La Joya Del Duque

La mirada que me acechaba estaba apunto de perforar mi cuerpo. Sus ojos brillantes aceitunados bordados por largas y rizadas pestañas eran todo lo que estaba bien en el mundo. Mis mejillas se calentaron con solo observarle

-¿Por qué me ves así?

-¿Acaso no puedo?

-No debes... No deberíamos- Mordió su labio inferior

-¿Qué dirían si nos ven?

-Eso no importa...- Se acercó lentamente, sus dedos acariciaron mi mejilla tan suave que parecían de algodón, erizando todos los vellos de mi piel

No dije nada, quería seguir sintiendo sus caricias. Su pulgar viajaba por mi labios inferior el cual temblaba ante el roce. Tragué grueso. La respiración incrementaba y mi pulso también

-¿Nervios?

-Deseo acumulado también

Años esperando por fin aquel momento tan preciado. Al fin nuestros cuerpos danzarian unidos al mismo compás

-Eres lo más precioso que tengo, quiero amarte eternamente

-Yo te amaré eternamente- Por alguna razón aquellas palabras dolieron, salieron del fondo de mi corazón como espinas. Quizás porque nunca podríamos juntarnos o quizás porque nos amaríamos eternamente en silencio

La ropa fue cayendo poco a poco, la piel era la única vestimenta que lucía nuestros cuerpos. Sus ojos conectaban con los míos; llenos de deseo, pasión y amor

-No es justo...

-¿El qué?

-El que no podamos amanecer en la misma cama

Su expresión de añoranza quebró mi corazón. Tomé su rostro entre mis manos y le bese tan suave como pude, era un beso lleno de necesidad, pero también desbordaba de amor, dulce y tierno

Nuestras manos invadiendo la intimidad de nuestros cuerpos, nuestras lenguas enrollandose entre sí, los ruidos de nuestros cuerpos chocar entre fluidos era el único sonido que inundaba la habitación

Deliraba de placer mientras jugaba con mis zonas más erógenas. Me deleitaba viendo las expresiones que acompañaban mis gemidos

Su piel tan suave me enloquecía, mordía cada centímetro con maldad y deseo, si alguien veía mis mordidas, al menos sabría que su corazón y su cuerpo están ocupados aunque no pudiera gritarlo a los cuatro vientos

Quizás el precio de este amor sea tan alto que no lo pueda pagar, y aún así, quiero intentarlo a cada minuto

Sus labios recorrieron mi cuerpo en su totalidad, hasta unirse con los míos al llegar al éxtasis

-Te amo tanto que duele...

-Te amo más que a mi vida, te amo más que cualquier cosa en este mundo

Las horas no bastaron, dejar su cuerpo en profundo sueño mientras yo regresaba en un frío carruaje era de las cosas que más odiaba. Quizás en otra vida, quizás en otro tiempo... Podríamos juntarnos libremente

Las lágrimas sellaron el juramento de mi corazon, se amarle eternamente... En silencio

Quién diría que esa sería nuestra última noche amándonos

Sentía la mirada del chófer reprocharme con desaprobación, pero no me importaba, antes de casarme debía tener una última noche con mi verdadero amor

Abrí la ventanilla del carruaje para ver el paisaje y poder calmar mis sentimientos, no podía permitir que me viera con los ojos llorosos, aunque igualmente tengo la seguridad de que mis sentimientos no le interesan

Varios minutos más tarde, llegamos a la entrada de su majestuoso castillo, ese que al casarnos seguramente sería nuestro "hogar"