En un mundo donde las mujeres están infravaloradas, Una Ceo que se aferra con todas las fuerzas a permanecer y ser la mejor en el ambiente llenos de hombres.
Lara Parisi lo tiene todo:juventud, belleza,una fortuna heredada y un imperio empresarial a sus pies. Pero detrás del lujo, hay una presión silenciosa que no la deja respirar: la obligación de tener un heredero para mantener su legado y complacer las expectativas de una familia que no perdona desvíos del plan.
Cuando un viaje de negocios la lleva a Italia, una noche de pasión con un desconocido lo cambia todo. Lo que parecía ser un escape sin consecuencias se convierte en el inicio de un torbellino emocional, cuando descubre que está embarazada.. de gemelos.
Y como si no fuera suficiente, Owen Bracco, el misterioso hombre que creyó haber dejado en el pasado, reaparece como asistente de su mayor rival.
NovelToon tiene autorización de Genesis Argentina Martínez Ramírez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Los Secretos No Me Detienen
Narra Lucas Parisi
Hasta ahora hablé con mi mejor amigo y socio, Max Owen. Lo noté algo extraño, como si algo lo preocupara... aunque insistió en que no era nada relacionado con la empresa.
Solo me dijo que ya era justo hacer oficial el traspaso de la compañía a Lara. Según sus palabras: “Lo tiene más que merecido.”
Narra Lara
Cuando papá me entregó oficialmente el control de Industrias Parisi, no pude evitar sentirme abrumada.
El peso de ser madre y CEO al mismo tiempo me asustaba más de lo que estaba dispuesta a admitir.
Así que me tomé unas semanas para pensar, respirar, sentirme segura... y también para ignorar el mundo un poco.
Dormí más de lo debido, jugué con los cachorros de mamá, rechacé llamadas innecesarias y delegué algunas decisiones en Kassy.
Pero ahora, con los papeles firmados y mi decisión tomada, sé que no puedo seguir escondiéndome.
Es momento de volver.
Así que me arreglo, me visto como la CEO que soy, y pido a uno de los choferes que me lleve a la empresa.
Hoy comienzan los cambios.
Al llegar, la oficina estaba vacía. Quise llegar temprano para revisar todo antes de que los demás aparecieran.
Una hora más tarde, entra Kassy. Al verme, se detiene en seco, y con los ojos muy abiertos corre a abrazarme. Con una sonrisa, lleva la mano a mi panza. Me echo un poco hacia atrás. Aún no me acostumbro.
—Perdón, Lara. No quise incomodarte. Solo que... ¡es una sorpresa verte aquí otra vez! Estás hermosa con tu pancita —dice, emocionada.
—Tranquila, no me incomoda. Puedes hablarles y tocarlos, solo que... aún me cuesta. Vamos poco a poco.
—Está bien, no te preocupes. Pero qué rápido van creciendo, ¡y te ves radiante! Estar embarazada te sienta muy bien, Lara.
—Gracias, Kassy. Quédate cerca, por favor. Cuando lleguen Aiden y Owen, hazlos pasar a mi oficina. Tú también entra con ellos.
—Claro, jefa. Yo me encargo.
Treinta minutos después, alguien llama a la puerta.
—Jefa, ya estamos todos aquí —anuncia Kassy.
—Adelante. Tomen asiento, por favor. Quiero hablarles de varios temas.
Todos se sientan frente a mí, atentos.
—Como ya sabrán, ahora soy oficialmente la dueña de Industrias Parisi. Mi padre me cedió el control absoluto. Y como dueña, les aviso desde ya que se vienen varios cambios, especialmente en el personal.
Miro a Aiden directamente.
—Aiden, tú y yo no tenemos una buena relación. Tocaste lo más sagrado para mí: mis bebés. Por tu culpa, estuve a punto de perderlos.
Sin embargo, debo reconocer que profesionalmente eres excelente. Eso lo sé. Y como soy una persona inteligente que sabe valorar el trabajo bien hecho...
Me interrumpe, confiado:
—...Entonces sabrás que no hay nadie mejor que yo para estar en el puesto de vicepresidente. Mucho menos ahora que tú no podrás estar al cien por ciento, ¿no?
El descaro me enerva. Pero mantengo la compostura. Me pongo de pie.
—Te equivocas, Aiden. Justamente porque soy inteligente, mi decisión es esta: Kassy será la nueva vicepresidenta de la empresa.
—¿Qué? ¡¿Qué acabas de decir?! ¡Te has vuelto loca! —responde él, levantándose furioso.
—¡A mí me respetas! Esta es mi empresa y aquí mando yo. Pensaba ofrecerte otro cargo como asesor, algo más cómodo. Pero con esta actitud tuya tan infantil... lo mejor será que pases por Recursos Humanos.
No te quiero aquí. Puedes retirarte.
—Te vas a arrepentir de esto —gruñe entre dientes—. ¿Tu padre sabe de quién son esos bebés? ¿Sabe que estás esperando hijos de un don nadie que trabaja para ti?
No lo creo. Si lo supiera, dudo mucho que te hubiera entregado la empresa. No puedes tener hijos de alguien de un nivel inferior al tuyo.
Así que... o me devuelves mi puesto, con un mejor sueldo, o le contaré todo.
Ahí sí. Me río. De frente. En su cara.
—¿De verdad crees que me puedes chantajear?
Cuéntale lo que quieras. ¿Quieres que programe una rueda de prensa para que lo digas públicamente? ¿Quieres llamar a mi padre? ¿Mandarle una carta? ¡Hazlo!
No me importa. Ahora lárgate de mi oficina. Y no quiero volver a verte jamás.
Cuando se va, me siento poderosa. Más que nunca.
Claro que estoy temblando por dentro, claro que tengo miedo... pero ese miedo no se le muestra al enemigo.
Jamás.
Respiro hondo y me giro hacia Kassy.
—Como escuchaste, eres la nueva vicepresidenta. Quería darte esta sorpresa en persona. Te lo mereces.
Has estado conmigo estos cinco años, luchando a mi lado. Has demostrado una y otra vez tu lealtad, tu eficacia, tu compromiso.
Y ya es hora de que crezcas. No podías quedarte como asistente toda la vida.
—¡Lara! Gracias. No sabes lo que esto significa para mí. ¡Te prometo que no te voy a fallar!
—Lo sé. Confío en ti. Ahora ve a tu nueva oficina, acomoda lo que quieras. Y más tarde hablamos en privado para coordinar algunas cosas.
Ah, y por favor: búscame a alguien que pueda ser mi nuevo asistente. Alguien que esté a la altura. No igual a ti, porque eres única... pero que dé la talla.
Kassy se va con los ojos brillantes. Sé cuánto significa esto para ella.
Ahora estoy a solas con Owen.
Eso me pone nerviosa. Pero también me provoca mariposas.
Me acerco y me siento a su lado en el sofá.
—Como eras el asistente de Aiden, lo lógico sería que siguieras como asistente de la nueva vicepresidenta… pero no.
—¿No?
—No. Vi tu currículum, Owen. Eres licenciado en administración de empresas. Estás más que capacitado para algo mucho más importante que ser asistente.
—Lara, yo estaré feliz con lo que me asignes. Me gusta trabajar. Pero claro que si es en mi área, estaré más cómodo.
—Perfecto. Desde hoy, serás el nuevo administrador. Ya haré los trámites necesarios para oficializarlo.
—Gracias. Pero antes... necesitamos hablar de los bebés. ¿Qué tipo de relación quieres que tengamos? ¿Cómo debo tratarte?
Suspiro, bajando la mirada.
—Seamos amigos. Por ellos. Por ahora no quiero que nadie sepa que eres su padre. No quiero que relacionen tu ascenso con una relación entre nosotros. Este puesto te lo ganaste tú, por mérito. No por mí.
Él asiente, respetuoso.
—Entiendo. Por ellos, entonces.