me levanté con cuidado y fui a mi habitación me vestí y luego prepare a la pequeña, mientras bajamos las escaleras, su voz resonó por todo el pasillo, nos sonrió y abrazo a ambas con sus fuertes brazos, ese pequeño gesto me hizo sentir feliz, desayunamos los tres como una familia, cuando la niña se fue con la empleada le pregunté a Yerik que le había ocurrido y me contó que había tenido una discusión con su hermano Jonás, al parecer no soy solo yo, la que no tiene una buena relación con su hermana nos despedimos el se fue a su trabajo y yo a prepararme para ir a la universidad

Una hora después estaba saliendo de la mansión cuando recibí un mensaje de WhatsApp del grupo de la universidad avisando que las clases se suspendían por el fallecimiento de una profesora, volví a entrar y me dispuse a pasar la mañana con Alina, estábamos muy entretenidas armando un rompecabezas en el jardín, cuando de repente la empleada me avisó que mi hermana estaba buscando a Yerik, eso me sorprendió que demonios quería ella con mi esposo?

Fui a la sala en dónde estaba observando todo con asombro,sus ojos brillaban a la par que iba viendo las cosas de tanto valor, para alguien como ella, esto es el paraíso

- Que quieres aquí Larissa? - pregunte algo molesta

- Nada, que acaso no puedo venir a visitar a mi hermanita? - dijo observado hacía todos lados, era obvio que no esperaba encontrarme aquí a estás horas, la caradura estaba buscando a mi esposo

- No está aquí, está trabajando... - dije y ella puso cara de inocente

- No sé de que hablas... Sólo pase a visitarte

- Te conozco lo suficiente Larissa, vienes aquí a estas horas porque creíste encontrar a Yerik y no a mi, pero ya vez, te salió mal, te aconsejo que no te hagas ilusiones, MI ESPOSO - dije haciendo énfasis en esa palabra - No se fijará en ti, de hecho estamos muy bien... - dije con una sonrisa

- Eso es mentira, el nunca se fijaría en ti, no eres nadie Calina, eres muy poca cosa para el, no lo mereces!! - dijo gritando

ZAS! - El sonido de una cachetada resonó en el lugar

- No me vuelvas a hablar así Larissa, tu no eres más que yo, no sé cuál es tú problema conmigo y ya no me importa, durante años te he soportado pero ya no más Larissa, ya no más, no te metas en mi vida y mucho menos con mi esposo o me vas a conocer, ya estoy cansada de tus caprichos, ahora lárgate de mi casa - grite molesta y ella abría y cerraba la boca sin reaccionar

- No te tengo miedo Calina, tu a mi no me mandas - dijo intentando sentarse en el sillón pero de un tirón la levanté y arrastre afuera, los hombres de Yerik se acercaron de inmediato

- Señora Sokolov ocurre algo?

- Si por favor acompañen hasta la salida a mi hermana y no le vuelvan a permitir entrar, no es bienvenida

- Te odio Calina, me las pagarás- gritaba como loca a la vez que luchaba con los guardias para que la soltaran

Volví a entrar a la mansión y respiré hondo puse mi mejor sonrisa y me dirigí al jardín en dónde estaba Ali, no iba a permitir que los berrinches de la loca de mi hermana me afectarán o mucho menos arruinaran mi día, aunque iba a tener que hablar con papá, para que tome medidas más Serías con Larissa, al parecer el quitarle el dinero no estaba dando resultados, me preguntó de dónde estará sacando para solventar su vida de reina

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( LARISSA )

Desde que la estúpida de Calina se casó todo para mí empeoró, porque ahora no es solo la heroína que salvo la vida de mamá y la empresa de papá sino que también convenció a papá de no darme más dinero, sólo me da para la universidad, cosa que es muy poco, yo necesito dinero para maquillajes, ropa, zapatos, carteras, perfumes y demás cosas, maldita Calina todo es su culpa, si tan sólo fuera yo la esposa de Yerik, podría tener todo lo que deseará, estaría rodeada de servidumbre que Hasta me darían de comer en la boca, pero no estoy aquí rogándole a mi padre por dinero para ir al spa

- Por favor papá no puedes ser tan egoísta de esta manera, no entiendes que necesito dinero, no puedes hacerme esto - grito arrojando el vaso contra el piso

- Ya basta de caprichos Larissa, ya he dicho que si quieres dinero, aprendas a ganartelo honradamente, ya hemos cumplido todos tus berrinches durante veintitrés años, pero ya no más hija.

- No puedes hacerme esto, soy tu hija... Es por Calina verdad? Ella es la culpable la odio - grite fuera de si

- SUFICIENTE!! - grito mi padre con todas sus fuerzas, era la primera vez que me gritaba

- La única culpable aquí eres tú, durante toda la vida te he dado todo lo que has deseado pero es hora de que aprendas a valerte por ti misma, aún no olvido que robaste el dinero que tenía para pagar la deuda si no hubiera Sido por tu hermana ahora todos estaríamos muertos - dijo mi padre y ahí iba de nuevo con Calina la super héroe

- Estoy harta de escuchar siempre lo mismo, Calina, siempre Calina es que acaso yo no soy tú hija también?

- Claro que lo eres, tú y tu hermana son nuestras princesas, pero debes madurar Lari, no puedes seguir de esta manera, algún día entenderás que todo lo que hacemos es por tú bien - menciono mi madre que acababa de llegar y acarició mi cabello

- Quieres dinero? - preguntó mi padre y yo sonreí feliz al fin recapacitó pensé

- Si papá necesito mucho dinero...

- Bien apartir de mañana comenzarás a trabajar en la empresa medio día y por la tarde seguirás cursando en la universidad, no creas que por ser mi hija tendrás privilegios, comenzarás desde abajo haciendo fotocopias, sirviendo café y haciendo diligencias y por supuesto tendrás tu sueldo - dijo mi padre y yo solté una fuerte carcajada

- Es broma verdad? En qué cabeza cabe que Larissa Belkin sea una simple esclava? Soy tú hija la heredera de un imperio como puedes humillar me de esta manera? claro que no lo haré - dije cruzando mis brazos

- Si quieres dinero tienes que trabajar, comienzas mañana, a las 7 AM te quiero en la empresa - dijo mi padre marchandose con mi mamá y dejándome sola

Tire todo lo que encontré sobre el mueble, tomé una fotografía de Calina y sonreí, siempre me he quedado con lo que ella tiene y Yerik no será la excepción subí a mi habitación y me dí un baño me coloque una sexi lencería en encaje en color rojo y una especie de kimono arriba de mis rodillas también rojo tacones negros, me planche el cabello y pinte mis labios en un rojo bien intenso, me miré al espejo y sonreí, tomé mi auto y maneje hasta la dirección de Yerik, Jonás me había pasado la dirección ayer, por lo que voy aprovechar a hacerle una visita, ahora que mi hermana está estudiando

Al llegar al portón me basto con decir que era hermana de Calina para que me dejarán pasar baje del auto moviendo mis caderas los guardias me miraban con deseo, amo que hagan eso, entre a la mansión y me sorprendí demasiado jamás en mi vida había visto un lugar tan lujoso como este, cerré los ojos e imaginé como sería mi vida siendo la Dueña y señora de esta mansión, ya me imaginaba dando órdenes hasta que la voz de la estúpida de Calina me saco de mi burbuja de felicidad, la muy maldita tuvo el tupé de echarme de su casa pero muy pronto será al revés seré yo la que tire a la calle como un perro, ya verás hermanita.

Estaba tan enfurecida, pero se me pasó al momento de darme cuenta que si Yerik no estaba en la mansión entonces estaba en el casino, gire en U en la autopista y tome el carril inverso, conduje alrededor de veinte minutos hasta llegar al casino el cuál era el mas grande y lujoso de toda Rusia, baje del auto, acomodé mi ropa y entre, intenté subir las escaleras que van a la oficina pero un par de ineptos se me atravesaron en el camino

- Señorita no puede subir

- Perdón? Quien te crees que eres para darme órdenes?

- Por favor no haga un escándalo, no puede subir allí

- Escúchame imbécil acaso no sabes quién soy yo? Soy Larissa Belkin, hija de uno de los empresarios más poderosos del país y cuñada de su jefe, así que si no quieres problemas quítate de mi camino - dije y ambos hombres se miraron entre sí sin saber que hacer

- Que te quites!! - grité y ambos me dieron pasó - ineptos haré que los despidan por inútiles

Subí las escaleras hasta llegar a la oficina del hombre que tanto deseo, toque la puerta y del otro lado me permitieron ingresar

- Hola Yerik, como estás? - pregunte coqueta el levanto su mirada y frunció el ceño

- Que haces tu aquí? Cómo entraste y que quieres en mi oficina - dijo de mala manera

- Huy pero que mal humor tienes, eso es porque la mojigata de mi hermana no sabe complacerte, no te está atendiendo bien, Verdad? pero no te preocupes que yo te quitaré todo tu mal humor - dije quitándome el kimono y quedando solo en la sensual lencería roja

- Ven déjame complacerte mi amor, te prometo que lo disfrutaras - dije y el por fin dejo lo que estaba haciendo y camino hasta donde yo estaba

Pero al llegar a mi me tomo del cuello apretando con fuerza

- Escúchame bien maldita zorra no vuelvas acércarte a mi o mi esposa o te encontrarán en una zanja con diez tiros en la cabeza, me dan asco las mujeres como tú - dijo y me tomó del cabello tan fuerte que creí que me dejaría pelada

- Para me duele - suplique a la vez que me arrastraba semi desnuda por las escaleras hasta llegar a la salida

- Ustedes dos dejaron entrar a esta puta? - escupió con furia a los guardias que no me querían dejar pasar

- si señor pero porque - Yerik no lo dejó seguir hablando

- Están ambos despedidos, y tu zorra más te vale desaparecer de nuestras vidas o te mataré - dijo y me arrojo con todas sus fuerzas al pavimento, mis rodillas y codos comenzaron a sangrar, dolían los golpes pero más me dolía su rechazo no entiendo que le ve a Calina cuando no tiene nada de especial, subí a auto y conduje unos minutos, hasta alejarme del casino, pare el auto y me abrace al volante y comencé a llorar, todas mis ilusiones para ser la señora Sokolov se habían venido abajo pero no me iba a dar por vencida, eso jamás.