Brenda Sanches es una mujer de 29 años que después de descubrir a su enamorado con quien pensaba ser madre decidí irse y hacerse madre mediante inseminación artificial lo que no sabe que el donante no es humano por error a ella le llegó su donación y el reclamara a sus hijos que pasara entre ellos ? estarán juntos por amor oh llegarán a un acuerdo por sus hijos ven a leer esta historia facinante
NovelToon tiene autorización de Aye Simbron para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capitulo 23
Capítulo: Ecos de una Maldición
Estaba preparando la mesa para que comiéramos. James había salido temprano rumbo a la manada. Quería saber cómo estaban todos y, sobre todo, saber de Brenda. Me notaba triste —supongo que lo sintió por el vínculo que compartimos—, así que decidió ir él mismo. También le preocupaba que ese maldito mago terminara destruyendo su manada.
Yo pensaba que solo íbamos a sobrevivir él y yo, que esto era solo entre nosotros. Pero esta marca... esta maldita marca... me impide estar cerca de mi amiga. Me había acostumbrado a tenerla cerca, a su cariño. Fue la primera en aceptarme cuando confesé que era bruja. Me hizo sentir bien, como si finalmente perteneciera a algún lugar. Pero ya no puedo estar cerca de ella. Podría hacerle daño.
Sé que para James también es difícil estar lejos de la manada, aunque le dije que fuera, que estoy bien con mi hermana. Aun así, no quiere dejarme, y se lo agradezco. Su amor me mantiene fuerte. Lina también me ayuda, hace lo posible por curarme. Sé que algún día la maldición se romperá y podré conocer al bebé de Brenda, estar cerca sin miedo.
—¿Estás bien, hermana? —preguntó Lina al verme perdida en mis pensamientos.
—Sí, estoy bien —respondí con una sonrisa débil.
—Me preocupaste, estabas mirando un punto fijo. Sé que extrañas a Brenda, pero ya falta poco para que puedan verse. Estás mejorando, además no estás sola. Estamos contigo, apoyándote. Ánimo.
—Lo sé... Estoy muy agradecida. No sé si hubiera podido con esto sola.
—Sí hubieras podido. Eres fuerte, hermana.
Ambas sonreímos mientras nos sentábamos a comer.
---
Mientras tanto, James ya había llegado a la casa de la manada. Aparcó su moto y caminó hasta la entrada. Aunque extrañaba a Alexa, sabía que ella estaría mejor al saber cómo estaban las cosas aquí. Tocó el timbre, y al poco tiempo, Brenda abrió la puerta. Su rostro mostró una sorpresa sincera.
—¿Eres...?
—Hola, mi luna —dijo James con una sonrisa—. Vine de visita.
—Me alegra mucho verte —respondió ella, mirando por detrás de él hacia la moto—. Pero... ¿y Alexa?
—Lo siento, aún no puede venir. Vine para contarte cómo está. Te extraña mucho.
—Lo sé... yo también la extraño. ¿Cómo sigue?
—Está mejor. La marca está cediendo poco a poco.
—Eso es genial. Espero que pronto pueda venir. Quiero que conozca a Camila. Seguro le gustará.
—Ya se conocerán. Además, no todo fue malo. Al irse, encontró a su hermana. Alexa pensaba que le había pasado algo, pero solo había perdido su celular. Ahora se están apoyando mutuamente.
—Entiendo... Gracias por venir, James.
—Lo necesitaba. Iré a ver a Santiago, necesito hablar con él.
—Sí, ve. Desde que te fuiste ha estado malhumorado.
James sonrió, y sin más demora fue hasta el despacho de Santiago. Tocó dos veces la puerta. Al principio no hubo respuesta, pero luego escuchó una voz molesta:
—¿Qué quieres?
James entró de todos modos.
—Alfa, solo venía a saber cómo está la manada. Aunque veo que no soy bienvenido —dijo con tono divertido.
El rostro enfadado de Santiago se relajó, y sonrió.
—Eres bienvenido, y más ahora. Dentro de poco será la ceremonia de apareamiento y quiero que estés. Es importante que conozcan a mi luna y a nuestra heredera. Me gustaría que estuvieras allí. Y, por supuesto, aún no le he agradecido a Alexa por salvarlas.
—Ya lo harás. Está mejorando rápido. ¿Cuándo es la ceremonia?
—Dentro de dos meses.
—Trataré de estar listo. Y sobre los ataques… ¿ha pasado algo?
—Sí. Recibimos un ataque de Ariel. Usó su poder para transformarse en mí y atacar a mi cachorra. Pero Brenda lo engañó, haciéndole creer que no había ningún bebé. Casi la ataca… si no fuera porque llegué a tiempo. Me enfrenté a él. Logré alejarlo, aunque me alcanzó con una daga envenenada. Pero soy un alfa… tengo más resistencia. Llegó Héctor justo a tiempo.
—Lo importante es que estás bien. Es extraño que no vuelvan a atacar. ¿Crees que regresarán?
—Sin duda. Por eso estamos reforzando la seguridad. No quiero más sorpresas.
Luego de la charla, James regresó al pueblo para contarle a Alexa que todo estaba bien.